En el año 2025 se dio a conocer el estudio sobre un extraordinario hallazgo arqueológico: un vaso de plata datado en aproximadamente 4 300 años que presenta lo que podría considerarse la representación más antigua del relato de la creación en el Cercano Oriente.
Este hallazgo no sólo enriquece nuestro entendimiento de las cosmovisiones antiguas, sino que también plantea nuevas preguntas acerca de la difusión de símbolos míticos, la interconexión de culturas y el modo en que los antiguos pueblos imaginaron el universo y su origen.
En este artículo analizaremos en profundidad este descubrimiento: contexto histórico, iconografía, significado simbólico, implicaciones para los estudios de la creación, mitología comparada y la relevancia para la arqueología y la historia de las religiones.
Contexto arqueológico y descubrimiento del vaso
Lugar de hallazgo y datación
El artefacto fue encontrado cerca del poblado de Ain Samiya, en Cisjordania, al este de la localidad de Ramala, en un yacimiento que contenía múltiples tumbas antiguas.
La tumba en la que apareció el vaso fue fechada mediante el análisis de la cerámica hallada en el depósito funerario, estimándose alrededor del 2200 a.C., lo que lleva a considerar que el objeto fue fabricado probablemente cerca del 2300 a.C.
Aunque no se ha efectuado datación por radiocarbono directa del vaso, los investigadores estiman que la diferencia entre su manufactura y su depósito en la tumba no excede los 100 años.
Descripción del artefacto
El objeto es un vaso o cántaro de plata, de aproximadamente 8 cm de altura (~3.1 pulgadas) que contiene dos escenas grabadas en relieve: una que representa el estado previo al orden, y otra que muestra un estado ordenado del cosmos.
- En una de las escenas aparece un torso humano con palmas, unido al cuerpo de dos toros, sobre un sol pequeño y frente a una serpiente monstruosa.
- En la otra escena, dos figuras humanas cargan un objeto semicírculo coronado por un sol, con la serpiente al pie. Este semicírculo es interpretado como una “barca de luz” o arca celestial.
Los investigadores lo denominan el vaso de “orden y caos” o la representación de la transición entre ambos estados mediante símbolos míticos.
Interpretación simbólica: caos, orden y la barca celeste
Mito del caos y el orden en el Cercano Oriente
La división entre caos y orden es una constante en los mitos de creación del Oriente Antiguo. Por ejemplo, el mito babilónico del Enuma Elish describe la batalla entre la deidad Marduk y el monstruo primigenio Tiamat, tras la cual se establece el cosmos ordenado.
Este mismo esquema simbólico se encuentra en otras tradiciones: división entre cielo y tierra, separación de la oscuridad y la luz, triunfo de una fuerza ordenadora sobre el caos. El vaso de Ain Samiya parece reflejar esta concepción: la escena de la izquierda presentaría el caos, la de la derecha el cosmos ya organizado.
La “barca de luz” o arca celestial
Un elemento clave en la interpretación del artefacto es lo que los investigadores llaman la “barca de luz” (celestial ark o “boat of light”). En la segunda escena, las figuras humanas portan ese semicírculo bajo el sol, lo que se interpreta como el vehículo por el que el sol o la luna cruzan el cielo, una metáfora cosmológica de movimiento, renovación y orden astronómico.
Este símbolo se asocia con culturas del Antiguo Egipto, Anatolia, Mesopotamia y del Oriente Próximo; por ejemplo, en relieves hititas de ~1200 a.C. en el santuario de Yazılıkaya aparecen barcas divinas que transportan el sol.
La interpretación propone que el vaso no sólo representa la creación en sentido teológico, sino también la cosmología, el orden astronómico y el tránsito del sol/luna como vehículo para la luz y el tiempo.
Origen cultural y posible manufactura
Influencias y redes de intercambio
Aunque el estilo iconográfico del vaso remite a Mesopotamia (los toros antropomorfos, la serpiente, el sol) y a la tradición del mito de Enuma Elish, los autores del estudio señalan que esto no implica que el objeto haya sido fabricado en Babilonia.
Podría haber sido realizado en Siria del Norte, en la región del Levante o en una zona intermedia donde existía un flujo de bienes, personas e ideas. Zangger, uno de los autores, afirma que en el tercer milenio a.C. la región funcionaba como un área cultural integradora donde los símbolos circulaban libremente.
Producción del vaso y plata como material
El uso de la plata en la Edad del Bronce del Levante no era tan común como otros metales (bronce, oro), lo que ya confiere singularidad al vaso. El hecho de que fuera depositado en una tumba sugiere su valor simbólico o ritual. Según los investigadores, parece claro que el objeto no fue producido localmente (en el contexto inmediato de la tumba) sino que fue importado o manufacturado por artesanos conectados a redes más amplias.
El análisis metalúrgico de la plata aún no se ha publicado divulgativamente, lo que abre la puerta para investigaciones futuras.
Significado para la historia de la creación de relatos religiosos
¿La representación pictórica más antigua del mito de la creación?
Según el estudio, este vaso contiene “la representación más antigua de la narrativa de creación” identificada hasta ahora en el Oriente Próximo.
Esto significa que no sólo tenemos textos antiguos que hablan de la creación, sino también una imagen visual que plasma esa concepción mitológica con una antigüedad inusitada (~2300 a.C.). Esa visualización aporta un nivel nuevo al estudio de las religiones comparadas y la iconografía antigua.
Impacto en el estudio de la Biblia y la mitología comparada
Para los estudios bíblicos y de la historia de las religiones, el hallazgo abre varias cuestiones:
- ¿Qué grado de continuidad existe entre las imágenes y mitos antiguos y el relato del Génesis bíblico — “En el principio creó Dios los cielos y la tierra; y la tierra estaba desordenada y vacía…” (Génesis 1:1-2) — que contiene la división entre luz/oscuro, cielo/tierra, orden/caos? El vaso refleja precisamente esa dicotomía simbólica.
- ¿Hasta qué punto las culturas del Levante adoptaron símbolos cosmológicos comunes, como la serpiente del caos, el toro como fuerza vital, la barca solar/lunar, y los reformularon en contextos locales?
- ¿Cómo influyeron esos símbolos en la iconografía posterior, por ejemplo en el arte hitita, egipcio, mesopotámico o incluso en la tradición hebrea?
Por lo tanto, este vaso no solo es una pieza arqueológica, sino un eslabón iconográfico entre mitologías antiguas y las narrativas de creación posteriores.
Implicaciones para la arqueología del Levante y del sureste del Mediterráneo
Nuevos datos para la cronología y cultura del Bronce Medio/Tardío
El hallazgo confirma que en el tercer milenio a.C., la región del Levante occidental y sus alrededores estaban integrados en redes culturales más amplias de intercambio de símbolos y objetos de élite. La manufactura de un vaso tan sofisticado indica la existencia de élites que empleaban iconografía cosmológica para fines rituales o de estatus.
Esto puede llevar a reinterpretar el alcance de las redes de producción y circulación de artefactos en esa era, y a revisar la cronología de cuando ciertas imágenes mitológicas empezaron a circular.
El papel del ritual funerario y la simbología asociada
El hecho de que el vaso haya sido depositado en una tumba sugiere una función ritual o simbólica vinculada al más allá. El tránsito del sol, la barca de luz, la serpiente que representa el caos… todos esos elementos pueden reflejar creencias sobre el viaje del alma, el orden cosmológico que el difunto obtiene tras la muerte, o la reafirmación del poder simbólico del fallecido.
El uso de objetos de lujo en contextos funerarios ya se conoce, pero este tipo de iconografía compleja escasea en el registro hasta esta fecha, lo que abre nuevas líneas de investigación en arqueología funeraria.
Desafíos, debates y futuras investigaciones
Cuestiones metodológicas y de interpretación
Como todo hallazgo excepcional, este vaso plantea debates entre los especialistas:
- La datación exacta del objeto y su contexto: aunque la tumba se fecha por cerámica, no hay radiocarbono directo del vaso. Esto deja una pequeña incertidumbre en la cronología exacta.
- La interpretación iconográfica: aunque los autores proponen que la escena de la barca celestial indica el tránsito del sol/luna, otros podrían argumentar que los símbolos tienen otros significados locales.
- La procedencia exacta del objeto: todavía no se ha determinado con precisión dónde fue fabricado el vaso ni de qué mina provino la plata, lo que sería relevante para entender las redes de producción.
Líneas para investigación futura
Las siguientes áreas merecen estudio adicional:
- Análisis metalúrgicos de la plata (isótopos, trazas) para entender la procedencia del metal y los talleres de producción.
- Comparación iconográfica con objetos contemporáneos de Mesopotamia, Anatolia, Egipto y el Levante para mapear la difusión de símbolos.
- Estudio más amplio de contextos funerarios similares en la región para evaluar cuán único es este caso.
- Publicación de un corpus detallado de los artefactos del yacimiento de Ain Samiya para entender su función en la comunidad local.
- Conexiones posibles entre la iconografía de este vaso y la tradición del Génesis bíblico: aunque no se afirma una relación directa, abre líneas de continuidad simbólica.
Relevancia cultural, simbólica y divulgativa
Un objeto para el gran público y la historia de las ideas
Este vaso tiene el potencial de convertirse en un símbolo divulgativo para explicar cómo antiguas civilizaciones imaginaron el cosmos, la luz, el sol, el orden y el caos. Presenta de forma gráfica y temprana una cosmología que luego se reflejó en textos, mitos y en arte.
Desde un punto de vista educativo, este hallazgo ilustra que las ideas de creación, orden cósmico, separación de luz y oscuridad, e incluso la “barca” del sol/luna, no surgieron de la nada, sino que tienen raíces profundas en el tercer milenio a.C.
Impacto en el turismo, museografía y patrimonio
El hecho de que el vaso esté en exhibición, actualmente en depósito permanente en el Israel Museum, en Jerusalén, lo convierte en un objeto de atracción museística que puede incentivar el interés internacional por la arqueología del Levante.
Asimismo, puede potenciar la valorización del patrimonio en la región de Cisjordania, y generar conciencia sobre la multiculturalidad de los antiguos reinos y pueblos que habitaron la zona.
Conclusión
El hallazgo del vaso de 4 300 años en Ain Samiya representa un hito en la historia de la iconografía de la creación. Su riqueza simbólica —la división entre caos y orden, la imagen de la barca celestial, la serpiente monstruosa, el sol emergente— abre una ventana al pensamiento cosmológico de las sociedades del tercer milenio a.C.
Además, su existencia documenta una red cultural compleja en el Levante y demuestra que los símbolos que luego inspiraron mitos como el del Génesis o el Enuma Elish tenían raíces mucho más antiguas y extendidas de lo que se suponía.
Para la arqueología, los estudios de religiones antiguas y la historia del pensamiento, este vaso funciona como un puente entre lo material y lo simbólico, entre el artefacto y la idea. En un futuro, cuando se publiquen más análisis y se realicen comparativas de amplio alcance, podría cambiar nuestra comprensión de cómo las antiguas civilizaciones visualizaron el universo, el sol, la luz y la vida misma.
En última instancia, este descubrimiento nos recuerda que la búsqueda del origen —ya sea del cosmos, del tiempo o de la cultura— ha sido una preocupación humana desde hace milenios, y que aún quedan piezas fundamentales por desenterrar para contar esa historia con mayor amplitud y profundidad.

