Empobrecidos, Destrozados y Doloridos: Un llamado masivo a la divinidad en el Muro de las Lamentaciones por los rehenes

Jerusalén fue testigo de una impresionante manifestación espiritual el miércoles, cuando miles de personas se reunieron para un servicio masivo de oración en el Muro de las Lamentaciones. Este evento, iniciado y dirigido por los principales rabinos de Israel, se convirtió en una respuesta espiritual a la guerra y los trágicos eventos que la desencadenaron, especialmente los 100 días de cautiverio de los rehenes en Gaza.

Entre los participantes se encontraba la familia secular Bar Timor, cuya hija, Noya Bar Timor, una ex oficial de vigilancia, centró sus pensamientos en sus 14 compañeras de armas asesinadas por Hamas el 7 de octubre. Sentada en el suelo frío junto a sus hermanas menores y su madrastra, la familia Bar Timor viajó desde Tzur Yigal para participar en este evento único, marcando su primera salida desde que comenzó la guerra.

A diferencia de las manifestaciones en Tel Aviv, esta manifestación en Jerusalén tenía un tono más religioso y agresivo. A pesar de los desafíos y el dolor causados por la guerra, la madre de la familia Bar Timor, Batia, expresó que no estaba rezando por el fin de la guerra, sino por una victoria decisiva para Israel.

El ataque de Hamas el 7 de octubre resultó en la muerte de 1,200 personas en Israel y la toma de 240 rehenes. Aunque alrededor de 100 israelíes han sido liberados, más de 130 se presumen aún en cautiverio. La sociedad israelí parece unida en la creencia de que no pueden volver a la realidad anterior al ataque, y la guerra cuenta con un amplio apoyo político.

Sin embargo, las divisiones surgen en cuestiones de estrategia. Mientras que la manifestación en Jerusalén abogó por una ofensiva continua, las manifestaciones en Tel Aviv a menudo piden un alto el fuego, argumentando que los combates están poniendo en peligro la vida de los rehenes.

En la Plaza del Muro Occidental, los principales rabinos de Israel lideraron las oraciones por la liberación de los rehenes. Hubo momentos emotivos con cánticos, poemas y oraciones penitenciales, mientras los fieles lloraban y hacían sonar cuernos de shofar para buscar una intervención divina urgente.

Este evento espiritual no solo atrajo a la comunidad religiosa, sino también a judíos seculares, reflejando un deseo común de unidad en tiempos de crisis. La entrada del Muro de las Lamentaciones mostró activistas concienciando sobre la difícil situación de los rehenes, exhibiendo carteles con sus retratos y recordando que pronto se cumplirán 100 días de cautiverio.

Aunque persisten diferencias en las opiniones sobre la estrategia a seguir, la manifestación en Jerusalén destacó la capacidad de la comunidad judía para unirse en momentos de adversidad, trascendiendo las divisiones y buscando apoyo divino en la búsqueda de la liberación de los rehenes y la victoria sobre Hamás.

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