En una importante escalada de tensiones tras el reciente conflicto entre Israel y Hamás, Turquía ha decidido detener todo comercio con Israel. Esta medida, informada por Bloomberg News y corroborada por funcionarios turcos, marca un deterioro notable en las ya tensas relaciones entre las dos naciones.
Desde el jueves, los puertos turcos han suspendido todas las exportaciones e importaciones hacia y desde Israel, según fuentes citadas por el diario financiero Globes. Se impide que las mercancías destinadas a puertos israelíes como Haifa y Ashdod salgan de las costas turcas, mientras que, según se informa, las importaciones israelíes a Turquía quedan intactas.
La decisión de cortar los lazos comerciales se produce en medio de crecientes críticas del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, hacia Israel, a quien ha calificado de “estado terrorista” y acusado de perpetrar un “genocidio” contra los palestinos en Gaza. La retórica de Erdogan ha provocado la condena del Ministro de Asuntos Exteriores israelí, Israel Katz, quien comparó el comportamiento de Erdogan con el de un dictador, acusándolo de ignorar los acuerdos comerciales internacionales y los intereses de su propio pueblo.
El Ministro de Relaciones Exteriores Katz respondió rápidamente al bloqueo comercial, prometiendo explorar alternativas para el comercio y enfatizando la resiliencia de Israel frente a los desafíos económicos. Afirmó que Israel emergería con una “economía fuerte y audaz”, haciéndose eco de sentimientos de determinación frente a la adversidad.
La interrupción del comercio marca una violación significativa de los acuerdos entre las dos naciones, incluidos los acuerdos de libre comercio establecidos a mediados de la década de 1990. La decisión de Turquía de restringir las exportaciones a Israel el mes pasado, dirigidas a productos como cemento, acero y aluminio, presagió este último acontecimiento.
El momento del embargo comercial de Turquía coincide con la dinámica política interna, ya que el partido de Erdogan sufrió reveses en las elecciones locales celebradas el 31 de marzo. A pesar de esto, Erdogan ha mantenido su postura crítica hacia Israel, una posición de la que se hacen eco otros actores políticos dentro de Turquía.
Si bien Turquía e Israel habían tomado medidas para normalizar las relaciones en 2022, incluida la reelección de embajadores, los acontecimientos recientes han puesto a prueba esos esfuerzos. El conflicto entre Israel y Hamás ha reavivado las tensiones, lo que ha llevado a Turquía a tomar medidas decisivas contra su antiguo aliado.
Mientras ambos países enfrentan las consecuencias de esta última escalada, el impacto en la dinámica regional y el panorama geopolítico más amplio aún está por verse. La interrupción del comercio subraya la profundidad de la animosidad entre Turquía e Israel, con repercusiones que se extienden más allá de las consideraciones económicas.
Mientras continúan los esfuerzos diplomáticos, la brecha entre Turquía e Israel sirve como recordatorio de las persistentes complejidades de la política de Medio Oriente y los desafíos de resolver conflictos de larga data en la región.