Después del encendido de velas los miembros de la familia van la sinagoga para las oraciones de minjá, Kabalat Shabat y mariv de Shabat.
Seis capítulos de Salmos dan comienzo al Kabalat Shabat en la mayoría de los rituales, cantidad que representa a los días de la Creación. Al concluir los seis capítulos se dice «leja dodi likrat cala, penei Shabat nekablá». Ven mi bien amado, al encuentro de la novia, el Shabat está llegando, vamos a recibirlo – que fue compuesto por Rabí Shlomó Alkabetz.
El último párrafo, Boi Beshalom bienvenida seas, se dice de pie y girando los cuerpos y los rostros hacia la entrada de la sinagoga (casi siempre para el lado oeste, opuesto al arón hakodesh – arca sagrada – que se encuentra en el este), como si esperáramos la llegada de la novia, que es la reina de Shabat.
El Kabalat Shabat culmina con dos salmos

El salmos 92 – mizmor shir leiom hashabat – salmo y cántico para el día de Shabat- y el 93 – H’ malaj gueut lavesh – el Eterno rey está vestido de Majestad – Luego: kadish iatom.
En arvit: shemá y sus respectivas bendiciones y el final de hashkivenu luego de que el oficiante recita el kadish, se lee la amida, compuesta por siete bendiciones en lugar de las diecinueve de los días de la semana. Las tres primeras bendiciones y las tres últimas son iguales a las de todos los días, pero en el centro se encuentra una bendición especial, que resume el contenido del Shabat.
Esta bendición difiere en cada una de las cuatro oraciones de amida que se recitan en Shabat (en arvit, shajarit, musaf y minja). La bendición central en la oración de la noche de Shabat está consagrada a la idea que el Shabat es un testimonio de la creación del mundo por manos de D’os.
Luego de la amida el oficiante y la congregación dicen juntos, en voz alta y de pie, los tres versículos «y así fueron acabados el cielo y la tierra», etc., con estos versículos testimoniamos que D’os creó el mundo en seis días de creación, «Él y no otro». Según la Torá un testimonio se presta de pie y no tiene valor el testimonio de uno solo, entonces toda la congregación junta y de pie confirma su veracidad.
Tan pronto como el oficiante recita una corta bendición que evoca a nuestros patriarcas, la congregación dice: Maguen avot bidvaró – protector de nuestros antepasados por Su verbo, que resume las siete bendiciones, que fueron ya dichas en silencio en la amida y el oficiante la repite en voz alta.
Después de que el oficiante recita kadish titkabel se acostumbra a decir el capítulo 23 de Salmos. Luego el oficiante dice jatzí kadish y repite Barjú et H’ hamevoraj – bendecid al Eterno que es bendito y la congregación responde: Baruj H’ hamevoraj leolam vaed – Bendito sea el Eterno, que es bendito siempre.
Al pronunciar la oración de aleinu leshabeaj – es nuestro deber alabar a D’os – y kadish iatom concluye la oración de arvit de Shabat.