En las pinturas de Mauricio Avayu, la Torá cobra vida de una manera única y monumental. Este artista judío chileno ha llevado su pasión por el arte a nuevas alturas al emprender un proyecto ambicioso: representar cada momento crucial de la Torá en 40 enormes murales.
Mauricio Avayu, de 55 años, ha experimentado un viaje extraordinario desde su infancia en la conservadora comunidad judía de Santiago, Chile, donde su padre inicialmente desaprobaba su inclinación artística. A pesar de estos obstáculos, las obras de Avayu ahora adornan las paredes de casas de ex presidentes en todo el mundo y han sido presentadas al Papa Francisco.
Su proyecto actual, centrado en los 40 murales que representarán los libros fundamentales de la Torá, es más que un simple desafío artístico. «Cuarenta es un número sagrado en el judaísmo», explica Avayu, haciendo referencia a los 40 años en el desierto y los 40 días y noches que Moisés pasó en el Monte Sinaí para recibir la Torá.
Los ocho murales que componen la representación del Génesis ya han sido completados y enviados a Taipei, donde se exhibirán permanentemente en la Asociación Cultural Judía de Taiwán. Este logro no es una tarea fácil, ya que cada libro de la Torá lleva aproximadamente dos años de trabajo meticuloso por parte de Avayu. Con cuatro libros restantes, el proyecto completo se espera que esté terminado en 8 a 10 años, y ya ha despertado el interés de posibles compradores.
Lo que distingue la obra de Avayu es su búsqueda incesante de precisión. Consulta textos rabínicos, estudia la Torá a fondo y se sumerge en la Cabalá para captar cada matiz de los mensajes ocultos que la Torá alberga. «No hay sólo una verdad», dice Avayu, «hay muchas interpretaciones verdaderas».
Su enfoque meticuloso y su deseo de precisión lo han llevado a cuestionar representaciones anteriores de escenas bíblicas. Inspirado por la inexactitud de obras maestras antiguas, Avayu se esfuerza por retratar cada detalle de manera auténtica. Su dedicación no se limita al pincel; antes de comenzar cada obra, consulta con su rabino y estudia los comentarios bíblicos de eruditos como Rashi y Maimónides para elegir la interpretación que resuene más profundamente.
Su arte va más allá de la Torá, abarcando desde la pintura de ketubahs hasta interpretaciones de criaturas mitológicas. Con más de 120 pinturas completadas desde 2012 y al menos 30 en proceso, Avayu no se conforma fácilmente y siempre busca mejorar.
A pesar de las dificultades que enfrenta como artista judío en un país con un mercado limitado para su obra, Avayu persiste en su misión artística. Al abrir un estudio en Florida, comparte su conocimiento con aspirantes a pintores, incorporando lecciones de la Torá y la Cabalá en sus clases. La mezcla de judaísmo y bellas artes no parece ser un obstáculo para sus estudiantes, provenientes de Estados Unidos, Rusia, Argentina y Chile.
Mauricio Avayu no solo está pintando murales; está tejiendo un puente entre el arte, la cultura y la espiritualidad, capturando la riqueza y la diversidad de la Torá en cada pincelada. Su obra trasciende fronteras y despierta la curiosidad de aquellos que buscan una conexión más profunda con la herencia judía.