Claudia Sheinbaum, ex alcaldesa de la Ciudad de México, lidera las encuestas antes de las elecciones presidenciales del domingo en México. La científica de 61 años, que podría convertirse en la primera presidenta judía del país, ha centrado en gran medida su campaña en abordar cuestiones relacionadas con el crimen, la energía y la economía, a pesar de que sus detractores intentan poner su ascendencia judía en el centro de atención.
La herencia judía de Sheinbaum ha seguido siendo un aspecto marginal de las elecciones, que han estado dominadas por apremiantes preocupaciones nacionales. Sin embargo, su origen judío ha llamado cierta atención en un país con fuertes tradiciones católicas y opiniones antisemitas predominantes. Sheinbaum, que rara vez ha hablado de su fe, expresó orgullo por sus orígenes judíos en 2018, pero ha seguido una estrategia para mantener su origen religioso moderado.
El periodista Pablo Majluf, quien también es judío, señaló en un artículo de opinión para Etcétera que Sheinbaum ha mantenido “oculto” su origen religioso sin negarlo. Este enfoque puede ser una respuesta a la retórica antisemita de sus opositores, incluido el ex presidente Vicente Fox, quien ha hecho comentarios despectivos sobre su herencia.
Pese a estos ataques, Sheinbaum mantiene una importante ventaja sobre su principal rival, Xóchitl Gálvez. Las encuestas dan a Sheinbaum una ventaja de 11 a 22 puntos. Como candidata del partido de izquierda Morena, está posicionada para suceder al presidente de mandato limitado Andrés Manuel López Obrador, quien ha respaldado su candidatura.
Sheinbaum ha evitado en gran medida involucrarse en provocaciones religiosas, centrándose en cambio en cuestiones de política. Durante el debate presidencial final el 19 de mayo, enfatizó su compromiso con los programas sociales como estrategia para combatir la violencia de los cárteles, distanciándose de la política energética de Obrador, dependiente de los combustibles fósiles, al abogar por más energías renovables.
Su estrategia de campaña incluye abordar la inmigración y fortalecer la postura de México en la defensa de sus ciudadanos en el extranjero, con el objetivo de distinguir sus políticas de aquellas influenciadas por los objetivos de inmigración de Estados Unidos.
La comunidad judía en México se ha abstenido en gran medida de respaldar a ningún candidato, manteniendo una postura no partidista. Moisés Romano Jafif, presidente del CCCJM que agrupa a las comunidades judías mexicanas, se ha mantenido neutral, mientras que Isaac Ajzen, director del sitio de noticias Diario Judio, señaló que muchos judíos votarán basándose en políticas más que en su herencia.
La complicada relación de Sheinbaum con la religión ha generado acusaciones de inconsistencia por parte de los críticos. En respuesta a preguntas sobre su fe, Sheinbaum se ha descrito a sí misma como “una mujer de fe y de ciencia”, afirmando la importancia de la separación de la Iglesia y el Estado.
La postura de Sheinbaum sobre Israel también ha sido analizada. Aunque condenó las acciones de Israel en Gaza en 2009, ha guardado silencio sobre el conflicto en curso, una medida considerada políticamente cautelosa dadas las opiniones polarizadas sobre el tema.
Mientras México se prepara para las elecciones, el liderazgo de Sheinbaum sugiere un posible cambio en el liderazgo del país. Su enfoque en el crimen, la energía y la economía, junto con su enfoque de la religión y la identidad, probablemente desempeñarán un papel importante en el resultado final del domingo.