Mientras los judíos de todo el mundo se preparan para reunirse en sus mesas del Seder para observar la Pascua, una festividad profundamente simbólica que conmemora la liberación de los israelitas de la esclavitud en Egipto, las celebraciones de este año están llenas de nuevos significados y reflexiones conmovedoras. En el contexto del conflicto entre Israel y Hamas y las secuelas persistentes de la masacre del 7 de octubre, las comunidades judías están entretejiendo las realidades de los conflictos contemporáneos en sus rituales tradicionales.
Una adición conmovedora a la mesa del Seder de este año es la inclusión de espejos, como sugirió la rabbanit Leah Sarna. Basándose en la resiliencia de las mujeres judías del pasado y del presente, Sarna anima a los participantes a reflexionar sobre la fuerza duradera de quienes han enfrentado traumas sexuales, haciéndose eco de las experiencias de las mujeres israelitas en la antigüedad. Al colocar espejos en sus mesas, los participantes del Seder honran la resiliencia de las mujeres y al mismo tiempo expresan solidaridad con quienes enfrentan luchas similares en la actualidad.
La iniciativa de Sarna es sólo una entre muchas propuestas por rabinos, educadores y organizaciones judías que buscan abordar las complejidades del conflicto entre Israel y Hamas durante la observancia de Pesaj. Desde gestos simbólicos como añadir flores al plato del Séder hasta actos más abiertos como dejar un asiento vacío para representar a los rehenes, los rituales de Pesaj se están adaptando para reflejar los desafíos contemporáneos.
Jewish Women International, por ejemplo, aboga por la inclusión de flores en los platos del Seder como símbolo de solidaridad con las mujeres afectadas por la violencia, mientras que algunas familias optan por ponerse cintas amarillas como petición por la liberación de los rehenes. Estos gestos sirven como recordatorios de las luchas actuales que enfrentan muchos en la región, amplificando sus voces dentro del marco tradicional del Seder.
Además, el texto tradicional de la Hagadá, fundamental para la observancia de Pesaj, se está ampliando con suplementos destinados a fomentar debates sobre acontecimientos recientes. El rabino David Lau, principal rabino asquenazí de Israel, compartió una oración de Pascua dedicada específicamente a la liberación de los rehenes, enfatizando la importancia de la oración colectiva y la esperanza en tiempos de crisis.
Además de estos gestos simbólicos, algunos están reimaginando las costumbres tradicionales de Pesaj para que resuenen con las realidades actuales. La rabina Judith Edelman-Green sugiere reinterpretar las Diez Plagas y los Cuatro Niños para reflexionar sobre los desafíos contemporáneos, infundiendo a la narrativa antigua un significado moderno.
A pesar de los diferentes enfoques, el sentimiento subyacente sigue siendo consistente: la mesa del Seder sirve como un espacio para la reflexión, el diálogo y la unidad, incluso frente a profundos desacuerdos. Como señala Rabbanit Sarna, el Seder encarna la tradición de que diversas voces se reúnan cada año para confrontar y abordar las complejidades de la historia judía y los desafíos contemporáneos por igual.
En estos tiempos de incertidumbre, mientras persiste el conflicto entre Israel y Hamas y continúa la difícil situación de los rehenes, el Seder de Pesaj ofrece un rayo de esperanza y resiliencia, recordando a los judíos de todo el mundo su historia compartida y su compromiso duradero con la justicia y la libertad.