¿Cristóbal Colón, fue un judío en secreto?

El 15 de febrero de 1493, Cristóbal Colón envió una carta al mundo europeo revelando por primera vez su descubrimiento de América. Su descubrimiento fue el primer paso hacia un nuevo mundo, que eventualmente se convertiría en un símbolo de tolerancia y libertad religiosa. La verdadera identidad de Cristóbal Colón arroja nueva luz en relación a la convulsión que tuvo lugar en este período histórico, especialmente para los judíos.

Para comprender mejor el legado de Colón, es importante aclarar los antecedentes históricos de su vida. Colón vivió en la época de la Inquisición, durante la cual los Anusim, judíos que practicaban su fe en secreto, estaban bajo constante amenaza de arresto y muerte tortuosa. Decenas de miles de judíos secretos fueron torturados durante la Inquisición española, muchos sufrieron la muerte de un mártir.

La identidad de Colón siempre ha sido un misterio y ha estado en disputa durante bastante tiempo. Los italianos dijeron que Colón nació en Lugano, Italia, hijo de Domenico Colombo, un centinela de la torre. Los españoles dicen que nació en suelo español de un padre con un nombre y una profesión diferente. Recientemente, en un informe de Charles García de CNN, los sabios españoles José Erugo, Otero Sánchez y Nicolás Díaz Pérez concluyeron que Colón era, de hecho, un judío secreto cuyo viaje a las Indias tenía un objetivo completamente diferente al que él declaró.

El contenido de las cartas personales de Colón y su diario de vida son reveladores. Una diferencia notable entre los escritos personales de Colón y los de sus contemporáneos fue el idioma en que fueron escritos, un idioma irreconocible para la mayoría de los españoles nativos. La profesora de lingüística Estelle Irizarry, después de analizar el idioma de cientos de letras similares, concluyó que estaba escrito en español del norte o «ladino», una versión judía del idioma español, análoga a lo que es el yiddish del alemán.

Otra revelación está en el misterioso monograma que se encuentra en sus cartas, escrito de derecha a izquierda. Citando al lingüista semita Maurice David, quien descubrió el significado de los símbolos, “En todas estas cartas íntimas, el lector atento puede ver fácilmente en la esquina superior izquierda un pequeño monograma que es de hecho, nada más y nada menos que un antiguo saludo en hebreo, usado con frecuencia entre los judíos religiosos de todo el mundo hasta el día de hoy. «El símbolo al que se refiere son las letras hebreas bet y hei, que sabemos que representan las palabras beezrat Hashem, o ‘con la ayuda de Dios’. No es sorprendente que la carta de Colón al Rey y la Reina fuera la única de las 13 letras estudió de él que no contenía este símbolo”.

Tres de los deseos en el testamento de Colón también ofrecen varias pistas reveladoras sobre su identidad. Una solicitud en su testamento era que una décima parte de sus ingresos se entregara como caridad para dar dote a las niñas pobres, una costumbre judía comúnmente practicada que se remonta a mucho tiempo atrás. También pidió que se le diera dinero a cierto judío que vivía cerca del barrio judío de Lisboa.

Otra nota particularmente reveladora de su testamento parece ser una firma oculta, una forma triangular de puntos y letras que se asemeja a las inscripciones encontradas en las tumbas de los cementerios judíos en España. Colón incluso les dijo a sus hijos que guardaran este misterioso símbolo a perpetuidad. La firma oculta, cuando se traduce, es en realidad una oración en lugar del estándar hebreo Kadish, que estaba prohibido en España. Este truco le permitió a Colón pedir encubiertamente a sus hijos que le recitaran kadish.

La gente asume que el rey Fernando y la reina Isabel financiaron el viaje de Colón. Pero según Charles García de CNN, dos conversos, Louis De Santangel y Gabriel Sánchez, junto con el prominente rabino Isaac Abarbanel, sacaron dinero de sus propios bolsillos para financiar el viaje. Este hecho histórico debería plantear otra pregunta: ¿Por qué estos judíos estaban interesados ​​en el viaje de Colón?

Simon Wiesenthal sugiere en su libro, Sails of Hope, que el motivo del viaje de Colón fue encontrar un refugio seguro para los judíos. De manera similar, otros concluyen que Colón zarpó hacia Asia con el fin de obtener suficiente oro para financiar una cruzada en un esfuerzo por reconquistar Jerusalén y reconstruir el Templo sagrado de los judíos. Según el Dr. Gerhard Falk, autor de El ascenso del hombre a la razón, trajo consigo a un intérprete que sabía hebreo, con la esperanza de localizar a las diez tribus perdidas (de ahí la conocida letra que dice: «En 1492, Colón navegó por el océano azul. Su intérprete era Lou, era judío y eso es cierto»).

La época de los viajes de Colón también es de notable importancia. Se dice que originalmente había planeado navegar en Tishá B’Av, pero pospuso su viaje porque se considera que el día es desfavorable para tales aventuras. En cambio, comenzó su viaje el 3 de agosto, el 11 del mes judío de Av, dos días después de que a los judíos se les diera la opción de convertirse o salir de España. Para nuestros lectores perspicaces, ¿es esto una mera coincidencia o un hecho de importancia impresionante?

En la superficie parece que un marinero corriente se aventuró a encontrar un camino diferente a las Indias y, con una suerte increíble, llegó a una tierra conocida por su benevolencia y tolerancia religiosa. Sin embargo, al explorar la verdadera identidad de Cristóbal Colón, llegamos a conocer a un hombre que, en su búsqueda por liberar al pueblo judío de su opresión, fue traído a América de la mano de la Divina Providencia.

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