Los judíos expulsados en 1492 por los Reyes católicos se dirigieron principalmente a ciudades mediterráneas del imperio otomano donde no solo fueron bien recibidos, sino incluso reclamados. En un viaje a Estambul tuve ocasión de hablar con algunos judíos sefardíes que me mostraron un periódico que publicaban en el antiguo castellano (llamado djudeo-espanyol o ladino, con una ortografía distinta de la del español actual y algunas nuevas palabras tomadas del turco).
También a Portugal e Italia. Los que migraron a Portugal tuvieron, al poco tiempo, que abandonar el país y se dirigieron principalmente a países occidentales de Europa.
Moriscos expulsados por Felipe III en 1609
Algunos moriscos expulsados fueron a Francia, pero la inmensa mayoría se dirigieron a ciudades del Norte de África (p.e. Orán en Argelia y varios lugares de Marruecos). En general, fueron recibidos con cautela, tratándolos de extranjeros. Hubo algún mal recibimiento, por ejemplo: algunos de los moriscos expulsados que llegaron a Rabat, descontentos con el trato recibido, se rebelaron contra el Sultán que dominaba esa región (cerca de Rabat) y fundaron una república independiente, la República de Salé (La república de Salé fundada por piratas moriscos – Torres vigía en la provincia de Cádiz) que para sobrevivir se dedicaron más bien a la piratería y comercio de esclavos.
Algunos moriscos expulsados regresaron al poco tiempo a sus pueblos y ciudades donde vivían en España antes de la expulsión y fueron, en general, bien acogidos de nuevo, pero tuvieron que convertirse al cristianismo.
Por: Aurelio Germes