El antisemitismo resurge en Chipre: AKEL acusa a los judíos de una “toma de tierras” y desata una crisis diplomática

El líder del partido izquierdista AKEL en Chipre, Stefanos Stefanou, acusa a los israelíes de comprar tierras como parte de un “plan sionista”, generando preocupación por el auge del antisemitismo y tensiones con Israel. Conoce los detalles de esta controversia política y social.

La isla mediterránea de Chipre atraviesa un episodio de creciente tensión política, diplomática y social tras las controvertidas declaraciones del secretario general del partido de izquierda AKEL, Stefanos Stefanou, quien acusó públicamente a ciudadanos israelíes de estar detrás de una supuesta estrategia organizada para comprar terrenos estratégicos en la isla. Esta retórica ha sido calificada por muchos como abiertamente antisemita, lo que ha generado una ola de reacciones tanto dentro como fuera del país.

El origen del conflicto: propiedades e ideología

La polémica surgió durante el reciente congreso del partido AKEL, una formación de raíces comunistas y tradicionalmente crítica de Israel. Durante su intervención, Stefanos Stefanou denunció lo que él describió como una “venta sin control” de terrenos a ciudadanos israelíes, particularmente en áreas sensibles desde el punto de vista estratégico, sugiriendo que estas adquisiciones inmobiliarias constituían una amenaza para la soberanía nacional de Chipre.

“Si no actuamos ahora, descubriremos que nuestro país ya no es nuestro”, advirtió Stefanou ante los delegados del congreso.

Según el líder de AKEL, las compras de bienes raíces por parte de ciudadanos israelíes estarían vinculadas a un plan más amplio que incluiría la construcción de comunidades cerradas, escuelas sionistas, sinagogas y control de sectores económicos clave en el país.

Acusaciones que evocan fantasmas del pasado

Aunque Stefanou insistió en que sus preocupaciones no respondían a motivos antisemitas o xenófobos, su lenguaje fue rápidamente criticado por activar estereotipos históricos utilizados en el antisemitismo europeo. Afirmaciones como “planes sionistas”, “adquisición de tierras” y la idea de que los judíos formarían guetos o tomarían control económico han sido señaladas como reminiscentes de teorías conspirativas utilizadas a lo largo de la historia para justificar persecuciones.

La polémica se agravó al comparar la situación actual de Chipre con las “primeras etapas de la toma de tierras por parte de los judíos en Israel”, una afirmación que se percibió como una forma de delegitimar el derecho de los judíos a invertir o establecerse legalmente en el extranjero.

Una retórica sin precedentes por parte de AKEL

AKEL, fundado como una fuerza comunista en 1941, ha mantenido a lo largo de su historia una posición crítica hacia la política exterior de Israel, especialmente en relación con Palestina. No obstante, esta es la primera vez que el líder del partido emplea un discurso tan explícitamente antisemita, según denunciaron medios locales y observadores internacionales.

Cabe destacar que el embajador de la Autoridad Palestina en Chipre, Abdallah Attari, participó como orador en el mismo congreso de AKEL, lo que marcó un hecho inédito en la política chipriota: la intervención directa de un embajador extranjero en un evento partidario interno.

Esta participación se interpreta como parte del auge de la narrativa antiisraelí en algunos sectores políticos de Chipre, especialmente con miras a las elecciones parlamentarias previstas para junio de 2025.

Reacción internacional: Israel denuncia antisemitismo

La respuesta del gobierno israelí no se hizo esperar. El embajador de Israel en Chipre, Oren Anolik, emitió una dura declaración condenando las afirmaciones de Stefanou y expresando una profunda preocupación por la proliferación de discursos antisemitas en la isla.

“Estamos profundamente preocupados y condenamos la aparición de una retórica antisemita atípica en el discurso público chipriota”, expresó Anolik.
“Bajo el pretexto de la ‘preocupación política’, esta reaviva patrones oscuros del pasado: acusaciones colectivas, teorías conspirativas y búsqueda de chivos expiatorios étnicos”.

Anolik enfatizó que combatir el antisemitismo va más allá de la historia: es un imperativo moral y político. También hizo un llamado a las autoridades chipriotas para que mantengan su compromiso con los valores democráticos, la libertad religiosa y los derechos de inversión de los extranjeros que actúan dentro del marco legal del país.

El silencio del gobierno chipriota

Pese a la polémica que se ha desatado en los medios, y las críticas de diversos partidos centristas, el gobierno de Nikos Christodoulides ha optado por guardar silencio, lo cual ha sido interpretado por algunos analistas como una estrategia electoral para evitar alienar votantes potenciales que comparten las preocupaciones expresadas por AKEL.

Este silencio oficial contrasta con las declaraciones de políticos moderados y de centro, que han denunciado la retórica empleada por Stefanou como irresponsable, divisionista y peligrosa, especialmente en un país como Chipre, que ha vivido conflictos territoriales y étnicos intensos en su historia reciente.

¿Una estrategia electoral encubierta?

Observadores políticos coinciden en que la radicalización del discurso de AKEL puede estar relacionada con la estrategia del partido de aumentar su base electoral apelando a sectores preocupados por la inmigración, la crisis de vivienda y el desempleo, todo bajo el paraguas de una retórica nacionalista y proteccionista.

La táctica no es nueva en Europa: partidos tanto de izquierda como de derecha han recurrido en distintas ocasiones al discurso contra extranjeros o minorías para movilizar electores, a menudo recurriendo a conspiraciones infundadas o prejuicios históricos.

En este caso, la utilización del “miedo al judío inversor” recuerda a episodios de antisemitismo económico clásico, donde se atribuía a los judíos un poder desproporcionado en finanzas e influencia social.

La desinformación como combustible: videos falsos y redes sociales

Al mismo tiempo que se desarrollaban estas declaraciones, en redes sociales comenzaron a circular videos generados por inteligencia artificial en los que se ve a supuestos judíos ultraortodoxos “explicando” que su intención es comprar y robar tierras en Chipre. Estos videos han sido desmentidos, pero el daño ya estaba hecho.

La rápida viralización de este tipo de contenidos alimentó los temores e ideas preconcebidas de una parte de la población chipriota, profundizando aún más el clima de hostilidad hacia los israelíes y judíos en general.

Expertos en comunicación política advierten que la IA generativa está siendo usada cada vez más como herramienta para propagar discursos de odio, especialmente cuando se combinan con campañas de desinformación coordinadas.

Contexto geopolítico: Chipre, Israel y una región en tensión

Las tensiones entre Chipre e Israel no deben analizarse de forma aislada. Ambos países han cooperado históricamente en temas energéticos, turismo y seguridad, pero la guerra en Gaza desde el 7 de octubre y la creciente polarización internacional respecto al conflicto israelí-palestino ha impactado también en el plano diplomático local.

Israel ha intensificado su actividad diplomática en el Mediterráneo oriental, donde Chipre juega un papel estratégico. Sin embargo, declaraciones como las de Stefanou pueden poner en riesgo la relación bilateral en temas clave como la cooperación energética y la seguridad marítima.

El antisemitismo moderno: una amenaza global

Este caso en Chipre se inscribe en un preocupante patrón global de aumento del antisemitismo, tanto en Europa como en América Latina y Estados Unidos. Según datos recientes de la Agencia de la Unión Europea para los Derechos Fundamentales (FRA), las manifestaciones antisemitas han aumentado un 30% en el continente desde 2023.

Estas manifestaciones van desde actos vandálicos y discursos de odio, hasta ataques físicos y exclusión social sistemática, como lo evidencian las campañas contra inversiones judías o israelíes en múltiples países.

La narrativa de la «toma de control» por parte de los judíos es una constante histórica del antisemitismo, y su resurgimiento en el discurso público de Chipre representa una grave señal de alerta.

Libertad, legalidad y responsabilidad

El caso de Chipre nos recuerda la importancia de preservar un discurso político basado en la responsabilidad, la legalidad y el respeto a las minorías. Las inversiones extranjeras, incluidas las de ciudadanos israelíes, deben ser evaluadas según los marcos legales y de seguridad nacional existentes, pero nunca utilizadas como pretexto para avivar el odio étnico o religioso.

Como señaló el embajador israelí Oren Anolik, combatir el antisemitismo no es solo una cuestión histórica, sino una exigencia ética de las democracias modernas. Cuando los prejuicios se disfrazan de preocupación patriótica, es deber de la sociedad civil, los medios y los líderes democráticos desenmascararlos y rechazarlos sin reservas.

El silencio institucional en este tipo de situaciones solo agrava el problema. Chipre se encuentra ante una encrucijada moral y política, y la forma en que responda marcará no solo su imagen internacional, sino también la salud de su democracia interna.

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