España ayuda a mantener vivo el idioma de los judíos sefarditas

El idioma hablado por los descendientes de judíos sefarditas expulsados ​​de España hace 500 años está recibiendo ayuda de la Real Academia Española para mantenerlo vivo.

El ladino, un idioma tomado en el extranjero por los judíos españoles expulsados ​​de España a fines del siglo XV, preserva de forma única muchos elementos del español medieval, pero algunos temen que esté desapareciendo.

La Real Academia de España lo ha impulsado dando un primer paso hacia la creación de una academia distinta para el ladino que nutrirá el lenguaje sefardí.

“Siento que este es un momento muy importante, un momento histórico”, dijo Tamar Alexander-Frizer, presidenta de la Autoridad Nacional del Ladino y su Cultura, establecida por Israel en 1996 para apoyar y fomentar el idioma.

Alexander-Frizer habló el martes en la sede de Madrid de la Real Academia Española, donde los expertos ladinos firmaron un acuerdo para establecer una nueva institución que pasará a formar parte de la Asociación de Academias de Lengua Española de 23 miembros.

Los judíos sefarditas es el término comúnmente usado para aquellos que una vez vivieron en la península ibérica. Huyeron a otros países en Europa, Medio Oriente, África y América Latina. La comunidad más grande está en Israel.

Otorgarle a Ladino la distinción de su propia academia y encerrarla en una red de apoyo internacional apunta a asegurar su futuro.

Se cree que solo unos pocos miles hablan el idioma con fluidez. Se cree que al menos 250,000 personas en Israel tienen algún conocimiento de ladino, según Shmuel Refael Vivante de la Autoridad Nacional de Ladino y su Cultura. Pero fuera de Israel, el número es “un misterio”, dice.

La UNESCO, la agencia educativa, científica y cultural de la ONU, clasifica al ladino como un idioma “gravemente amenazado”.

Jacobo Sefami, un sefardí nacido en México y ahora profesor en la Universidad de California, Irvine, es pesimista. “La verdad es que ya no hay niños que lo hablen y su avance hacia la extinción parece irreversible”, dijo Jacobo.

Otros, como María Cherro de Azar, especialista en el Centro para la Investigación y Difusión de la Cultura Sefardí con sede en Buenos Aires, son menos sombríos. “Se ha hablado de la muerte del lenguaje por más de 100 años”, dijo ella por teléfono.

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