Haciendo Matzá bajo la Ocupación nazi
Fue en el año 1944 poco antes de la fiesta de Pesaj que Moshé Halpert habría de festejar esta fiesta (sería la última) con su familia en Hungría tiempo antes de que la mayoría de sus parientes y amigos fueran asesinados por los nazis.
Hace poco tiempo Moshé Halpert de 87 años entregó a «Yad Vashem» las fotografías de los preparativos de la noche de aquel «Seder» que se está dando a la tarea del proyecto «Reuniendo Quebrantos» Este episodio sucedió una semana después que los nazis ocuparan Hungría.
Moshé nos cuenta su historia
“Antes de Pesaj había problema para conseguir «Mazot» ya que eran muy caras. Yo era el séptimo de siete hermanos de entre los diez hijos que éramos de Mendel Yaakob Ytzjak Halpert. Nos pusimos de acuerdo con algunas otras familias para hornear la «Matzá» juntos. Nosotros, los chicos, recogimos cien kilos de trigo y las molimos a mano por días enteros.
Fue un trabajo extenuante y pudimos hornear la «Matzá» en un horno campestre que teníamos en casa. Pasada pocas semanas los judíos de la aldea fuimos juntados en un «Gueto» que hicieron en la aldea. Y en el mes de junio nos mandaron en trenes a un centro cerrado.
Después de algunas semanas nos llevaron en vagones de animales a los campos de exterminio en un viaje que duró cuatro días. Durante la «selección» que hacían en Auswitch les mentí en cuanto a la edad que tenía y eso me salvó la vida y fui mandado junto a mis hermanos y mi padre a un campamento de trabajos forzados en Alemania.
Nos ocupábamos en el traslado de las ruinas hasta el momento que mi padre y yo enfermamos de tifus. Mi padre siempre tuvo la esperanza que el próximo «Pesaj» podría estar vivo y festejarlo, asegurando que de ser así hornearía nuevamente en casa las «Mazot».
En «Pesaj» de 1945 repartieron en el campo un pan putrefacto. Mi papá se negó a comerlo. Durante la fiesta ayunó y solo tomó agua. Cuando terminó la fiesta durante la comida mi padre murió sobre la mesa.
Yo pude sobrevivir la «Shoah» y subí a Eretz Israel con mi hermano Berel. Del recuerdo de mi niñez más próxima a mi padre tengo presente lo que me repitiera mi padre: «No olvides nunca el hijo de quien eres ¡quédate siempre un Yehudí Datí!» Esto me sostiene hasta el día de hoy.
¡Bendito sea D…s! Subí a Eretz Israel y levanté una familia donde todos son religiosos y también todos han servido en el ejército. Tengo tres hijos, trece nietos y veintidós bisnietos”.
Fuente: Radiojai.com.ar