Más de 100 judíos ucranianos dejaron su país, que se convirtió en una zona de guerra, y llegaron a Israel esta semana. Muchos dejaron el país debido a la violencia y los frecuentes ataques antisemitas. Los nuevos inmigrantes fueron asistidos por International Fellowship of Christians and Jews (Asociación Internacional de Cristianos y Judíos), que ha estado encabezando un proyecto para llevar judíos de zonas en guerra al Estado Judío.
Las hermanas Marina y Alexandra Prokopovych, de 17 y 15 años respectivamente, se encontraron entre las nuevas llegadas. Vivían en el pequeño suburbio Rakytne y ambas fueron severamente golpeadas en su colegio en lo que comenzó como un ataque motivado nacionalistamente pero se convirtió rápidamente en antisemitismo. El director de comunicaciones de IFCJ, Tali Aronsky, dijo que las jóvenes fueron llamadas “separatistas” y “zhids” (judías) antes del asalto porque hablaban ruso en vez de ucraniano.
“Las chicas resultaron seriamente heridas. Una tuvo concusiones y tuvieron que darle puntos. Incluso los maestros se unieron a la golpiza. Su padre recuerda que cosas similares le ocurrieron a él cuando era más joven pero decidió que era tiempo de irse cuando le pasó a sus hijas”, agregó, según el medio israelí Ynet.
Dmytro Prokopovych, padre de las jóvenes, también recuerda haberse cambiado de colegio tres veces debido a su etnicidad. Sufrió 14 concusiones de ataques similares durante su niñez y mantiene que el antisemitismo todavía es algo muy prevalente en la Ucrania post soviética. “Recientemente descubrí que el apellido real de mi familia es Evenbach, no Prokopovych. Era el apellido de mi abuelo. Mi padre no era admitido a la universidad debido a su apellido soviético entonces lo cambió al nombre de soltera de su madre”, dijo.
El fundador de IFCJ, Rabino Yechiel Eckstein, decidió que los esfuerzos por rescatar judíos en países con un antisemitismo prevalente eran insuficientes. Por eso comenzó a buscarlos activamente. Muchos reciben fondos adicionales ya que se vieron a dejar hogares que habían perdido totalmente su valor.
Fuente: Itongdol