La Comunidad Israelita Sefaradí trabaja en la difusión y rescate de la memoria y el legado de su cultura
La Comunidad Israelita Sefaradí de Chile tiene “muchos años de historia en nuestro país y está profundamente arraigada a las tradiciones judías y sefardíes, comprometida con el pensar nacional y abierta a todo el ishuv”, explicó su rabino, Daniel Zang (en el centro de su sinagoga, en la foto), a la Agencia Judía de Noticias (AJN).
“Pertenece al Movimiento Masortí prácticamente desde el año ’68 y trabaja codo a codo” con sus pares de Santiago, si bien “estamos en un proceso de traslado de nuestra sinagoga por temas operativos y demográficos -la comunidad se fue corriendo-, y en este momento nuestros servicios religiosos se están realizando en el Estadio Israelita” Maccabi, aclaró.
La Kehilá “tiene aproximadamente 680 familias; la mayoría es activa, tanto en el área de culto como en los diferentes cursos, actividades y grupos que tenemos, e inclusive mucha gente no socia participa en la comunidad”, destacó el religioso.
“No solo trabajamos en la difusión de la cultura sefaradí, sino también en su rescate: tenemos un grupo folclórico djudeo-espanyol y un museo que está en constante búsqueda de la memoria para recopilar y poner al servicio de la gente, por escrito y en video, historias de familia y recetas” culinarias, resaltó.
“Es importante poner en el lenguaje de los jóvenes, con medios modernos de comunicación para llegar de una forma masiva, todo el bagaje cultural que tiene nuestra comunidad, que cuenta con un porcentaje de gente mayor que participa mucho”, subrayó Zang.
“Tenemos que basarnos en su longevidad para rescatar el legado, y queremos hacer más público todo el conocimiento que tenemos de nuestra comunidad”, agregó.
Por otra parte, “tenemos muchos grupos de estudio y los jóvenes están cada vez más interesados; por supuesto, la comunidad sefaradí tiene esa tradición familiar de que cuando el abuelo dice ‘vamos a la sinagoga’, vienen todos …”, enfatizó el rabino.
“Inclusive vemos a varios jóvenes en nuestro Directorio, el menor de los cuales tiene 23 años”, ejemplificó.
Asimismo, “Chile es una sociedad pequeña y en los últimos años son contados con las manos los niños que tienen sus cuatro abuelos sefaradíes, así que la convivencia es normal, natural y se da prácticamente en el seno de todas las familias, donde conviven ashkenazim, sefaradim y iekes”, explicó Zang.
En tanto, “el Instituto Hebreo (Doctor Chaim Weizmann) aglutina a todos los niños ashkenazim, sefardim y alemanes, y todos los rabanim participamos, dando cursos y actividades en la escuela”, amplió.
Sin embargo, el panorama extramuros se tornó “complejo” porque en Chile vive “la comunidad palestina más grande de su diáspora y el último año la situación cambió por la operación (Margen Protector del Ejército israelí) en (la Franja de) Gaza: tuvimos muchas expresiones antisemitas, especialmente en las redes sociales y los medios de comunicación”, admitió el líder religioso sefaradí a AJN.
“Por lo tanto, es un tema que estamos trabajando con la Comunidad Judía de Chile, que es la entidad central” en ese país, añadió.
“Soy asesor del gobierno en temas interreligiosos y estamos trabajando fuertemente para dar la voz de alerta sobre todo lo que sea discriminación, reelaborando la ley de culto y escribiendo un código ético desde la Oficina Nacional de Asuntos Religiosos”, comentó el rabino de la Comunidad Israelita Sefaradí.
“Ser judío es difícil en todos lados y sigue siendo un desafío, pero en Chile se vive con plena libertad y la gente puede expresar su judaísmo sin tapujos”, especificó.
“Voy con kipá por la calle y nunca me habían dicho algo hasta el año pasado, cuando 3 ó 4 veces me gritaron cosas desde el auto, pero no son los niveles de otros lugares y la sociedad todavía es un poco más reservada, lo cual no quiere decir que no lo piensen o esté latente”, matizó Zang.
“El estilo local es, más bien, ‘te grito, me voy y no me viste’; la gente no se anima a hacerlo” de otro modo, finalizó. Fuente: itongadol.com