Los “judíos de la montaña”: los judíos de Azerbaiyán
Como se sabe, la República de Azerbaiyán se encuentra geográficamente ubicada en lo que sería, digamos, la puerta de ingreso a Europa, Medio Oriente o Asia.
Esto ha determinado que en esa República, con el correr de los siglos, se haya generado una mezcla de carácter demográfico y cultural, con relevantes detalles modernos europeos, como en la arquitectura que pudimos comprobar en nuestra estancia reciente en Bakú, y por otro lado, notorias similitudes con la región del Medio Oriente.
Para que esto ocurriera, incidió el hecho de que a lo largo de su historia, Azerbaiyán, con nueve millones de habitantes, fue ocupada y dominada por distintos imperios.
Hay que destacar que, Azerbaiyán es un país secular, aunque más del 94% de su población pertenece a la religión musulmana.
Según algunos historiadores, hace 2500 años, Azerbaiyán albergaba a una gran comunidad judía. Existen tanto en las ciudades, como en las montañas, sinagogas ashkenazíes y sefaradíes. En este país no ha habido, históricamente, ningún problema interreligioso.
No hay certeza en la cifra de judíos que, en la actualidad, residen en este país, aunque se menciona que son varios miles.
Hace dos años atrás, durante la ceremonia en que se dedicó un nuevo rollo de la Torá a una sinagoga de Bakú, contó con la participación de musulmanes, cristianos ortodoxos rusos, cristianos albaneses, cristianos udis (pueblo caucásico) y líderes católicos.
El actual Presidente de Azerbaiyán menciona con frecuencia “a sus maestros judíos” como una influencia muy importante en su formación.
Permítame el lector de Aurora citar algunos párrafos del magistral discurso que nos brindó el Presidente azerí Ilham Aliyev en el acto inaugural del V Foro Universal Humanitario del Bakú al cual tuvimos el honor de asistir.
En este magnífico discurso, pronunciado ante más de cuatrocientas personas de todo el mundo, entre quienes se hallaban varios dirigentes comunitarios y religiosos judíos de distintos países, incluyendo de Israel, dijo Aliyev: “Nosotros tratamos y continuaremos tratando de contribuir al fortalecimiento del diálogo interreligioso e intercultural en la esfera humanitaria porque ésta es nuestra política. Nuestra historia está también basada en el multiculturalismo. Aunque el multiculturalismo es un concepto nuevo, siempre estuvo presente en Azerbaiyán.
Independientemente del sistema público y político, Azerbaiyán ha sido siempre un espacio de paz, cooperación y entendimiento mutuo y nosotros cuidamos de esta tradición”.
Y siguió diciendo el Presidente Aliyev: “Yo quiero hacer notar nuevamente que representantes de todas las naciones y religiones viven en Azerbaiyán como una sola familia, en paz y hermandad. Nuestra tierra nunca tuvo confrontación alguna o desacuerdo sobre temas relacionados con la religión o de carácter étnico. Esta es nuestra mayor posesión. Monumentos históricos de todas las religiones están protegidos por el Estado. El Estado provee fondos para la restauración de tales monumentos. Mezquitas, iglesias y sinagogas son construidas y renovadas en Azerbaiyán. Celebramos juntos nuestros festivales religiosos. Todas las comunidades religiosas las celebran en conjunto. Estamos orgullosos de nuestra historia y de nuestra cultura… Probablemente, no sea coincidencia que ellos hayan elegido a Azerbaiyán para coexistir. Después de todo, esta tendencia ha prevalecido siempre en nuestro país y en nuestra región. Hoy en día -dijo el Presidente Aliyev- es una política de Estado y continuaremos con ella”.
Confesamos que nos resulta extraordinariamente asombroso cómo estos judíos que vivieron geográficamente tan alejados de las demás comunidades judías europeas no obstante ello, mantuvieron y mantienen sus tradiciones judías y continúan con su cultura y su arte judíos.
Los comúnmente llamados “judíos de la montaña” o “judíos montañeses” son conocidos como tales porque viven, según algunos, desde el Siglo III de la era cristiana cuando escaparon de la persecución de los persas, en las montañas situadas entre el Mar Negro y el Mar Caspio, en la zona del Cáucaso.
Debo precisar que hay dos comunidades de “judíos de la montaña”, a saber, la de los judíos georgianos que conviven con una mayoría cristiana y la de los judíos de Azerbaiyán que viven al Norte y al Este del Cáucaso, conviviendo, en este caso, con una mayoría musulmana.
Unos y otros suelen denominarse como “Juhur” y se consideran que son sobrevivientes de las 12 tribus de Israel aunque no existe evidencia histórica alguna que lo confirme.
Es preciso destacar que “los judíos de la montaña” sufrieron, a lo largo de los siglos, sucesivas olas de persecución y de opresión, no obstante lo cual, mantuvieron con firmeza su herencia judía y se mantuvieron muy unidos gracias a la fuerza estructural de sus familias.
Estos judíos residentes en las cumbres del Cáucaso se destacaban por sus trabajos en la agricultura y por la excelencia con que trabajaban la platería y la tejeduría, influenciados por los hábitos artísticos locales.
En el año de 1948, año de la creación del Estado de Israel, y luego de la Guerra del año 1967, surgieron entre la población judía del Cáucaso fuertes lazos con el sionismo lo que hizo que la mayor parte de esa comunidad se trasladara a Israel donde continúan viviendo.
Se estima que, en la actualidad, alrededor de algo menos de cinco mil “judíos de la montaña” residen sobre el Cáucaso, independientemente de los demás judíos, en su mayoría ashkenazíes, que residen en otras regiones de Azerbaiyán y conviven, en absoluta armonía, con cristianos y musulmanes.
Actualmente están registradas siete comunidades religiosas judías residiendo en la República de Azerbaiyán y en la capital Bakú, hay tres sinagogas mientras que en Oghuz y en Guba hay una sinagoga en cada una de estas localidades.
Hay que destacar que, en el año 2003 se habilitó para su uso por parte de los judíos azerbaiyanos una nueva sinagoga en la capital Bakú. En ese mismo año, en el mes de setiembre, en Bakú, se abrió la “Primera Escuela Secundaría Judía” financiada por el Fondo Internacional de Jabad Lubavich.
Al acto inaugural de esta Escuela asistieron el propio Presidente de Azerbaiyán Ilhan Aliyev conjuntamente con altas autoridades de Israel y la presencia de rabinos israelíes que vinieron especialmente para participar de la inauguración de esta Escuela.
Según la Resolución ministerial No. 222 del 05 de octubre de 2006, a la Escuela No. 1, situada en la Colonia Rojo de la región de Guba, se le dio el nombre oficial del judío Isaac Abramovich Janucov.
Con apoyo del gobierno de Azerbaiyán, se dictan clases, particularmente los domingos, donde se enseña la lengua hebrea, la religión y la cultura judía.
Entre el 09 de febrero y el 14 de ese mismo mes del año 2006, tuvo lugar en Azerbaiyán una Conferencia de Presidentes de organizaciones judías principales de distintos países entre quienes participó A. Maikevich, en ese entonces Presidente del Congreso Judío de Euro-Asia.
En junio del año 2009, visitó especialmente Azerbaiyán, el entonces Presidente de Israel y recientemente fallecido Shimon Peres.
Judíos azerbaiyanos y descendientes suyos se han destacado en distintos campos de la vida cultural, artística, económica y científica de Israel y, entre ellos, debemos mencionar al físico Premio Nobel de Física de 1962 el Profesor Lev Davidovich Landau que nació precisamente en Bakú y falleció en Moscú.
Por último, debo destacar que, el V Foro Internacional Humanitario de Bakú congregó a decenas de judíos de distintas actividades profesionales y provenientes de diferentes países. La convivencia dentro del Foro como el espíritu de hermandad y confraternidad que reinó a lo largo de todo el evento, han dado una muestra al mundo de que creyentes de todas las religiones y personalidades de las más diversas naciones y actividades pudieron y pueden convivir en paz, en armonía total y en un clima de amistad y de colaboración mutua.
Esta demostración, creo yo, fue el más importante legado que dejó el V Foro Universal Humanitario de Bakú celebrado en los últimos días del mes de setiembre pasado.
Fuente: aurora-israel.co.il