La Historia de la Comunidad Judía en Bolivia: Superando Desafíos y Cambios

La historia de la comunidad judía en Bolivia: Un relato de resiliencia y adaptación en tierras suramericanas.

En los anales de la historia boliviana, se encuentra una narrativa menos conocida pero igualmente fascinante: la historia de la comunidad judía en Bolivia. Este relato se remonta a tiempos coloniales y se entrelaza con épocas de persecución, inmigración y adaptación. A lo largo de los años, esta comunidad ha enfrentado desafíos significativos y experimentado cambios demográficos notables, marcando un impacto profundo en la diversidad cultural del país.

Los Primeros Pasos en Tierras Bolivianas

La presencia judía en Bolivia tiene sus raíces en la época colonial, cuando el territorio boliviano formaba parte del virreinato del Perú. En esos días, llegaron “criptojudíos” procedentes de España. Algunos de ellos se aventuraron en las peligrosas minas de plata de Potosí, mientras que otros fueron pioneros en la fundación de la ciudad de Santa Cruz de la Sierra en 1557.

Curiosamente, los únicos registros que subsisten de esta era colonial provienen de los documentos de la Inquisición, que se estableció en Perú en 1570. Estos registros pintan un sombrío panorama de la comunidad criptojudía, que estaba bajo la constante amenaza de persecución.

Sin embargo, no fue hasta principios del siglo XX que se produjo un establecimiento judío más sustancial en Bolivia. En 1905, un grupo de judíos provenientes de Rusia llegó al país, seguido por otros grupos de Argentina y familias sefarditas de Turquía y el Cercano Oriente. A pesar de estas llegadas, la comunidad judía siguió siendo pequeña hasta la década de 1930.

La Inmigración Judía en la Década de 1930

La década de 1930 marcó un punto de inflexión en la historia judía de Bolivia. Miles de refugiados, en su mayoría judíos, huyeron de la creciente persecución en Europa Central, dominada por los nazis. En busca de un refugio seguro en América Latina, muchos eligieron Bolivia, ya que países como Argentina, México, Brasil y Chile comenzaron a imponer restricciones severas a la inmigración.

Bolivia se convirtió en el principal destino de estos refugiados hacia finales de la década, aunque en 1939 se modificó la política de inmigración del país y se suspendieron indefinidamente los visados para los judíos. Sin embargo, la inmigración judía continuó de todas formas.

El Auge y Declive Demográfico

Después de la Segunda Guerra Mundial, llegó a La Paz un grupo de judíos polacos que habían huido de la Europa ocupada por los nazis y que habían abandonado Shanghái debido a la instauración del régimen comunista. La mayoría de ellos se unió a la comunidad judía preexistente en Bolivia.

A fines de la década de 1930, la estabilidad de las comunidades judías organizadas en Bolivia comenzó a consolidarse. El Círculo Israelita, formado en 1935 por judíos de Europa Oriental, fue la primera organización comunitaria. A esta le siguió la Comunidad Judía Alemana. Bajo el ala del Comité Judío Central de Bolivia se establecieron diversos servicios comunales, como la Jevrá Kedushá, el Cementerio Israelita, el Bikur Jolim y un hogar para ancianos. La comunidad en La Paz también inauguró el Colegio Israelita, una institución educativa completa que abarcaba desde jardín de infantes hasta niveles primarios y secundarios.

A medida que avanzaba la década de 1950, la tendencia demográfica cambió drásticamente. Muchos judíos que habían llegado durante la guerra, junto con sus hijos, comenzaron a abandonar el país en busca de lugares “más europeizados” en Latinoamérica, como Argentina y Brasil, o migraron a los Estados Unidos, Israel o regresaron a sus países de origen. Este éxodo estuvo motivado por diversos factores, incluida la inestabilidad política en Bolivia.

A pesar de estos desafíos demográficos, Bolivia mantuvo una actitud amistosa hacia Israel en las Naciones Unidas, incluso apoyando la resolución de la partición de Palestina en 1947. Hubo una cooperación mutua en programas de asistencia entre Bolivia e Israel a lo largo de los años.

La Evolución Contemporánea de la Comunidad Judía en Bolivia

A principios de la década de 1990, la población judía en Bolivia había disminuido aún más, con alrededor de 700 miembros. Esta cifra continuó reduciéndose a medida que las generaciones más jóvenes optaron por emigrar.

Hoy en día, la mayoría de los judíos en Bolivia residen en la capital, La Paz, aunque existen comunidades más pequeñas en Santa Cruz y Cochabamba. El Círculo Israelita, que fusiona al Círculo Israelita de La Paz y la Comunidad Israelita de Bolivia, es la organización comunitaria central. Además, hay sinagogas y un rabino en La Paz, Cochabamba y Santa Cruz.

Desde el punto de vista económico, los miembros de la comunidad judía han encontrado su lugar en la industria, el comercio y la importación/exportación.

Sin embargo, la comunidad judía en Bolivia ha enfrentado nuevos desafíos en las últimas décadas. La disminución demográfica continuó después de la elección del presidente Evo Morales, de tendencia socialista, en 2005. Sus vínculos con líderes como Hugo Chávez y Mahmoud Ahmadinejad, que comparten su visión antinorteamericana, contribuyeron a la inseguridad de la comunidad.

Los líderes comunitarios temen que, en las próximas dos décadas, la población judía en Bolivia pueda desaparecer por completo.

La historia de la comunidad judía en Bolivia es un testimonio de resiliencia y adaptación en un país con una diversidad cultural rica y cambiante. A pesar de los desafíos a lo largo de los años, los judíos en Bolivia han contribuido significativamente a la tapestry cultural del país y continúan enfrentando un futuro incierto con determinación y esperanza.

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