En un giro sorprendente, los votantes franceses rechazaron recientemente al partido de extrema derecha con raíces antisemitas, pero elevaron una alianza de izquierda que ha enfrentado sus propias acusaciones de antisemitismo. El resultado ha dejado a los judíos franceses preocupados, particularmente por el ascenso del partido de extrema izquierda Francia Insumisa liderado por Jean-Luc Mélenchon, quien ha sido acusado de hacer comentarios antisemitas y desestimar la amenaza del antisemitismo.
Resultados electorales y cambios políticos
En la segunda vuelta de las elecciones parlamentarias francesas ningún partido obtuvo la mayoría. Se disputaron los 577 escaños de la Asamblea Nacional: la alianza de izquierda Nuevo Frente Popular obtuvo 182 escaños, el centrista Ensemble, respaldado por el presidente Emmanuel Macron, obtuvo 168 y la extrema derecha Agrupación Nacional obtuvo 143 escaños. Mélenchon, líder de Francia Insumisa, anunció sus intenciones de reconocer un Estado palestino en su discurso de victoria, lo que ha aumentado la aprensión entre los judíos franceses.
La extrema izquierda y el antisemitismo
El ascenso de la alianza de extrema izquierda ha sido alarmante para los judíos franceses. Según una encuesta del Comité Judío Americano (AJC) en Europa, el 92% de los judíos franceses cree que Francia Insumisa ha contribuido al aumento del antisemitismo. Este sentimiento se ve agravado por el informe del gobierno francés sobre un aumento de los incidentes antisemitas, con más de 360 incidentes solo en los primeros tres meses de 2024, un aumento del 300% con respecto a 2023.
El politólogo Jean-Yves Camus expresó la frustración y el sentimiento de traición entre los judíos franceses, especialmente cuando los socialistas más moderados formaron una coalición con el partido de Mélenchon. Camus afirmó: «Como judíos, nos sentimos traicionados y creemos que hubiera sido mucho mejor si el Partido Socialista no hubiera entrado en este tipo de alianza con la extrema izquierda».
La extrema derecha y su transformación
La Agrupación Nacional de extrema derecha, liderada por Marine Le Pen, experimentó un revés en las elecciones, lo que trajo cierto alivio a los judíos franceses debido al pasado antisemita del partido. A pesar de los esfuerzos por desintoxicar su imagen, incluida la renuncia al antisemitismo y la promoción de una postura proisraelí, los candidatos del Agrupación Nacional siguieron enfrentándose a acusaciones de antisemitismo. Por ejemplo, Ludivine Daoudi, candidata en Normandía, se vio obligada a retirarse de la segunda ronda de votación después de que apareció una fotografía de ella con una gorra nazi.
A pesar de estas controversias, algunas figuras judías destacadas expresaron su apoyo a la Agrupación Nacional. Serge Klarsfeld, un sobreviviente del Holocausto conocido por procesar a criminales nazis, afirmó: “La Agrupación Nacional apoya a los judíos, apoya al Estado de Israel. Cuando haya un partido antijudío y un partido projudío, votaré por el partido projudío”. Este sentimiento refleja el complejo dilema que enfrentan los judíos franceses en estas elecciones.
Aumento del antisemitismo y la preocupación de la comunidad
El aumento del antisemitismo desde el 7 de octubre, tras el ataque al sur de Israel por parte de terroristas de la Franja de Gaza, ha sacudido aún más a la comunidad judía francesa. El ataque, que mató a aproximadamente 1.200 personas y provocó una guerra entre Israel y Hamás, ha intensificado la reacción global contra Israel y ha aumentado los incidentes antisemitas en todo el mundo, incluida Francia. La comunidad judía francesa, que cuenta con unas 500.000 personas, se ha visto especialmente afectada por estos acontecimientos.
En un incidente reciente, dos adolescentes fueron acusados de violar a una niña judía de 12 años y lanzarle epítetos antisemitas, lo que pone de relieve el inquietante aumento de la violencia antisemita. La socióloga Martine Cohen señaló: “Muchos judíos están muy conmocionados por los acontecimientos ocurridos desde octubre, pero no todos están conmocionados por lo mismo. Hay gente que está conmocionada por la guerra en curso en Gaza, no sólo por el trauma de las masacres de octubre”.
El camino a seguir
El actual estancamiento político en Francia deja el futuro incierto. Tras las elecciones, el primer ministro centrista Gabriel Attal, de raíces judías, anunció sus planes de dimitir. Mientras tanto, la comunidad judía enfrenta decisiones difíciles a la hora de navegar el panorama político.
CRIF, una organización que agrupa a judíos franceses, ha instado a la comunidad a rechazar tanto a la extrema derecha como a la extrema izquierda. Sin embargo, dado el ascenso de Francia Insumisa, algunas voces judías prominentes han considerado el apoyo a la Agrupación Nacional como un mal menor. Alain Finkielkraut, un destacado filósofo francés, admitió en Le Point que “consideraría la pesadilla de tener que votar por la Agrupación Nacional para bloquear el antisemitismo”.
El dilema para los judíos franceses se ilustra claramente en áreas como el suburbio parisino de Sarcelles, que experimentó un cambio significativo en los patrones de votación. En la primera ronda de votación, el 27% de los votos fueron para la Agrupación Nacional, mientras que en la segunda ronda un candidato de extrema izquierda ganó con más del 60% de los votos. El politólogo Camus resumió la situación: “¿Qué pasa si estás en una circunscripción donde no hay ningún candidato moderado y puedes elegir entre el partido de Mélenchon y la Agrupación Nacional? ¿A qué te dedicas? ¿Te quedas en casa? Simplemente diga: ‘¿No es asunto mío?’”.
Mientras Francia navega por este nuevo terreno político, la comunidad judía continúa lidiando con las implicaciones del creciente antisemitismo y las complejas opciones que enfrenta en el proceso electoral.