Luna de miel económica entre España e Israel

En la fiesta de la Hispanidad que se celebra este jueves en Tel Aviv, la fachada del Ayuntamiento se iluminará con la bandera española con motivo del 30 aniversario de las relaciones diplomáticas. Lejos de las cámaras, las empresas españolas se hacen con cada vez más trozos de la tarta israelí mientras aumentan su presencia en la economía palestina.
En la fiesta de la Hispanidad que se celebra este jueves en Tel Aviv, la fachada del Ayuntamiento se iluminará con la bandera española con motivo del 30 aniversario de las relaciones diplomáticas. Lejos de las cámaras, las empresas españolas se hacen con cada vez más trozos de la tarta israelí mientras aumentan su presencia en la economía palestina.

«La relación comercial entre Israel y España se traduce en más de 2.500 millones de euros de intercambio anual y bidireccional. Se consolida en sectores como el químico, automoción, construcción, textil, agroalimentario y de equipamiento industrial», explica a MERCADOS el consejero económico y comercial de la embajada española en Israel, José María Blasco. 1550 millones corresponden a las exportaciones españolas de bienes y servicios convirtiendo a Israel en el tercer país preferido en la zona tras Arabia Saudí y los EAU.
En exportación de bienes a Israel, España entrará en el 2017 superando a Gran Bretaña y Francia. Desde el 2009, se ha incrementado en un 180%. Empresas israelíes compran equipamiento de viviendas y edificios de España en lo que es el segundo sector más importante de la exportación española a Israel tras la automoción. En la dirección contraria, destaca el campo químico y tecnológico.
«Si en el 2008 la exportación de vehículos era casi el 35% del total a Israel, en el 2015 fue el 23%. La diversificación da estabilidad sin depender de los vaivenes de la automoción, líder con más de 20.000 vehículos vendidos al año», comenta Blasco. Y menciona la comida «apta» según la religión judía: «Se ha perdido el miedo a exportar kosher y en seis años se ha duplicado la cifra llegando ya a casi 150 millones en productos agroalimentarios, en su mayoría kosher».
«Conocimos la tecnología española en una muestra de Múnich y enseguida vimos que nos daba una solución tecnológica al problema que teníamos», nos dice Ofer Carmi, el director general de la empresa Clal Concrete Products que compró equipamiento de dos compañías españolas para su planta industrial en Cesarea. Su empresa lidera la producción de placas, pilares y vigas de hormigón. «Estoy muy satisfecho porque la tecnología española es excelente y orgulloso por haber abierto la puerta de estas marcas al mercado israelí», concluye.
España levanta plantas termosolares en un país de mucho sol, la desaladora más moderna está construida por Sacyr en Asdod y la nueva autovía entre Jerusalén y Tel Aviv también tiene participación made in Spain. Tres empresas españolas optan a un concurso de constructoras internacionales para proyectos residenciales y no residenciales.
Muchos israelíes conocen a Florentino Pérez como presidente del Real Madrid. Su sombrero de ACS es menos conocido aunque estará más presente en su día a día que los goles de Ronaldo. Su filial Semi ganó hace 10 meses el concurso para la electrificación de 420 kilómetros de líneas ferroviarias, los transformadores y el centro de control de las líneas. 1.080 kilómetros de línea aérea de alimentación que transmite electricidad a los trenes, 14 subestaciones y cinco años de construcción con un importe final aproximado de 432 millones de euros llevarán la firma de Pérez. Otra de sus filiales ganó el concurso para gestionar el tráfico de Tel Aviv.
«Los dos países tenemos mucho que ofrecer y compartir. Israel tiene talento y especialización en sectores como nuevas tecnologías o ciberseguridad mientras las empresas españolas son líderes mundiales en infraestructuras, energías renovables o alimentación», recuerda el embajador español en Israel, Fernando Carderera. «Teniendo en cuenta que sólo llevamos 30 años, las relaciones bilaterales son buenas y abarcan muchos sectores», añade.
Israel lleva 15 años de crecimiento económico ininterrumpido por encima del 2,5% anual. En un país donde se construye con tanta intensidad como se discute y reza, el desempleo se sitúa en el 4,7%. Pero también hay sombras: la burbuja inmobiliaria que dificulta comprar una casa, la caída de exportaciones y desigualdades sociales con un nivel de pobreza rondando el 20 %. El país de las naranjas se ha convertido en el Startup Nation. Una ventana por la que España se asoma como en el Festival Digital de Tel Aviv que congregó hace unos días a innovadores e inversores de todo el mundo.
«España es uno de los países más receptivos al Startup Nation», cuenta el director de Internacionalización de Icex, Isaac Martín. Según él, «a veces, las empresas israelíes no tienen la totalidad de la solución en tecnología financiera. Necesitan encontrar un socio y ojalá sea en España. El ecosistema israelí de startups no cuenta con bancos de la expansión que hay en España».
Recientemente, WebCargoNet ha sido comprada por Freightos, startup con sede en Jerusalén y especializada en automatizar precios, rutas, transportistas y cargueros. Algunos españoles suelen preguntar si sus negocios en los países árabes pueden perjudicar sus proyectos en Israel. «A los israelíes no les importa donde hayan trabajado sino si han tenido éxito», contesta Blasco. Hay empresarios que hacen grandes negocios en Israel y prefieren ocultarlo por temor a reacciones en España motivadas por el conflicto israelopalestino.
Conflicto que golpea el desarrollo de la economía palestina. La exportación española en Palestina, en torno a los 25 millones de euros, se centra en construcción, automoción y alimentación. Los palestinos exportan a España menos de un millón de euros anuales. Las estadísticas no reflejan la realidad exacta, ya que algunos empresarios palestinos se registran como israelíes en puertos del país para facilitar desaduanajes y operaciones comerciales.
España está presente en Gaza a través de la planta desaladora. Con financiación de la Unión Europea, Acciona ha sido la encargada del estudio de impacto medioambiental y social. «Fomentamos el conocimiento mutuo para que luego haya relación comercial. Los empresarios palestinos no son inferiores a otros y están ávidos en hacer relaciones comerciales con nosotros», señala Blasco antes de apuntar su objetivo: «Invertir en la economía palestina y promover que empresarios palestinos se introduzcan en nuestro mercado».
La paz puede ser muy rentable para israelíes, palestinos… y países que invierten en estas tierras. Como España.

Fuente: elmundo.es
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