En una escalada de la controversia desatada por las declaraciones del presidente Gustavo Petro sobre el conflicto con Hamás, Colombia ha solicitado la salida del embajador israelí de su territorio.
El Ministro de Relaciones Exteriores, Álvaro Leyva, fue claro al afirmar que Gali Dagan, el enviado de Israel, debería, como mínimo, ofrecer disculpas y abandonar el país, después de criticar las palabras de Petro, quien comparó los ataques israelíes en Gaza con la persecución nazi de los judíos.
Leyva, visiblemente molesto por la respuesta de Israel, no escatimó críticas en las redes sociales, calificando la reacción israelí como una “grosería” y añadiendo un “¡Vergüenza!” a su publicación.
Las tensiones se desataron cuando Gustavo Petro, a través de un comunicado, acusó al Ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, de utilizar un lenguaje que recordaba a lo que “los nazis decían de los judíos” al referirse al pueblo de Gaza.
El conflicto en cuestión se desencadenó cuando miembros del grupo terrorista Hamás cruzaron la frontera de Gaza el 7 de octubre, desencadenando una serie de eventos violentos en el sur de Israel que dejaron más de 1,400 personas muertas, en su mayoría civiles, y al menos 200 como rehenes. La respuesta de Israel fue una campaña de bombardeos contra objetivos de Hamás que ha cobrado la vida de al menos 2,750 personas en la Franja de Gaza.
El presidente de Colombia, el primero de orientación izquierdista en el país, enfatizó que “las naciones democráticas no pueden permitir que el nazismo resurja en la política internacional”.
El domingo, en medio de la creciente tensión diplomática, Israel, uno de los principales proveedores de armamento para el ejército colombiano, anunció la suspensión de las exportaciones de material de seguridad al país sudamericano.
El portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores israelí, Lior Haiat, justificó esta medida alegando “declaraciones hostiles y antisemitas” por parte de Gustavo Petro, calificando sus declaraciones de “asombrosas”.
Haiat acusó al presidente colombiano de “respaldar las atrocidades cometidas por los terroristas de Hamás, avivar el antisemitismo, dañar la imagen de Israel y poner en peligro la paz de la comunidad judía en Colombia”.
En respuesta, Petro aseveró que su país no apoya ningún “genocidio” y, con firmeza, expresó: “Si tenemos que suspender las relaciones exteriores con Israel, lo haremos”.
Colombia ha sido un consumidor de armamento israelí a lo largo de los años debido a su prolongado conflicto con grupos guerrilleros de izquierda, paramilitares de derecha y cárteles de la droga. El país ha mantenido históricamente sólidas relaciones diplomáticas y militares con Israel y Estados Unidos.
El embajador israelí, Gali Dagan, se involucró en una guerra de palabras en línea con Petro, instándolo a condenar un “ataque terrorista contra civiles inocentes”. La respuesta de Petro fue clara: “El terrorismo es matar niños inocentes, ya sea en Colombia o en Palestina”.
Dagan, en un intento por mantener el diálogo, invitó a Petro a visitar el monumento al Holocausto en Jerusalén y el campo de exterminio de Auschwitz-Birkenau. La respuesta del presidente colombiano fue contundente, afirmando que vio situaciones similares “copiadas en Gaza” y agregando: “Ningún demócrata en el mundo puede aceptar que Gaza se convierta en un campo de concentración”.
Inicialmente, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Colombia emitió un comunicado en el que condenaba “con firmeza el terrorismo y los ataques contra civiles en Israel” y expresaba solidaridad con las víctimas de Hamás. Sin embargo, dicho comunicado fue retirado posteriormente y un nuevo comunicado fue emitido sin mencionar la palabra “terrorismo”.