Israel Lucha por la Estabilidad Económica en Medio de un Conflicto Duradero

La economía israelí enfrenta desafíos significativos en medio del conflicto con Hamas y la incertidumbre regional.

Jerusalén – Lo que el Primer Ministro Benjamín Netanyahu había previsto como una nueva era de paz y prosperidad en el Medio Oriente se ha convertido en una realidad completamente diferente en medio de un conflicto prolongado entre Israel y Hamas. A medida que entramos en la cuarta semana de hostilidades, la economía israelí se tambalea, enfrentando desafíos sin precedentes que podrían prolongarse en el tiempo.

La movilización de 360,000 reservistas y la evacuación de 250,000 israelíes de sus hogares, según cifras proporcionadas por el ejército israelí, han tenido un impacto devastador en muchas empresas. Los restaurantes y tiendas se han visto obligados a cerrar, las aerolíneas han cancelado la mayoría de los vuelos a Israel y los turistas han suspendido sus viajes. Además, la interrupción de la producción en un importante campo de gas natural ha agravado aún más la situación económica. Decenas de miles de empleados han sido despedidos en este período de crisis.

El objetivo declarado de Israel es poner fin al gobierno de Hamas, lo que podría extender la duración del conflicto por meses, en contraste con conflictos anteriores que se resolvieron más rápidamente. La preocupación se agrava por la participación de Israel en combates de bajo nivel en tres frentes adicionales: Líbano, Cisjordania y Siria. Este conflicto prolongado y la posible expansión a múltiples frentes presentan un desafío sin precedentes para la recuperación económica del país.

Incluso antes del estallido de la guerra, la economía de Israel ya estaba afectada por una controvertida reforma legal planeada por Netanyahu, diseñada para debilitar el poder judicial. Esta reforma ha generado un debate intenso, ya que algunos consideran que el poder judicial ejerce un control vital sobre los poderes de los políticos, mientras que otros argumentan que este poder no elegido tiene demasiada influencia.

El Ministerio de Finanzas ha propuesto un plan de ayuda económica que incluye mil millones de dólares en subvenciones para las empresas afectadas por la guerra. Sin embargo, los críticos argumentan que este plan no va lo suficientemente lejos y exigen una reasignación de fondos destinados a proyectos políticos hacia los esfuerzos de recuperación económica y la guerra.

La Bolsa de Tel Aviv.
Ilustrativo: La Bolsa de Tel Aviv. 29 de noviembre de 2020. (Miriam Alster / FLASH90)

La preocupación económica se refleja en los indicadores financieros, donde el shekel ha alcanzado su nivel más bajo en 14 años y el índice bursátil de referencia ha caído aproximadamente un 10% en lo que va de año. La industria tecnológica, que históricamente ha sido el motor del crecimiento económico de Israel, ha comenzado a sufrir pérdidas incluso antes del estallido del conflicto.

Las agencias de calificación crediticia, como Fitch Ratings, Moody’s Investors Service y S&P, han advertido que una escalada del conflicto podría resultar en una rebaja de la calificación de la deuda soberana de Israel, lo que tendría graves implicaciones financieras.

El Banco Central de Israel ha reducido su pronóstico de crecimiento económico para 2023 del 3% al 2.3%, asumiendo que los combates se mantengan contenidos en el sur del país. Para respaldar la economía, el banco central ha destinado 30,000 millones de dólares para estabilizar el shekel.

A pesar de estos desafíos, el gobernador del banco central, Amir Yaron, enfatizó la resiliencia de la economía israelí. Israel ingresó en la guerra con considerables reservas de divisas y cuenta con el apoyo de la administración Biden, que busca la aprobación de una ayuda de emergencia de 14,000 millones de dólares para el país, principalmente en forma de financiación militar adicional a la ayuda anual de 3,800 millones de dólares.

La interrupción de la producción en el campo de gas natural de Tamar para reducir la vulnerabilidad al ataque de misiles ha planteado preocupaciones sobre los ingresos perdidos, estimados en 200 millones de dólares al mes. Además, la posible participación del grupo terrorista Hezbollah, aliado de Hamas en el Líbano, en el conflicto podría afectar la producción en otros campos de gas.

La incertidumbre económica es un hecho en Israel, y la pregunta que persiste es cuánto tiempo tomará la recuperación económica. Si los objetivos del conflicto se cumplen, podría haber un repunte de la actividad económica, aunque su momento y alcance son inciertos. La longitud del conflicto y su impacto en la economía israelí son factores clave que determinarán el futuro económico del país en los meses por venir.

Te Puede Interesar
Lo Último