“Todo el mundo solo habla de la guerra”, dijo Yana Koblenko de Ucrania, quien llegó a Israel el domingo con un avión de otros 74 nuevos inmigrantes. “Hasta el último minuto, me preocupaba que cancelaran el vuelo”.
La familia Koblenko, Yana, su esposo Yevgeny y su pequeña hija, habían estado deseando venir a Israel durante algún tiempo. El resto de la familia de Yana, incluidos sus padres, habían hecho aliyá justo antes de la pandemia.
“Es aterrador en Ucrania en este momento”, dijo Yana cuando llegó al Aeropuerto Internacional Ben-Gurion. “Estamos muy contentos de tener la oportunidad de vivir en Israel”.
El vuelo de aliyá fue llevado a Israel a través de los esfuerzos conjuntos de la Fraternidad Internacional de Cristianos y Judíos, el Ministerio de Inmigración y Absorción de Israel y la Agencia Judía para Israel. El esfuerzo fue financiado por Fellowship, que recauda dinero principalmente de los cristianos que apoyan a Israel en todo el mundo.
“La llegada de los inmigrantes a Israel es la esencia del sionismo”, dijo el presidente de la Fraternidad, Yael Eckstein.
El avión procedente de Ucrania transportaba a 75 personas, incluidos 21 niños menores de 18 años. Además, llegaron 46 personas de entre 18 y 45 años, 20 entre 46 y 60, 19 entre 61 y 80 y una persona de 81 años.
Más de la mitad de los inmigrantes vivirán en el norte de Israel, dijo la Fraternidad. El resto se distribuye entre el centro y el sur de Israel.
“Nuestro mensaje a los judíos de Ucrania es muy claro”, dijo la ministra de Inmigración y Absorción, Pnina Tamano-Shata: “Israel siempre será su hogar. Nuestras puertas están abiertas para ustedes en tiempos normales y en tiempos de crisis”.