El ex embajador de Estados Unidos en Israel, David Friedman, ha presentado una propuesta innovadora titulada «El futuro de Judea y Samaria», abogando por la plena soberanía israelí sobre estas regiones y el Valle del Jordán. Presentado en un evento organizado por el movimiento Keep God’s Land durante la Conferencia Nacional de Locutores Religiosos en Nashville, Tennessee, el plan tiene como objetivo abordar el conflicto israelí-palestino de larga data a través de un enfoque integral.
Afirmaciones Bíblicas y Preocupaciones de Seguridad:
El plan, desarrollado por el Centro Friedman para la Paz a Través de la Fuerza, enfatiza los reclamos bíblicos de Israel sobre Judea y Samaria, al tiempo que destaca la importancia estratégica de los territorios para la seguridad de Israel. Señalando la proximidad de estas regiones a los principales centros de población israelíes, la propuesta argumenta que transferir el control a los palestinos podría representar una amenaza existencial para la seguridad de Israel.
Rechazar Soluciones Fallidas:
Afirmando que los intentos anteriores, en particular la solución de dos Estados, no han logrado resolver el conflicto israelo-palestino, el plan sostiene que Israel no puede permitirse ningún margen de error. A pesar de los desafíos, la propuesta critica el impulso continuo por una solución de dos Estados, citando la falta de confiabilidad del liderazgo palestino como socio de paz.
Acuerdo Tripartito y Autonomía Palestina:
La visión de Friedman propone un acuerdo tripartito entre Israel, los EE. UU. y un grupo ampliado de países musulmanes del Acuerdo Abraham. Los elementos clave del plan incluyen la soberanía israelí sobre Judea y Samaria, un Plan Marshall para los árabes Palestinos financiado por los vecinos del Golfo y el establecimiento de enclaves palestinos con la máxima autonomía civil sujetos al control de seguridad israelí.
Residencia Permanente con Restricciones:
Según el plan, a los árabes palestinos se les otorgaría la residencia permanente y los documentos de viaje israelíes, pero no tendrían derecho a votar en las elecciones nacionales. Este enfoque único, según Friedman, no equivale al apartheid, sino que garantiza la seguridad del único estado judío del mundo al tiempo que proporciona mejoras económicas y controles internos para los palestinos.
Comparaciones y Justificaciones:
La propuesta justifica los limitados derechos políticos de los palestinos al establecer comparaciones con los territorios estadounidenses que no participan en las elecciones nacionales. También cita la existencia de más de 40 naciones con una religión nacional, argumentando que un solo estado judío puede coexistir dentro de un panorama global diverso.
Solución Integral de Ganar-Ganar:
El plan de Friedman se posiciona como una solución holística, abordando la estabilidad regional, mejorando la calidad de vida palestina y aprovechando los éxitos de los Acuerdos de Abraham. Garantiza la soberanía de Judea y Samaria en alineación con la profecía bíblica, al tiempo que preserva el acceso a los lugares sagrados tanto para las religiones cristianas como judías.
Conclusión:
El plan de soberanía «El futuro de Judea y Samaria» de David Friedman representa un enfoque integral e innovador del conflicto israelo-palestino. Al ofrecer una combinación única de medidas de seguridad, desarrollo económico y autonomía política, la propuesta busca crear un futuro estable y sostenible para la región. A medida que continúan las discusiones en torno a Oriente Medio, el plan de Friedman brinda una nueva perspectiva que desafía los paradigmas tradicionales y ofrece posibles vías hacia una paz duradera.