El escritor Marcelo Birmajer, cuyo hermano, el rabino Reuben, fue asesinado en diciembre pasado por u En una entrevista al Diario La Nación, respecto de cómo se despidió de su hermano, explicó: “Quince días antes de que el fundamentalismo islámico lo asesinara, Edu vino de sorpresa a la Argentina con su mujer y uno de sus siete hijos.
Caminamos por Once, y en Ecuador y Lavalle, al despedirnos, lo vi mejor que nunca: completo, feliz, realizado. Es el recuerdo más lindo que tengo con él. Eso me dio alegría y tranquilidad. Nos saludamos con un abrazo, como si hubiera sabido que no lo vería más. En cuanto al duelo, no lo hice todavía. No tengo la sabiduría para procesar ese dolor. Estoy solo frente al caos, frente a la nada. La incertidumbre es total y no creo que pueda hacerlo alguna vez”.
Birmajer reveló que su hermano “ante una situación similar hubiera dicho que Dios lo quiso por algo”. El escritor confesó que “lo que lo alejaba de él era que viera una lógica divina en el mundo”, mientras que él cree que “la mayoría de las cosas no tienen un porqué”.
Birmajer descartó que la literatura pudiera mitigar el dolor, ya que no es algo que “se pueda comunicar”. “Hay un lenguaje del dolor que es intraducible y en el que cada uno está solo con ese lenguaje”.
Además, el escritor criticó con dureza al jihadismo: “Desde 2001 hasta hoy he escrito más de cien artículos en contra del fundamentalismo islámico, el nuevo nazismo, y la peor amenaza que enfrentan las democracias y las libertades públicas. El fundamentalismo islámico mató a los franceses en París, a los argentinos en la AMIA y la embajada de Israel, a miles de iraquíes y sirios. Nos van a seguir matando hasta que no nos unamos”.
Finalmente, Birmajer reiteró que “los fundamentalistas islámicos palestinos mataron a centenares de judíos indefensos en Jerusalén y T el Aviv, entre 1929 y 1936, con cuchillos y hachas, igual que ahora, antes de que existiera Israel”, y rechazo que en esa época hubiera un conflicto territorial. “El Mufti palestino de Jerusalén le pidió ayuda a Hitler para exterminar a los judíos de Palestina durante la II Guerra, antes de que se fundara el Estado de Israel.
No tiene ninguna relación con ningún conflicto territorial: es el anhelo islamofascista y nazi de exterminar a los judíos y a las democracias”, aseguró. “Considerar que se puede matar a un judío civil desarmado, por ser judío, es la ideología nazi, no importa si sucede en un supermercado kosher de París o en la ciudad vieja de Jerusalén; así pensaban los fundamentalistas islámicos del siglo VII.
Dominaron España y la mitad de Europa durante siete siglos; ése fue el primer intento de imponer un Estado Islámico mundial, muy anterior al actual. Lo aterrador es que tantos occidentales que se creen progresistas busquen justificarlos”, concluyón terrorista palestino en Jerusalem, aseguró que “la porción de mi alma que padece su muerte está en carne viva y no tiene arreglo”.