El miércoles pasado, el jefe de la agencia de inteligencia israelí Mossad, David Barnea, pronunció un discurso contundente durante el funeral de Zvi Zamir, ex jefe del Mossad, donde declaró que cualquiera involucrado en la masacre de Hamás del 7 de octubre “firmó su propia sentencia de muerte”. Este pronunciamiento se produjo un día después de que Saleh al-Arouri, subjefe del grupo terrorista, fuera asesinado en un presunto ataque israelí en Beirut.
Barnea comparó la actual misión declarada de Israel para eliminar a los líderes de Hamás con la histórica operación liderada por Zvi Zamir en la década de 1970 para cazar a los terroristas responsables del asesinato de 11 atletas israelíes en los Juegos Olímpicos de Munich de 1972.
“Que cada madre árabe sepa que si su hijo participó en la masacre [del 7 de octubre], firmó su propia sentencia de muerte”, afirmó Barnea, parafraseando las palabras del primer primer ministro de Israel, David Ben Gurion.
En su discurso en el funeral, Barnea destacó la importancia de hacer que los responsables de la masacre rindan cuentas, al igual que Zamir lo hizo décadas atrás después de los trágicos eventos en Munich. Recordó la historia que Zamir compartió sobre la decisión del Mossad de quitarse los guantes y pasar a la ofensiva después de la masacre de 1972.
Zvi Zamir, quien dirigió el Mossad de 1968 a 1974, lideró una búsqueda mundial de los terroristas del grupo Septiembre Negro, realizó audaces operaciones en Beirut y desempeñó un papel crucial en la Guerra de Yom Kippur en 1973. Su legado sigue vivo en la actual lucha de Israel contra Hamás.
La guerra actual estalló el 7 de octubre cuando terroristas liderados por Hamás irrumpieron en la frontera desde la Franja de Gaza, masacrando a más de 1,200 personas en Israel. Barnea, en grabaciones anteriores, llamó a la misión de matar a los líderes de Hamás “nuestro Munich”, destacando la determinación de Israel para perseguir a los responsables en todo el mundo.
Informes sugieren que Israel planea perseguir a los líderes de Hamás incluso después de los combates en Gaza. Se ha formado un centro de operaciones especiales, nombrado en honor a la organización clandestina judía Nili de la Primera Guerra Mundial, para localizar y eliminar a los responsables de la masacre del 7 de octubre.
A pesar de las acciones de Israel, el líder de Hamás, Yahya Sinwar, y sus adjuntos siguen prófugos. La explosión que mató a Saleh al-Arouri en Beirut ha sido objeto de especulación, con fuentes en Washington sugiriendo la participación de Israel en el asesinato, aunque las autoridades israelíes han guardado silencio al respecto.
La historia de la caza de la justicia emprendida por Zvi Zamir en la década de 1970 parece repetirse en la actualidad, demostrando la determinación de Israel en la persecución de aquellos que amenazan su seguridad y la búsqueda incansable de la justicia para las víctimas de actos terroristas.