La reciente excavación en las cercanías del barrio de Arnona, en Jerusalén, ha revelado datos clave sobre cómo la campaña militar asiria en el siglo VIII a.C. afectó la economía local y reorganizó el sistema tributario de la región. El descubrimiento de dos grandes edificios administrativos y más de 180 asas de jarra con inscripciones en hebreo ofrece pistas únicas sobre cómo los productos agrícolas de Judá eran recolectados y distribuidos al imperio asirio tras la revuelta liderada por el rey Ezequías.
Contexto histórico: La revuelta del Reino de Judá contra Asiria
El Reino de Judá, gobernado por el rey Ezequías (716-687 a.C.), se encontraba en una posición delicada durante la expansión del Imperio Asirio, una superpotencia que controlaba vastas regiones desde lo que hoy es Irán hasta Egipto. En el año 722 a.C., los asirios conquistaron el Reino de Israel al norte, dejando a Judá como uno de los pocos estados vasallos que aún gozaban de cierta autonomía bajo el dominio asirio, siempre y cuando pagaran tributo.
Ezequías, según el relato bíblico, decidió desafiar la autoridad de Asiria tras un cambio de régimen en el imperio, uniéndose a otros reinos vecinos en un esfuerzo por liberarse del yugo asirio. Esto llevó a una invasión por parte del rey Senaquerib en el año 701 a.C., cuyo objetivo era sofocar la rebelión. A pesar de que las fuentes asirias y bíblicas coinciden en que Jerusalén no fue conquistada, el impacto de la campaña en la economía y la organización administrativa de Judá fue significativo.
Descubrimientos recientes en Arnona: Un centro administrativo clave
Los hallazgos arqueológicos recientes cerca de Arnona ofrecen, por primera vez, una imagen clara de cómo funcionaba el sistema tributario tras la revuelta. La excavación, llevada a cabo por la Autoridad de Antigüedades de Israel (IAA), reveló dos edificios monumentales que funcionaban como centros administrativos para la recolección y gestión de la producción agrícola de la región. Uno de los edificios fue destruido, mientras que el otro fue construido sobre sus ruinas, posiblemente como una medida simbólica por parte del gobierno asirio para demostrar su control.
Las inscripciones en los 180 asas de jarras de cerámica descubiertas, muchas de las cuales llevaban la inscripción «Perteneciente al rey», sugieren que los productos agrícolas, como el aceite de oliva y el vino, eran recolectados y almacenados en estas vasijas antes de ser transportados a Jerusalén o a otros lugares bajo el control asirio. Estos sellos reflejan cómo la administración de Judá centralizaba la producción agrícola y la utilizaba para pagar tributo al Imperio Asirio.
Importancia del sistema de tributación
El sistema de tributación en Judá antes y después de la revuelta contra Asiria parece haber experimentado cambios significativos, como lo demuestran los dos tipos de sellos encontrados en las asas de las jarras. Mientras que la mayoría de los sellos decían «Perteneciente al rey», 17 de ellos contenían nombres individuales, como Menachem Yubna, Peqach Tavra y Tzophen Azaryahu. Estos sellos personales solo se encontraron en el edificio destruido, lo que sugiere que formaban parte de un sistema administrativo anterior a la invasión asiria.
Este cambio en los sellos parece estar directamente relacionado con la revuelta de Judá. Los arqueólogos creen que los sellos personales desaparecieron tras la invasión, reflejando una reorganización del sistema agrícola y administrativo. En lugar de un sistema más descentralizado, en el que ciertos individuos administraban la producción agrícola, la administración asiria impuso una centralización más estricta bajo el control directo del rey de Judá, quien, a su vez, pagaba tributo a Asiria.
El impacto de la invasión asiria en la economía de Judá
La invasión asiria no solo afectó a Jerusalén y sus alrededores, sino también a otras ciudades importantes como Laquis, que fue sitiada y destruida por el ejército asirio en el mismo año 701 a.C. Los recientes estudios arqueológicos en Laquis han demostrado la eficiencia y brutalidad del ejército asirio, que construyó una enorme rampa de asedio para tomar la ciudad en cuestión de semanas.
El asedio de Laquis y la posterior reestructuración de la administración en Jerusalén destacan el impacto económico y político de la campaña asiria en la región. Aunque Jerusalén no fue destruida, el Reino de Judá sufrió grandes pérdidas económicas y se vio obligado a reorganizar su producción agrícola para satisfacer las demandas de tributo del imperio.
Las consecuencias de la reestructuración administrativa
El descubrimiento de las dos estructuras monumentales cerca de Arnona proporciona una visión detallada de cómo los asirios reorganizaron la administración de Judá tras la revuelta. La destrucción del primer edificio y la construcción de un segundo sobre sus ruinas puede interpretarse como una clara declaración de poder por parte del gobierno asirio. Al controlar la recolección y distribución de los productos agrícolas, Asiria aseguraba que el Reino de Judá cumpliera con sus obligaciones tributarias.
Además, la centralización de la producción agrícola bajo el sello «Perteneciente al rey» refleja un esfuerzo por parte del gobierno asirio para eliminar cualquier forma de administración privada o descentralizada que pudiera haber facilitado la rebelión. Los funcionarios o administradores locales que anteriormente habían gestionado la producción agrícola parecen haber sido desplazados por una administración más centralizada, bajo el control directo del rey de Judá y, por ende, de Asiria.
El legado arqueológico: Implicaciones para la historia de Jerusalén
Los hallazgos en Arnona, junto con otras excavaciones en áreas cercanas como Ramat Rachel y Armon Hanatziv, han transformado la comprensión arqueológica de cómo el Reino de Judá controlaba la región y distribuía los productos agrícolas. Estos descubrimientos también proporcionan una base sólida para comprender cómo la revuelta contra Asiria y su eventual fracaso afectaron profundamente la economía y la organización política de Judá.
Los restos de los edificios y las asas de jarra ahora se exhiben en el Campus Nacional de Arqueología de Israel, donde el público puede apreciar la importancia de estos hallazgos. A través de estas exhibiciones, se pone de manifiesto cómo la arqueología continúa revelando detalles cruciales sobre uno de los episodios más importantes de la historia bíblica y cómo este afectó la vida cotidiana en el antiguo Reino de Judá.
Conclusiones
El descubrimiento de un sistema tributario organizado en Jerusalén tras la revuelta bíblica contra Asiria ofrece una nueva perspectiva sobre la historia económica y política de la región en el siglo VIII a.C. A través de los hallazgos en Arnona, se ha podido reconstruir cómo los productos agrícolas eran recolectados, almacenados y distribuidos, tanto a nivel local como para el pago de tributos al Imperio Asirio.
La destrucción de los edificios administrativos y la posterior reestructuración de la administración bajo control asirio reflejan la respuesta de un imperio ante una revuelta, y cómo este reorganizó la producción agrícola para maximizar su control y asegurar el cumplimiento de las obligaciones tributarias. Estos hallazgos, junto con otros descubrimientos recientes en Jerusalén, ofrecen una ventana única a una época en la que pequeños reinos, como Judá, luchaban por mantener su autonomía frente a una de las superpotencias más poderosas de la antigüedad.
El legado de esta época sigue vivo a través de los descubrimientos arqueológicos que continúan desenterrando nuevas historias sobre el pasado bíblico y el complejo entramado de poder, economía y resistencia en la antigua Jerusalén.