Arqueólogos de Israel han desenterrado un tesoro islámico de 425 monedas de oro puro del periodo del Califato Abbasí, hace 1.100 años, informó la Autoridad de Antigüedades de Israel.
«El tesoro estaba escondido enterrado en una vasija de barro y contiene 425 monedas, la mayoría del periodo abasí. La persona que lo enterró, hace mil cien años, debía de esperar recuperarlo, e incluso cerró la vasija con un clavo para que no se moviera», explicaron en un comunicado Liat Nadav-Ziv y Elie Haddad, los arqueólogos encargados de la excavación.
«Encontrar esta considerable cantidad de monedas de oro es extremadamente raro. Casi nunca las encontramos en excavaciones arqueológicas. Como el oro siempre ha sido extremadamente valioso, se fundía y reutilizaba, de generación en generación. Estas monedas son de oro puro, por lo que no se oxidan al aire, y se han encontrado en excelentes condiciones, como si hubieran sido enterradas ayer», añaden.
El descubrimiento, creen, puede ser indicativo de que hubo comercio internacional entre esta zona y otras más remotas.
Robert Kool, experto en monedas de la AAI, señala que «es extremadamente raro encontrar tesoros del periodo abbasí en excavaciones en Israel, especialmente monedas de oro. Ésta, de finales del siglo IX a.C., es una de las más antiguas halladas. Las monedas son de oro de 24 quilates y el peso total del tesoro es de 845 gramos, una cantidad importante de dinero en aquella época».
Con esa suma, calcula, su propietario podría haberse comprado una lujosa casa en los mejores barrios de Fustat, la capital de Egipto en aquella época.
«La mayoría de las monedas datan de ese siglo, cuando el califato abbasí se extendía desde Persia, al este, hasta el norte de África, al oeste, y cuyo centro de gobierno estaba en Bagdad, el actual Irak».
El tesoro contiene dinares de oro, pero también unos 270 trozos pequeños de dinares cortados para servir de monedas de cambio.
«El corte de monedas de oro y plata era habitual en el sistema monetario de los países islámicos después del 850 a.C., cuando las monedas de bronce y cobre desaparecieron repentinamente», explica Kool.