En un movimiento audaz y claramente estratégico, Israel ha tomado la decisión proactiva de eliminar todos los aranceles restantes sobre las importaciones procedentes de Estados Unidos. Esta medida, anunciada por el Ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich, justo un día antes de que la administración Trump impusiera potencialmente aranceles recíprocos a sus socios comerciales, subraya la delicada danza de la diplomacia económica en un panorama global cada vez más volátil y la importancia primordial de la relación bilateral entre Israel y Estados Unidos.
La directiva, firmada por Smotrich el martes [fecha específica si se conociera, basada en el texto «el martes»], busca eliminar con efecto inmediato las barreras arancelarias que aún persistían, principalmente en el sector agrícola. Aunque sujeta a la aprobación final del Comité de Finanzas de la Knesset, la decisión fue coordinada al más alto nivel, involucrando al Primer Ministro Benjamin Netanyahu y al Ministro de Economía, Nir Barkat, lo que indica un consenso gubernamental sobre la urgencia y necesidad de esta acción preventiva.
Este gesto israelí no surge en el vacío. Es una respuesta directa a la anticipación de una nueva ola de medidas proteccionistas por parte de la administración estadounidense, bajo la bandera del «America First». La política comercial del entonces presidente Donald Trump ya había sacudido los cimientos del comercio internacional, imponiendo aranceles a socios y rivales por igual, desde China hasta la Unión Europea. La amenaza inminente, prevista para el 2 de abril según la carta de Smotrich, era que Estados Unidos aplicara aranceles de «ojo por ojo» a cualquier país que mantuviera gravámenes sobre productos estadounidenses. Israel, a pesar de su estatus como aliado cercano, no parecía ser una excepción en esta nueva doctrina comercial.
La eliminación de estos aranceles, aunque modestos en términos monetarios – apenas 42 millones de shekels (unos 11 millones de dólares) anuales según el Ministerio de Finanzas –, tiene una carga simbólica y estratégica inmensa. Representa un esfuerzo calculado para preservar el acceso preferencial al mercado estadounidense, vital para las exportaciones israelíes, y para reafirmar la fortaleza de la alianza económica y política con Washington en un momento de incertidumbre. Como declaró Smotrich, «Eliminar por completo los aranceles a las importaciones de Estados Unidos es un paso importante para salvaguardar la economía israelí durante un período delicado y para fortalecer la relación económica con nuestro aliado más importante: Estados Unidos».
Este artículo profundiza en las múltiples facetas de esta decisión: el contexto histórico del Acuerdo de Libre Comercio entre EE.UU. e Israel, la naturaleza de los aranceles eliminados, las implicaciones para la agricultura y la economía israelí en general, la lógica detrás de la política comercial de la administración Trump y las perspectivas futuras de las relaciones comerciales bilaterales.
El Fantasma de los Aranceles Recíprocos: La Política Comercial «America First»
Para comprender la urgencia de la medida israelí, es crucial analizar el entorno comercial global moldeado por la administración Trump. La filosofía «America First» se tradujo en una política exterior y comercial que priorizaba los intereses nacionales estadounidenses, a menudo a expensas de los acuerdos multilaterales y las relaciones comerciales tradicionales. Una herramienta clave en este enfoque fue el uso agresivo de aranceles.
- Revisión de Acuerdos: La administración Trump revisó o se retiró de varios acuerdos comerciales, como el Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP) y renegoció el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), rebautizado como USMCA (Acuerdo Estados Unidos-México-Canadá).
- Aranceles como Herramienta: Se impusieron aranceles significativos sobre una amplia gama de productos, especialmente acero y aluminio, citando razones de seguridad nacional (Sección 232 de la Ley de Expansión Comercial de 1962). Esto afectó a aliados cercanos como Canadá, México y la Unión Europea. Además, se desató una guerra comercial con China, aplicando aranceles a cientos de miles de millones de dólares en importaciones chinas, a lo que Beijing respondió con medidas similares.
- Principio de Reciprocidad: Un pilar central de esta política era la exigencia de reciprocidad. Trump argumentaba frecuentemente que otros países imponían aranceles más altos a los productos estadounidenses que los que EE.UU. aplicaba a los suyos, creando un campo de juego desigual. La amenaza implícita, y a veces explícita, era que Estados Unidos igualaría los aranceles de otros países si no los reducían.
Fue precisamente esta lógica de reciprocidad la que encendió las alarmas en Jerusalén. Como señaló Dan Catarivas, Presidente de la Federación Israelí de Cámaras Binacionales de Comercio e Industria y una voz autorizada en comercio exterior, «Parece que Smotrich entendió que [el presidente de Estados Unidos, Donald] Trump decidió cambiar por completo las reglas del juego del comercio internacional y basarlas en ‘Estados Unidos primero’ y los intereses de seguridad nacional». Añadió que «la administración estadounidense ha decidido que cualquier país que imponga aranceles a los productos estadounidenses será recíproco».
La carta de Smotrich del 20 de marzo a los ministros de Economía y Agricultura advertía explícitamente sobre este cambio «significativo» en la política comercial global estadounidense y sus «posibles consecuencias» para las importaciones israelíes. Subrayaba que se esperaba que los aranceles de Trump se impusieran tanto a «países amigos como enemigos». Ante la perspectiva de que las exportaciones israelíes a Estados Unidos, particularmente las agrícolas, pudieran enfrentar nuevos aranceles que mermarían su competitividad y rentabilidad, la acción preventiva se volvió imperativa.
La Respuesta Israelí: Una Directiva Estratégica y Coordinada
La firma de la directiva por parte de Bezalel Smotrich no fue un acto aislado, sino el resultado de una deliberación y coordinación dentro del gobierno israelí.
- Coordinación Gubernamental: La implicación del Primer Ministro Netanyahu y del Ministro de Economía Barkat demuestra la importancia estratégica otorgada a esta cuestión. Evitar una fricción comercial con Estados Unidos era una prioridad nacional.
- Objetivo Claro: Smotrich fue explícito sobre los objetivos: «salvaguardar la economía israelí», «fortalecer la relación económica con nuestro aliado más importante», «promover una política de arancel cero entre los países» y «mantener relaciones comerciales positivas con Estados Unidos».
- Medida Preventiva: El timing fue crucial. Actuar antes de la fecha límite prevista (2 de abril, según la carta de Smotrich, aunque el anuncio de la directiva fue justo antes de una fecha esperada de anuncio de aranceles el miércoles) tenía como objetivo claro obtener un «indulto» o exención de las medidas recíprocas estadounidenses.
- Proceso Legislativo: Es importante notar que la directiva requiere la aprobación del Comité de Finanzas de la Knesset. Si bien el respaldo gubernamental es fuerte, este paso implica un escrutinio parlamentario donde podrían surgir debates, especialmente relacionados con el impacto en el sector agrícola local.
La decisión se enmarca también dentro de la política más amplia del gobierno israelí de luchar contra el alto costo de vida. Smotrich argumentó que la eliminación de estos aranceles «aumentará la competencia en el sector alimentario», beneficiando potencialmente a los consumidores israelíes con precios más bajos en productos importados de EE.UU. Gilit Rubinstein, Directora Ejecutiva de la Federación de Cámaras de Comercio de Israel (FICC), se hizo eco de este sentimiento, elogiando la medida como un paso «necesario y beneficioso» que, junto con el alivio regulatorio, «contribuirá a aumentar la competencia y abordar el costo de vida».
El Legado del Acuerdo de Libre Comercio (ALC) de 1985
La relación comercial entre Estados Unidos e Israel se basa fundamentalmente en el Acuerdo de Libre Comercio (ALC) firmado en 1985. Este acuerdo fue pionero en muchos sentidos y sentó las bases para la profunda interconexión económica actual.
- Contexto Histórico: Firmado en un período de tensiones de la Guerra Fría y de búsqueda de estabilidad económica en Israel tras años de alta inflación, el ALC fue el primero de su tipo para Estados Unidos con cualquier nación. Fue visto tanto como un instrumento económico como una poderosa declaración política del compromiso estadounidense con la seguridad y prosperidad de Israel.
- Implementación Gradual: El acuerdo no eliminó todos los aranceles de la noche a la mañana. Contempló reducciones arancelarias graduales a lo largo de una década.
- Eliminación Casi Completa (Bienes Manufacturados): Para 1995, el objetivo principal se había logrado en gran medida: la eliminación casi completa de los aranceles sobre los productos manufacturados intercambiados entre ambos países. Esto impulsó significativamente el comercio bilateral, especialmente las exportaciones israelíes de alta tecnología hacia el mercado estadounidense.
- La Excepción Agrícola: Sin embargo, el ALC contenía excepciones cruciales. Permitió explícitamente a ambos países mantener ciertas restricciones arancelarias y de importación, como cuotas y aranceles, sobre productos agrícolas. ¿La razón? La sensibilidad política y económica del sector agrícola en ambos países. Estas medidas se justificaron como necesarias para «salvaguardar la producción local y la seguridad alimentaria».
Es precisamente sobre esta excepción agrícola donde se centraba la directiva de Smotrich. Los aranceles que Israel mantenía sobre productos estadounidenses eran vestigios de esta cláusula protectora del ALC de 1985.
Agricultura: El Corazón de los Aranceles Restantes
Los aranceles que Israel decidió eliminar afectaban a una lista específica, aunque limitada, de productos agrícolas estadounidenses.
- Productos Afectados: Según el Ministerio de Agricultura israelí, la lista incluía frutas como manzanas, peras y caquis; frutos secos como almendras y maní; hortalizas como papas y tomates; legumbres como el hummus (garbanzos); maíz procesado y verduras congeladas.
- Justificación de la Protección: Como explicó Dan Catarivas, estos aranceles se mantenían «en parte porque no queremos ser inundados por productos agrícolas baratos y para proteger la industria agrícola local». La agricultura en Israel, aunque no es el sector más grande de la economía (dominada por la alta tecnología), tiene una importancia estratégica y simbólica relacionada con la historia del país, el desarrollo de la tierra y la autosuficiencia alimentaria. Además, el lobby agrícola tiene una influencia política considerable.
- Impacto Potencial de la Eliminación: La eliminación de estas barreras arancelarias, si bien bienvenida por los defensores de la libre competencia y potencialmente beneficiosa para los consumidores (al poder acceder a productos estadounidenses más baratos), genera preocupaciones significativas para los agricultores israelíes. Se enfrentan a la perspectiva de una mayor competencia de importaciones que podrían deprimir los precios locales y amenazar su viabilidad económica.
- Necesidad de Apoyo Gubernamental: Catarivas subrayó una consecuencia directa: «…la eliminación de los aranceles requerirá que el gobierno israelí elabore una política agrícola para apoyar a los productores locales». El Ministerio de Agricultura reconoció esta necesidad, declarando que estaba «examinando las repercusiones» de los cambios en la política comercial estadounidense y trabajando en «la formulación de un marco de apoyo para minimizar el daño a los agricultores israelíes», especialmente aquellos ya golpeados por la situación de seguridad (menciona «guerra en la periferia», lo que podría referirse a conflictos pasados o tensiones fronterizas que afectan a las comunidades agrícolas). Este apoyo es crucial para «garantizar la viabilidad de la producción local y preservar la seguridad alimentaria nacional».
La cuestión de la seguridad alimentaria es particularmente sensible en Israel, un país con recursos hídricos limitados y una dependencia histórica de la innovación agrícola para la supervivencia. Equilibrar los beneficios del libre comercio con la necesidad de proteger un sector agrícola vital es un desafío constante.
Implicaciones Económicas Más Amplias para Israel
Más allá del sector agrícola, la decisión de eliminar los aranceles tiene repercusiones en la economía israelí en general.
- Costo de Vida: Como ya se mencionó, el gobierno enmarca esta medida como parte de sus esfuerzos para combatir el alto costo de vida, un tema recurrente y sensible en la política israelí. La teoría es que la eliminación de aranceles y la reducción de barreras regulatorias (un punto enfatizado por Gilit Rubinstein de la FICC) aumentarán la competencia, especialmente en el sector alimentario, lo que debería presionar los precios a la baja para los consumidores. Rubinstein mencionó específicamente la necesidad de eliminar barreras en áreas como juguetes, productos para bebés, alimentos y transporte.
- Competitividad de las Exportaciones: El principal motor económico detrás de la medida es defensivo: proteger las exportaciones israelíes al mercado estadounidense. Estados Unidos es uno de los destinos más importantes para los productos israelíes, que van desde tecnología avanzada y productos farmacéuticos hasta diamantes pulidos y, en menor medida, productos agrícolas. Si Estados Unidos hubiera aplicado aranceles recíprocos, como advirtió Catarivas, las exportaciones israelíes «se van a ver afectadas porque serán menos competitivas, ya que los aranceles están perjudicando la competitividad y la rentabilidad». Al eliminar sus propios aranceles restantes, Israel espera evitar este escenario perjudicial.
- Clima de Inversión y Comercio: La medida envía una señal a los mercados y a los socios comerciales, reafirmando el compromiso de Israel con el libre comercio, al menos con su aliado más crucial. Podría interpretarse como una señal de estabilidad y previsibilidad en las relaciones económicas con EE.UU., lo cual es positivo para la inversión y el comercio.
- Valor Monetario vs. Valor Estratégico: Aunque los 11 millones de dólares en ingresos arancelarios anuales perdidos son una suma relativamente pequeña para el presupuesto nacional israelí, el valor estratégico de mantener un acceso sin fricciones al mercado estadounidense y de evitar una disputa comercial con Washington es incalculablemente mayor.
La Dimensión Geopolítica: Comercio como Vínculo de Alianza
La relación entre Estados Unidos e Israel trasciende lo puramente económico. Es una alianza estratégica profundamente arraigada en consideraciones de seguridad, valores compartidos e historia. Las decisiones comerciales, por lo tanto, a menudo tienen implicaciones geopolíticas.
- Reafirmación de la Alianza: En un momento en que la política exterior estadounidense bajo Trump era percibida como más transaccional y menos predecible, el gesto de Israel puede verse como un esfuerzo por reforzar los lazos y demostrar su fiabilidad como socio. Eliminar barreras comerciales, incluso las permitidas por el ALC, es una muestra de buena voluntad y un reconocimiento de la importancia primordial de la relación.
- Evitar Conflictos Innecesarios: La principal motivación geopolítica era evitar un enfrentamiento comercial. Como dijo Catarivas, el objetivo era «evitar cualquier enfrentamiento entre Israel y Estados Unidos». Una disputa arancelaria, incluso sobre productos agrícolas, podría haber introducido una tensión innecesaria en una relación ya compleja, con potenciales repercusiones en otras áreas de cooperación.
- Navegando un Mundo Cambiante: La decisión refleja la adaptación de Israel a un entorno internacional donde las reglas del comercio parecían estar reescribiéndose. La disposición a sacrificar una pequeña protección arancelaria agrícola en aras de la relación general con EE.UU. demuestra pragmatismo y una clara priorización de intereses.
- Señal a Otros Países: Aunque dirigido principalmente a EE.UU., el movimiento también podría ser interpretado por otros socios comerciales como una indicación de la disposición de Israel a liberalizar el comercio bajo ciertas circunstancias estratégicas.
Desafíos Pendientes y Próximos Pasos
A pesar de la firma de la directiva, el proceso no ha concluido y existen desafíos por delante.
- Aprobación de la Knesset: El Comité de Finanzas de la Knesset debe dar su visto bueno. Aunque se espera que el respaldo gubernamental facilite la aprobación, no es una formalidad garantizada. Podrían surgir objeciones de partidos que representan intereses agrícolas o de aquellos que cuestionen la renuncia a cualquier herramienta de protección comercial, por pequeña que sea. El debate podría centrarse en la adecuación de las medidas de apoyo prometidas a los agricultores.
- Implementación del Apoyo Agrícola: La promesa de un «marco de apoyo» para los agricultores es crucial. El gobierno deberá detallar cómo se implementará este apoyo, qué forma tomará (subsidios directos, inversiones en tecnología, programas de reconversión, etc.) y si será suficiente para compensar el impacto de la mayor competencia. La credibilidad y eficacia de este marco serán clave para la aceptación de la medida por parte del sector agrícola.
- Monitoreo de la Respuesta Estadounidense: Si bien el objetivo es evitar aranceles recíprocos, queda por ver si la medida israelí será suficiente para garantizar una exención completa y duradera de las políticas comerciales más amplias de EE.UU. La naturaleza a veces impredecible de la política comercial estadounidense en ese período significaba que Israel tendría que monitorear de cerca las acciones futuras de Washington.
- Eliminación de Otras Barreras: Como señaló Gilit Rubinstein, los aranceles son solo una parte del panorama. Las barreras no arancelarias, como las regulatorias y de estándares (mencionó juguetes, productos para bebés, alimentos, transporte), también pueden obstaculizar el comercio. La FICC y otros actores seguirán presionando para una mayor armonización y reducción de estas barreras para facilitar aún más el comercio con EE.UU. y otros socios.
- Impacto a Largo Plazo: El efecto a largo plazo sobre la estructura de la agricultura israelí y sobre los precios al consumidor necesitará ser evaluado con el tiempo. ¿Se adaptará el sector agrícola volviéndose más eficiente o especializado, o sufrirá una contracción? ¿Se traducirá la eliminación de aranceles en ahorros significativos y sostenidos para los consumidores?
Conclusión: Un Acto de Pragmatismo Económico y Diplomático
La decisión de Israel de eliminar los aranceles restantes sobre las importaciones estadounidenses, principalmente agrícolas, es un ejemplo fascinante de pragmatismo económico y diplomático en respuesta a un entorno comercial global incierto y a la política asertiva de «America First» de la administración Trump. Impulsada por la necesidad urgente de evitar aranceles recíprocos perjudiciales y de salvaguardar su relación económica vital con Estados Unidos, la medida representa una apuesta calculada.
Si bien los ingresos arancelarios directos sacrificados son mínimos, el valor estratégico de mantener un comercio fluido y evitar tensiones con su aliado más importante es inmenso. La medida se alinea con los objetivos internos de reducir el costo de vida y aumentar la competencia, aunque plantea desafíos significativos para el sector agrícola local, que requerirá un apoyo gubernamental efectivo y bien diseñado.
El legado del Acuerdo de Libre Comercio de 1985, que eliminó la mayoría de las barreras pero permitió excepciones agrícolas, proporciona el contexto histórico crucial. La acción actual cierra una de esas excepciones restantes, acercando a los dos países a una política de arancel cero casi completa, como lo expresó el Ministro Smotrich.
En última instancia, esta maniobra subraya la interdependencia económica entre Israel y Estados Unidos y la voluntad de Israel de tomar medidas proactivas, incluso si implican sacrificios internos, para preservar y fortalecer esa relación fundamental en un mundo donde las reglas del comercio internacional parecían estar en constante flujo. La aprobación final de la Knesset y la implementación efectiva del apoyo a los agricultores serán los próximos pasos críticos a observar en esta importante saga comercial bilateral.