Israel comenzó el martes a vacunar a los palestinos en Jerusalén Este que tienen tarjetas de residencia israelíes, pero viven más allá de la barrera de seguridad que atraviesa la mitad oriental de la ciudad.
Las vacunaciones fueron realizadas por paramédicos de Magen David Adom en el cruce clave de Qalandiya.
Decenas de miles viven más allá de la barrera que atraviesa la capital, lo que algunos expertos en salud han sugerido que podría dificultar el acceso a la vacuna.
Aparentemente, la MDA eligió colocar la estación de vacunación junto al cruce para aumentar la accesibilidad a la vacuna para quienes viven más allá de la barrera.
La campaña de vacunación se coordinó con el Ministerio de Salud y el Comando Central de las FDI. Funcionará los martes de 10 a 20 horas.
Jerusalén Este es reclamada por Israel, y fue anexada a raíz de la Guerra de los Seis Días de 1967, y nuevamente declarada israelí en la Ley Básica de 1980: Jerusalén, Capital de Israel. Las declaraciones israelíes no son reconocidas por la comunidad internacional. Israel considera a toda la ciudad su capital, mientras que los palestinos ven el sector oriental como la capital de su futuro estado.
Israel también ha comenzado a proporcionar vacunas a los 122.000 palestinos de Cisjordania que trabajan en Israel. Algunos palestinos que trabajan en el sector de la salud ya han sido vacunados, pero son una pequeña minoría; la inmensa mayoría de los trabajadores están empleados en la construcción o la agricultura.
Los expertos en salud los han señalado como una posible fuente de infección, dado que muchos cruzan la Línea Verde a diario.
Israel ha ofrecido vacunas a todos sus ciudadanos, judíos y árabes por igual, además de los residentes palestinos de Jerusalén Este. Durante varias semanas se ha producido un feroz debate sobre si Israel es en última instancia responsable de proporcionar vacunas a los palestinos de Cisjordania y la Franja de Gaza.
En los últimos días, Israel ha transferido varios miles de dosis a Ramallah para que la Autoridad Palestina vacune al personal médico. Pero los críticos han culpado al estado judío por no vacunar a los aproximadamente cinco millones de palestinos que viven en la Franja de Gaza y Cisjordania.
Los críticos de la política de vacunación de Israel apuntan a la IV Convención de Ginebra, que establece que se requiere que una potencia ocupante proporcione vacunas a los habitantes de los territorios bajo su control.
Israel rechaza la afirmación de que ocupa Cisjordania, diciendo que los territorios que ha gobernado desde 1967 están «en disputa», en lugar de ocupados. También observa que se ha retirado de Gaza, aunque mantiene un bloqueo sobre el territorio, que dice que es necesario para la seguridad; el grupo terrorista Hamas, que gobierna Gaza, está comprometido con la destrucción del estado judío. Como tal, Jerusalén nunca ha aceptado la aplicabilidad de ese estatuto de derecho internacional a los territorios.
El gobierno señala los Acuerdos de Oslo de 1995, que estipulan que la Autoridad Palestina es responsable de los palestinos que viven en Cisjordania y Gaza, mientras que ambas partes deben trabajar juntas para combatir las epidemias.