Jerusalén, Israel – En una decisión que ha sacudido el panorama político internacional y provocado una ola de controversia, Israel ha anunciado que establecerá lazos formales con tres partidos políticos europeos de extrema derecha: los Demócratas de Suecia, la Agrupación Nacional de Francia y Vox de España. La medida, encabezada por el Ministro de Relaciones Exteriores, Gideon Sa’ar, marca un cambio significativo en la política exterior israelí y plantea interrogantes sobre la legitimidad de colaborar con partidos con un historial de antisemitismo, xenofobia y conexiones con movimientos fascistas.
¿Un cambio pragmático o una concesión peligrosa?
La decisión de Sa’ar ha sido recibida con una mezcla de apoyo y condena. Sus defensores argumentan que es un movimiento pragmático, basado en la evaluación de las acciones actuales de estos partidos y su evolución hacia posiciones más pro-Israel y anti-antisemitas. En declaraciones a líderes judíos y pro-israelíes en Bruselas, Sa’ar defendió su decisión, afirmando que «la conexión será como con cualquier otro partido político» y que, tras una revisión exhaustiva, «no vi ninguna razón para no hacerlo. Todo lo contrario». Subrayó que el Ministerio de Relaciones Exteriores está evaluando cada caso individualmente, considerando las actitudes de los partidos hacia Israel, su historial de antisemitismo y negación del Holocausto, y si toman medidas contra miembros que expresan opiniones antisemitas.
Sin embargo, los críticos argumentan que esta decisión legitima a partidos que históricamente han promovido el odio y la intolerancia, y que las raíces de estos partidos en el antisemitismo y el fascismo no pueden ser simplemente ignoradas. Temen que esta medida normalice la extrema derecha en Europa y envíe una señal peligrosa sobre los valores que Israel está dispuesto a defender.
Los factores detrás de la decisión:
Según un funcionario del Ministerio de Relaciones Exteriores, la decisión de Sa’ar siguió a evaluaciones internas iniciadas bajo su predecesor, Israel Katz. Sa’ar analizó a los partidos en función de cuatro factores clave:
- Su postura hacia Israel: ¿Son pro-Israel y apoyan su derecho a existir?
- Sus actitudes hacia las comunidades judías locales: ¿Son solidarios con las comunidades judías y luchan contra el antisemitismo?
- Cómo las ven las comunidades judías en sus respectivos países: ¿Las comunidades judías locales se sienten amenazadas o apoyadas por estos partidos?
- Si han confrontado activamente sus legados antisemitas: ¿Han reconocido su pasado problemático y han tomado medidas para distanciarse de él?
Sobre la base de esta evaluación, Sa’ar determinó que el diálogo era viable con los Demócratas de Suecia, la Agrupación Nacional de Francia y Vox de España, pero decidió mantener la política de no compromiso con el Partido de la Libertad de Austria y la Alternativa para Alemania (AfD) de Alemania.
Los partidos involucrados: Una mirada más de cerca
La decisión de establecer lazos formales con estos partidos de extrema derecha requiere una comprensión de sus antecedentes, ideologías y evoluciones recientes.
- Demócratas de Suecia: Este partido es el más grande del bloque de derecha de Suecia y el segundo más grande del Riksdag. Inicialmente criticado por sus raíces en el movimiento neonazi, ha logrado entrar en la corriente principal al expulsar a los extremistas y adoptar una postura dura contra el crimen y la inmigración. Si bien han tomado medidas para distanciarse de su pasado extremista, aún existen preocupaciones sobre el antisemitismo dentro de sus filas. En 2022, un funcionario del partido fue suspendido por hacer comentarios degradantes sobre Ana Frank. En 2018, un líder del partido propuso prohibir la circuncisión no médica de niños, lo que generó preocupación en la comunidad judía. Sin embargo, el mismo año, otro legislador del partido propuso trasladar la embajada sueca en Israel a Jerusalén, mostrando un apoyo a Israel.
- Agrupación Nacional de Francia: Anteriormente conocido como Frente Nacional, este partido ha sido durante mucho tiempo un paria en la política francesa debido a su controvertido pasado. El partido fue fundado por Jean-Marie Le Pen, quien fue condenado en múltiples ocasiones por discurso de odio antisemita y minimizó el Holocausto. Su hija, Marine Le Pen, asumió el liderazgo en 2011 y ha intentado limpiar la imagen del partido y ganar la aceptación de la corriente principal. Se distanció de la retórica antisemita de su padre y lo expulsó del partido en 2015. Hoy en día, la Agrupación Nacional se centra principalmente en la inmigración y la seguridad, con una retórica a menudo dirigida a los musulmanes. Si bien Marine Le Pen ha condenado públicamente el antisemitismo, algunos expertos sostienen que aún existen actitudes antisemitas significativas entre los partidarios del partido.
- Vox de España: Este partido ha generado una gran controversia debido a sus posiciones políticas conservadoras y asociaciones históricas con elementos de extrema derecha. Vox aboga por restringir el acceso al aborto, derogar la legislación sobre violencia de género y desmantelar el Ministerio de Igualdad. Además, ha sido criticado por incluir a personas con afiliaciones neonazis dentro de sus filas. En 2019, el partido seleccionó a Fernando Paz, conocido por sus opiniones revisionistas del Holocausto, como candidato al Congreso. A pesar de estas controversias, Vox ha ganado popularidad en España, capitalizando el sentimiento nacionalista y la oposición a la inmigración ilegal.
Preocupaciones y controversias:
A pesar de las afirmaciones de que estos partidos han evolucionado y han tomado medidas para combatir el antisemitismo, las preocupaciones persisten. Las afiliaciones y declaraciones pasadas de sus líderes y miembros, así como las actitudes de sus partidarios, siguen generando dudas sobre su compromiso genuino con la tolerancia y la inclusión.
El pasado antisemita de Jean-Marie Le Pen sigue proyectando una sombra sobre la Agrupación Nacional. La propuesta de los Demócratas de Suecia de prohibir la circuncisión no médica genera preocupación sobre la libertad religiosa de los judíos. La inclusión de figuras con opiniones revisionistas del Holocausto en las filas de Vox plantea interrogantes sobre su compromiso con la verdad histórica.
Además, la decisión de Israel de establecer lazos con estos partidos podría tener consecuencias políticas significativas. Podría alienar a aliados tradicionales que se oponen firmemente a la extrema derecha y dañar la reputación internacional de Israel. También podría ser utilizada por los críticos de Israel para argumentar que el país está dispuesto a comprometer sus valores para lograr sus objetivos políticos.
Implicaciones para la comunidad judía:
La decisión de Israel tiene implicaciones directas para las comunidades judías en Europa. Sa’ar argumentó que el diálogo con estos partidos toca cuestiones prácticas que afectan la vida judía, incluidas las libertades religiosas relacionadas con la circuncisión y el Kashrut. Sin embargo, algunas comunidades judías se han mostrado preocupadas por la legitimación de partidos que históricamente han promovido el odio y la intolerancia.
La pregunta clave es si el compromiso de Israel con estos partidos realmente conducirá a una mayor seguridad y protección para las comunidades judías en Europa, o si simplemente legitimará el antisemitismo y la xenofobia.
El futuro de las relaciones:
El futuro de las relaciones de Israel con estos partidos de extrema derecha es incierto. Dependerá de su capacidad para demostrar un compromiso genuino con la tolerancia, la inclusión y la lucha contra el antisemitismo. También dependerá de la capacidad de Israel para mantener su compromiso con sus propios valores y evitar ser cooptado por la agenda de la extrema derecha.
La decisión de Israel de establecer lazos formales con estos partidos es un riesgo calculado. Solo el tiempo dirá si este movimiento pragmático conducirá a resultados positivos o si se convertirá en un error estratégico con consecuencias duraderas.
Conclusión:
La decisión de Israel de establecer lazos formales con los Demócratas de Suecia, la Agrupación Nacional de Francia y Vox de España es un tema complejo y controvertido. Si bien sus defensores argumentan que es un movimiento pragmático basado en la evaluación de sus acciones actuales, los críticos temen que legitime a partidos con un historial de antisemitismo y xenofobia. El futuro de estas relaciones dependerá de la capacidad de estos partidos para demostrar un compromiso genuino con la tolerancia y la inclusión, y de la capacidad de Israel para mantener su compromiso con sus propios valores. Esta decisión sin duda continuará generando debate y controversia en los próximos meses y años.