Minutos antes de las 10 de la mañana, los conductores detuvieron sus vehículos, tanto en las ciudades como en las carreteras y autopistas, de los que salieron para mostrar en pie y con solemnidad su respeto a los asesinados y su determinación a mantener viva su memoria para que algo así jamás se repita.
Israel se paralizó para recordar a los seis millones de judíos exterminados
Millones de israelíes interrumpieron sus actividades y las sirenas antiaéreas sonaron en todo el país para homenajear a los seis millones de judíos asesinados por el nazismo en el marco de Iom Ha Shoa Be Hagvurá, el Día de Recuerdo del Holocausto.
Minutos antes de las 10 de la mañana, los conductores detuvieron sus vehículos, tanto en las ciudades como en las carreteras y autopistas, de los que salieron para mostrar en pie y con solemnidad su respeto a los asesinados y su determinación a mantener viva su memoria para que algo así jamás se repita.
Los transeúntes dejaron de caminar y guardaron dos minutos de recogimiento, muchos de ellos visiblemente afectados por un recuerdo tan doloroso.
Para confirmar que la nación no olvida ni olvidará, se leyeron esta mañana en el Parlamento israelí los nombres de decenas de víctimas “Para cada persona hay un nombre”.
Yuli Edelstein presidente de la Kneset, encendió una vela conmemorativa a la entrada del edificio oficial y leyó unos salmos en homenaje a las víctimas de la barbarie Nazi.
En el Museo del Holocausto de Jerusalén, se hizo una ofrenda de flores en el monumento del Levantamiento del Gueto de Varsovia, en un acto en el que participaron, entre otros, el presidente israelí, Reuvén Rivlin; el primer ministro, Binyamín Netanyahu, y miembros de las principales instituciones del Estado y del cuerpo diplomático.
El ministro de Exteriores austríaco, Christian Kern, que se encuentra de visita oficial en el país, también participó en el evento y en su encuentro con Rivlin, señaló que su madre ayudó a una pareja judía en Viena a esconderse de los nazis.
“Mi abuela trabajaba en casa de una familia judía en Viena y cuando los nazis llegaron al poder, se tuvieron que esconder. Mi madre, de once años, les llevaba comida y bebida todos los días, hasta que encontró hombres de la Gestapo a la entrada del escondite”, señaló, según publicó hoy el periódico digital Ynet.
Kern pidió que se aumenten los esfuerzos para mantener viva la memoria: “no solo para honrar a las víctimas, sino también por nosotros, para que la próxima generación” defina en qué sociedad quiere vivir, añadió.
Rivlin, por su parte, advirtió que “el antisemitismo y el fascismo no han desaparecido, ni en Austria ni en Europa”, si bien apreció las palabras de Kern “contra la intolerancia y el odio”.
A lo largo de la jornada de hoy se llevarán a cabo multitud de ceremonias y la Escuela Internacional de Estudios del Holocausto del Yad Vashen recibirá a grupos de israelíes y de extranjeros donde se desarrollaran conciertos y exposiciones en torno al genocidio.
La organización Zikaron Basalon (Memorias en el Salón) llevará a cabo encuentros en casas de particulares con supervivientes que narran sus vivencias durante la Segunda Guerra Mundial.
En Polonia, se inició la Marcha por la Vida, en la que participan supervivientes junto a más de 10.000 jóvenes de todo el mundo, que caminarán los tres kilómetros que separan los campos de exterminio nazis de Auschwitz y Birkenau, como un gesto silencioso en honor a los que murieron a manos del nazismo.
En representación del Gobierno israelí asiste el ministro de Educación y socio principal de la coalición gobernante, Naftali Benet, además de la presidenta del Tribunal Supremo, Miriam Naor, y el jefe del Estado Mayor, Gadi Eizenkot.
Esta tarde, Rivlin acudirá a otro acto en el kibutz Lohamei Hagetaot, en el que participará también el expresidente alemán Joachim Gauk.
La Asociación Internacional de Cristianos y Judíos (IFCK) promueve la campaña “Nosotros recordamos, nosotros actuamos”, con la que denuncia que, según sus datos, de los 400.000 supervivientes que quedan, un tercio de los que reside en Israel y EEUU y una cuarta parte de los de la antigua URSS “vive sus últimos días bajo el umbral de la pobreza”, sin acceso suficiente a comida, medicina y calefacción.
Fuente: EFE/RADIO JAI