Jóvenes judíos de la diáspora responden al llamado: unirse a las FDI tras el 7 de octubre

Cómo jóvenes judíos de la diáspora se alistan en las FDI tras el ataque del 7 de octubre. Historias inspiradoras, el impacto del programa Tzofim Garin Tzabar y el vínculo inquebrantable con Israel.

El ataque del 7 de octubre de 2023 marcó un antes y un después para Israel y la comunidad judía global. Miles de jóvenes judíos de la diáspora, motivados por un sentido de pertenencia y responsabilidad, respondieron al llamado de defender el Estado de Israel. El programa Tzofim Garin Tzabar, establecido en 1991, ha sido el puente que permitió a estos jóvenes migrar a Israel, alistarse en las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) y adaptarse a un entorno militar en medio de un contexto de guerra.

Este artículo explora las historias personales de algunos de estos jóvenes, el funcionamiento del programa Tzofim Garin Tzabar y el impacto cultural y emocional de su decisión de dejar atrás sus hogares en el extranjero para unirse al esfuerzo nacional israelí.

El 7 de octubre: un punto de inflexión emocional y político

El 7 de octubre, un ataque masivo de Hamás devastó el sur de Israel, dejando una herida profunda en el país. En un acto de barbarie, terroristas invadieron comunidades como el kibutz Magen, masacrando civiles, torturando y secuestrando a hombres, mujeres y niños. Este suceso no solo movilizó al pueblo israelí, sino que también despertó una ola de solidaridad internacional dentro de la comunidad judía.

Ori, un joven israelí criado en América del Sur, estaba visitando a sus familiares en el kibutz Magen cuando ocurrió el ataque. Después de pasar 14 horas en una habitación segura, decidió alistarse en las FDI. Como él, muchos otros jóvenes israelíes y judíos de la diáspora sintieron que este evento marcaba el momento de actuar.

¿Qué es Tzofim Garin Tzabar?

Tzofim Garin Tzabar es un programa del Movimiento Scout Israelí que ofrece un camino estructurado para que jóvenes judíos de todo el mundo emigren a Israel y se alisten en las FDI. Desde su fundación, ha facilitado la inmigración y el alistamiento de más de 7,000 participantes. Este año, en medio de la guerra, el programa recibió un número récord de solicitudes: 600 jóvenes se postularon, de los cuales la mitad fueron aceptados.

El programa incluye:

  • Preparación previa al alistamiento: Seminarios intensivos en Israel y el extranjero que explican la vida en el país y el servicio militar.
  • Apoyo integral: Coordinadores, trabajadores sociales y familias anfitrionas que ayudan a los jóvenes en su transición.
  • Vida comunitaria: Los participantes se organizan en grupos (“garinim”) y son ubicados en kibutzim o centros de absorción, donde comparten experiencias y actividades previas al servicio.

El éxito del programa radica en su capacidad de brindar un soporte 24/7 que atiende las necesidades de los participantes, facilitando su integración tanto en Israel como en las FDI.

Historias de jóvenes inspirados por el deber

Jóvenes judíos de la diáspora responden al llamado: unirse a las FDI tras el 7 de octubre
Ori, de América del Sur, en el recientemente renovado nuevo centro de absorción de inmigrantes en Ra’anana, donde los participantes del programa Tzofim Garin Tzabar estarán basados durante la duración de su servicio militar. (Shmuel Bar-Am)

Cada participante tiene una historia única que refleja su conexión con Israel y su decisión de unirse al ejército.

Arie: Desde Miami al servicio de Israel

Criado en Florida por un padre israelí y una madre colombiana, Arie siempre sintió una conexión con Israel. Cuando escuchó las noticias del ataque mientras estaba en una fiesta universitaria, no dudó en inscribirse en Tzofim Garin Tzabar, a pesar de ser menor de edad. Ahora, vive en un kibutz, preparándose para servir.

Noam: Herencia sionista desde Nueva Jersey

Hijo de israelíes, Noam fue criado en un hogar con valores sionistas. Tras vivir el ataque del 7 de octubre en Israel, decidió alistarse. “Mis padres tienen miedo, pero me apoyan”, comenta.

Tamar: Una conexión inesperada

Hija de una madre coreana convertida al judaísmo y un padre judío estadounidense, Tamar llegó a Israel como voluntaria en una fábrica antes de la guerra. La experiencia traumática del ataque la llevó a reforzar su compromiso con Israel.

Orli: Una decisión que se confirma

Aunque ya había sido aceptada en el programa, el ataque de Hamás reafirmó la decisión de Orli. “Israel siempre me ha proporcionado un sentido de hogar”, dice. Su paso por el Monte Herzl fue un recordatorio de la importancia de su elección.

Preparación intensiva: Construyendo soldados y comunidades

Jóvenes judíos de la diáspora responden al llamado: unirse a las FDI tras el 7 de octubre
Los participantes en el programa Tzofim Garin Tzabar visitan el Monte de los Olivos en Jerusalén. (Shmuel Bar-Am)

El entrenamiento previo al alistamiento incluye clases diarias de hebreo, preparación militar y actividades sociales. Además, los participantes realizan visitas significativas, como al Monte Herzl. Estas experiencias fortalecen su identidad judía y su motivación para servir.

Impacto familiar y comunitario

Aunque los padres de estos jóvenes a menudo expresan preocupación por la seguridad de sus hijos, la mayoría los apoya plenamente. Un aspecto significativo es que el 35% de las familias de los participantes consideran emigrar a Israel en el futuro, fortaleciendo aún más los lazos entre las diásporas y el país.

El futuro de los nuevos reclutas

La mayoría de los participantes planea quedarse en Israel después de su servicio militar. Algunos se incorporarán a unidades de combate, mientras que otros buscarán roles relacionados con sus estudios o aspiraciones profesionales. Su compromiso representa un mensaje poderoso: Israel no está solo.

Conclusión

La respuesta de los jóvenes judíos de la diáspora tras el ataque del 7 de octubre es un testimonio del poder de la identidad y el sentido de comunidad. Programas como Tzofim Garin Tzabar no solo facilitan la integración de estos jóvenes en Israel, sino que también fortalecen los vínculos entre el país y las comunidades judías de todo el mundo.

En medio de la adversidad, estas historias de valentía y compromiso iluminan el camino hacia un futuro en el que la solidaridad sigue siendo una de las mayores fortalezas de Israel y su pueblo.

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