La Economía Israelí Bajo Presión: El Banco de Israel Recorta Previsiones por Guerra y Aranceles de Trump 

Análisis exhaustivo del recorte de previsiones de crecimiento del Banco de Israel para 2025-2026. Impacto de la guerra en Gaza y los aranceles de EEUU (Trump) en la economía israelí, tipos de interés y exportaciones.

La economía israelí, conocida por su resiliencia y dinamismo, especialmente en el sector tecnológico, enfrenta actualmente una tormenta perfecta de desafíos geopolíticos y económicos. El Banco de Israel, la autoridad monetaria del país, ha encendido las alarmas al revisar drásticamente a la baja sus previsiones de crecimiento para 2025 y 2026.

Esta recalibración no surge de un vacío, sino que es la consecuencia directa de dos factores principales que proyectan una larga sombra sobre el futuro inmediato: la reanudación y persistencia del conflicto bélico con Hamás en la Franja de Gaza y la imposición de nuevos y significativos aranceles por parte de la administración estadounidense liderada por Donald Trump. En un movimiento que subraya la gravedad de la situación y la elevada incertidumbre reinante, el Comité Monetario del Banco de Israel, presidido por el Gobernador Amir Yaron, decidió mantener sin cambios el tipo de interés de referencia en el 4,5%, optando por la estabilidad en un entorno volátil.

Este artículo profundiza en el análisis presentado por el Banco de Israel, desglosando las razones detrás de la revisión de las perspectivas económicas, el impacto específico de los aranceles estadounidenses, las consecuencias económicas continuas del conflicto en Gaza, la decisión sobre los tipos de interés y las posibles vías de mitigación o factores compensatorios. Examinaremos las cifras, las advertencias de los expertos y el contexto más amplio en el que se desenvuelve la economía de Israel en estos tiempos turbulentos.

El Contexto Macroeconómico: Una Mirada Retrospectiva y la Situación Actual

Para comprender la magnitud de las nuevas previsiones, es esencial observar el desempeño reciente de la economía israelí. El año 2022 fue testigo de un crecimiento robusto del 6,3%, una cifra que reflejaba la recuperación post-pandemia y la fortaleza inherente de su economía impulsada por la innovación. Sin embargo, 2023 ya mostró signos de desaceleración, con un crecimiento del 1,8%, afectado por tensiones internas y un entorno económico global menos favorable.

El estallido de la guerra con Hamás el 7 de octubre de 2023 marcó un punto de inflexión dramático. A pesar del impacto inicial severo, la economía israelí demostró una notable capacidad de adaptación, cerrando 2024 con un crecimiento estimado del 0,9%. Si bien esta cifra es significativamente baja en comparación con años anteriores, superó algunas de las previsiones más pesimistas realizadas en las primeras semanas del conflicto. La guerra obligó a un aumento masivo del gasto gubernamental, tanto en el ámbito militar como en el apoyo a la población civil afectada (evacuados, compensaciones a empresas, etc.), lo que, si bien sostuvo cierta actividad económica, también incrementó significativamente la deuda y el déficit fiscal. Simultáneamente, sectores clave como el turismo se desplomaron, la inversión privada se contrajo y las exportaciones, aunque resistentes en algunos segmentos como el tecnológico, sufrieron interrupciones. La movilización masiva de reservistas también impactó la disponibilidad de mano de obra en diversas industrias.

Es en este escenario de recuperación tentativa pero frágil, y con la guerra reanudándose en Gaza tras pausas temporales, que el Banco de Israel presenta sus nuevas proyecciones, añadiendo ahora la capa adicional de complejidad que representan los aranceles estadounidenses.

Recalibrando las Expectativas: Las Nuevas Previsiones de Crecimiento del Banco de Israel

El núcleo del reciente anuncio del Banco de Israel reside en la significativa revisión a la baja de sus proyecciones de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB).

  • Previsión para 2025: Se reduce del 4,0% (estimado en enero) al 3,5%.
  • Previsión para 2026: Se reduce del 4,5% (estimado en enero) al 4,0%.

Es crucial entender la base de las previsiones anteriores de enero. En ese momento, el Banco Central operaba bajo el supuesto de que los combates intensos en Gaza se concentrarían principalmente en el primer trimestre de 2025. La realidad actual, con la reanudación de las hostilidades, ha obligado a modificar este supuesto fundamental.

La nueva previsión del Banco de Israel se basa ahora en la hipótesis de que «la reanudación de los combates en Gaza no se extenderá más allá del segundo trimestre de 2025». Además, asume que «durante este período no habrá restricciones serias a la actividad en el frente interno», a diferencia de la situación vivida al inicio de la guerra, donde la vida económica en gran parte del país se vio significativamente alterada por el lanzamiento de cohetes y las medidas de seguridad.

Comparación con otras previsiones:

Es interesante contrastar las cifras del Banco de Israel con las de otras instituciones:

  • OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos): La semana previa al anuncio del Banco de Israel, la OCDE proyectó un crecimiento para Israel del 3,4% en 2025 (muy cercano al 3,5% del Banco de Israel) pero un optimista 5,5% para 2026 (significativamente por encima del 4,0% del Banco de Israel). Esta discrepancia podría deberse a diferentes supuestos sobre la duración del conflicto, el impacto de los aranceles o la velocidad de la recuperación global y sectorial.
  • Ministerio de Finanzas de Israel: Este organismo mantiene una previsión más optimista para 2025, proyectando una expansión del 4,4%.

Estas diferencias subrayan la alta incertidumbre que rodea el panorama económico. Sin embargo, la tendencia general indicada por el Banco de Israel, la institución con el análisis más actualizado y detallado del impacto combinado de los factores recientes, apunta claramente a una desaceleración respecto a las expectativas previas.

El Banco Central es explícito al señalar que, debido a estos factores (principalmente los aranceles globales y sus efectos en la demanda externa), se espera que el PIB crezca a un ritmo inferior a su potencial y se mantenga «por debajo de la tendencia que mostró en el pasado». Este concepto de «crecimiento potencial» es vital: representa la tasa máxima de crecimiento sostenible que una economía puede alcanzar sin generar presiones inflacionarias, utilizando plenamente sus recursos productivos (capital y trabajo). Crecer por debajo del potencial implica que la economía no está funcionando a plena capacidad, lo que puede traducirse en mayor desempleo y menor inversión a largo plazo.

El Factor Trump: Aranceles del 17% y su Impacto Multidimensional

Uno de los elementos más disruptivos y novedosos en el panorama económico israelí es la imposición de un arancel del 17% por parte de Estados Unidos a los productos importados desde Israel. Este anuncio, realizado por la administración Trump, ha generado una profunda preocupación en Jerusalén, dada la estrecha alianza política y militar, y la vital importancia económica de la relación bilateral. Estados Unidos no es solo el aliado más cercano de Israel, sino también su mayor socio comercial individual.

Análisis del Impacto Directo e Indirecto:

El Gobernador del Banco de Israel, Amir Yaron, fue claro al desglosar el impacto esperado de esta medida proteccionista:

  • Impacto Directo sobre las Exportaciones: Yaron advirtió que «se espera que la nueva política arancelaria anunciada por la administración estadounidense modere el comercio mundial y reduzca las exportaciones de Israel». El Banco Central estima que las exportaciones de bienes a Estados Unidos, que constituyen aproximadamente el 13% del total de las exportaciones israelíes de bienes y servicios, se verán «significativamente afectadas». Un arancel del 17% encarece automáticamente los productos israelíes en el mercado estadounidense, haciéndolos menos competitivos frente a productos de otros países no sujetos al arancel o frente a la producción doméstica estadounidense. Esto puede llevar a una disminución de los volúmenes de venta, pérdida de cuota de mercado y, potencialmente, a la necesidad de que las empresas israelíes absorban parte del coste del arancel, reduciendo sus márgenes de beneficio. Sectores clave exportadores a EEUU, como maquinaria, equipos electrónicos, productos químicos, farmacéuticos y diamantes pulidos, podrían ser particularmente vulnerables.
  • Impacto Indirecto a través del Comercio Global: Yaron enfatizó un punto crucial que a menudo se subestima: «Es importante entender que una parte significativa del impacto se deriva de una moderación en el volumen del comercio global, y no solo del arancel específico a Israel». La política arancelaria de la administración Trump no se limita a Israel; forma parte de un enfoque más amplio que tiende a generar fricciones comerciales a nivel mundial. Estos aranceles, y las posibles represalias de otros países, pueden desacelerar el comercio internacional en su conjunto. Para una economía abierta y orientada a la exportación como la israelí (donde las exportaciones de bienes y servicios representan una porción significativa del PIB), una contracción o desaceleración del comercio mundial supone una reducción de la demanda externa general, afectando no solo las ventas a EEUU sino potencialmente también a otros mercados.
  • Impacto Cuantificado en el PIB: El Banco de Israel ha intentado cuantificar el efecto agregado de estas medidas arancelarias (tanto el directo sobre Israel como el indirecto vía comercio global). Estima que moderarán el crecimiento del PIB de Israel en aproximadamente 0,5 puntos porcentuales en cada uno de los años 2025 y 2026. Esta es una cifra considerable y explica en gran medida la revisión a la baja de las previsiones generales de crecimiento. Pasar de un 4,0% a un 3,5% en 2025, por ejemplo, implica que el «efecto arancelario» es responsable de la totalidad de esa rebaja en la proyección.

La Negociación Política y la Incertidumbre:

En el momento del anuncio del Banco de Israel, se esperaba una reunión entre el Primer Ministro Benjamin Netanyahu y el Presidente Donald Trump en la Casa Blanca, donde el tema de los aranceles sería central. Existe la especulación entre economistas y expertos en Israel de que Netanyahu intentaría negociar una reducción del arancel, posiblemente a una tasa del 10%, que podría ser una tasa de referencia más estándar en otras disputas comerciales.

El Gobernador Yaron reconoció que una reducción al 10% «ayudaría a mitigar el daño económico para Israel», pero mantuvo la cautela, reiterando que «la cuestión principal es el alcance de los aranceles totales y el impacto en el comercio mundial». Incluso un arancel del 10% seguiría siendo perjudicial, y el problema subyacente de la desaceleración del comercio global persistiría.

La incertidumbre que rodea la política comercial estadounidense y sus efectos globales se convierte así en un factor dominante que complica la planificación económica y la toma de decisiones de inversión para las empresas israelíes. La dependencia de un mercado tan crucial como el estadounidense, combinada con la imprevisibilidad de las políticas arancelarias, crea un entorno de riesgo elevado.

La Sombra Persistente del Conflicto: El Coste Económico de la Guerra en Gaza

Si bien los aranceles representan un nuevo shock externo, el conflicto con Hamás en Gaza continúa siendo un lastre fundamental para la economía israelí. La guerra, que ya ha tenido un impacto significativo en 2024, sigue generando costes económicos directos e indirectos.

Impactos Económicos Continuos del Conflicto:

  • Gasto Público Elevado: La continuación de las operaciones militares exige un gasto de defensa sostenido y elevado. A esto se suma el coste continuo del apoyo a los ciudadanos desplazados de las zonas fronterizas del sur (cerca de Gaza) y del norte (cerca de Líbano, debido a las hostilidades con Hezbolá), así como la reconstrucción de las zonas dañadas y las compensaciones económicas. Este gasto, aunque necesario, presiona las finanzas públicas, aumentando el déficit y la deuda.
  • Impacto en el Mercado Laboral: Aunque la movilización de reservistas puede haber disminuido respecto a las fases iniciales de la guerra, cualquier reanudación o intensificación de los combates puede requerir nuevas llamadas a filas, afectando la disponibilidad de mano de obra cualificada en sectores clave. La propia inseguridad puede afectar la participación laboral en ciertas áreas o industrias.
  • Confianza de Consumidores e Inversores: Un conflicto prolongado o la percepción de una inestabilidad de seguridad duradera tienden a erosionar la confianza. Los consumidores pueden volverse más cautelosos en sus gastos, especialmente en bienes duraderos o servicios no esenciales. Los inversores, tanto locales como extranjeros, pueden posponer decisiones de inversión ante la incertidumbre geopolítica, afectando la formación de capital y el crecimiento futuro.
  • Sectores Específicos:
    • Turismo: Aunque el Banco de Israel anticipa una «mejora gradual» (ver sección 6), el sector sigue estando muy por debajo de los niveles pre-guerra. La percepción de riesgo de seguridad es un detractor importante para los turistas internacionales.
    • Construcción: Este sector se vio muy afectado al inicio de la guerra por la escasez de trabajadores (muchos eran palestinos a los que se les revocaron los permisos de trabajo) y las restricciones de seguridad. Aunque se buscan soluciones (trabajadores extranjeros de otros países), la recuperación puede ser lenta y el conflicto activo sigue siendo un obstáculo.
  • Riesgo de Escalada: La previsión del Banco de Israel asume que el conflicto en Gaza no se intensifica dramáticamente ni se extiende significativamente más allá de mediados de 2025, y que no hay perturbaciones graves en el frente interno. Sin embargo, el riesgo de una escalada, ya sea dentro de Gaza, una confrontación más amplia con Hezbolá en el norte, o incluso tensiones regionales mayores que involucren a Irán, sigue siendo una fuente importante de incertidumbre. Cualquier escalada significativa tendría consecuencias económicas mucho más graves que las contempladas en el escenario base actual.

El Gobernador Yaron fue explícito al señalar que, más allá de la incertidumbre derivada de los aranceles, «también hay incertidumbre sobre el desarrollo de la guerra». Esta dualidad de incertidumbres (económica global y geopolítica regional) crea un entorno operativo excepcionalmente complejo para la política monetaria y fiscal.

La Respuesta del Banco de Israel: Manteniendo los Tipos de Interés en un Entorno Incierto

Ante este panorama complejo y cargado de riesgos, el Comité Monetario del Banco de Israel optó por la prudencia y decidió mantener el tipo de interés de referencia en el 4,5%. Esta decisión, aunque esperada por muchos analistas, merece un análisis detallado de su justificación.

Razones para Mantener los Tipos:

  • Actividad Económica en Recuperación Moderada: El Banco reconoce que la actividad económica «continúa recuperándose moderadamente», lo que sugiere que no ve una necesidad inmediata de estimular la economía con un recorte de tipos, especialmente considerando los otros factores en juego. Un recorte prematuro podría interpretarse como una señal de pánico o podría avivar presiones inflacionarias si la recuperación cobra más impulso del esperado.
  • Incertidumbre «en un Nivel Muy Elevado»: Esta es quizás la razón principal. El comunicado del Banco menciona explícitamente la «elevada incertidumbre» derivada tanto de los «acontecimientos mundiales» (refiriéndose principalmente a los aranceles y sus efectos globales) como de los «acontecimientos geopolíticos» (la guerra). En un entorno tan incierto, realizar cambios en la política monetaria puede ser arriesgado. Mantener los tipos proporciona un ancla de estabilidad y permite al Banco observar cómo se desarrollan los acontecimientos antes de tomar nuevas decisiones.
  • Volatilidad de los Mercados Financieros: El Banco también cita la «considerable volatilidad de los mercados financieros» como un factor. Los mercados globales y locales pueden reaccionar bruscamente a noticias sobre la guerra, la política comercial o la economía global. Un cambio inesperado en los tipos de interés podría exacerbar esta volatilidad. Mantener la tasa puede ayudar a calmar los nervios en los mercados.
  • Inflación (Factor Implícito): Aunque el comunicado no lo detalla extensamente en los extractos proporcionados, la política de tipos de interés siempre tiene en cuenta la inflación. Un tipo de interés del 4,5% es relativamente alto e indica que, si bien el crecimiento se modera, el Banco probablemente sigue atento a las presiones inflacionarias subyacentes, que podrían verse afectadas por factores como la debilidad del shekel (la moneda israelí), los cuellos de botella relacionados con la guerra o el aumento del gasto público. Un recorte de tipos podría debilitar el shekel (haciendo las importaciones más caras) y potencialmente reavivar la inflación.

Implicaciones de la Decisión:

Mantener los tipos en 4,5% significa que el coste del crédito para empresas y consumidores sigue siendo relativamente elevado. Esto puede seguir frenando la inversión y el consumo, actuando como un contrapeso a la recuperación. Sin embargo, también apoya el valor del shekel y ayuda a mantener ancladas las expectativas de inflación.

La decisión refleja un delicado acto de equilibrio: no ahogar la incipiente recuperación con tipos demasiado altos, pero tampoco arriesgar la estabilidad financiera y de precios con un recorte en medio de una incertidumbre extrema. El Banco de Israel adopta una postura de «esperar y ver», señalando que seguirá monitoreando de cerca todos los desarrollos y ajustará su política según sea necesario en el futuro.

Factores de Mitigación y Posibles Contrapesos

A pesar del panorama predominantemente sombrío pintado por las previsiones revisadas y los riesgos existentes, el análisis del Banco de Israel también identifica algunos factores que podrían compensar parcialmente los efectos negativos.

  • Recuperación Gradual del Turismo: El Banco anticipa una «mejora gradual» en la industria del turismo. Aunque es poco probable que el sector vuelva a los niveles previos a la guerra mientras persista el conflicto y la percepción de inseguridad, una mejora, aunque sea modesta, puede aportar divisas y generar actividad económica en hoteles, restaurantes y servicios relacionados. Esta mejora podría estar impulsada por segmentos específicos del turismo (por ejemplo, visitas de solidaridad, viajes de negocios esenciales) o por una adaptación gradual a la «nueva normalidad» de seguridad.
  • Aumento de la Demanda de Exportaciones de Defensa: En un mundo cada vez más inestable y con conflictos regionales en aumento, la demanda de tecnología y productos de defensa israelíes, un sector en el que el país es líder mundial, podría incrementarse. Israel tiene una reputación de desarrollar y probar en combate sistemas avanzados (desde ciberseguridad y drones hasta defensa antimisiles). El aumento de los presupuestos de defensa en muchos países occidentales y asiáticos podría traducirse en mayores contratos para las empresas de defensa israelíes. Este aumento en las exportaciones de defensa podría ayudar a compensar, al menos en parte, la caída esperada en otras exportaciones de bienes debido a los aranceles estadounidenses.
  • Resiliencia del Sector Tecnológico: Aunque no se menciona explícitamente como un factor compensatorio en este comunicado específico, la historia económica reciente de Israel ha demostrado la notable resiliencia de su sector de alta tecnología. A pesar de la guerra y la incertidumbre, muchas empresas tecnológicas han continuado operando, innovando y atrayendo inversión (aunque quizás a un ritmo menor). La naturaleza globalizada de este sector y su capacidad para operar remotamente pueden ofrecer cierta protección contra las perturbaciones locales. Sin embargo, este sector también es un gran exportador (especialmente de servicios) y no es inmune a una desaceleración económica global o a las tensiones geopolíticas.
  • Adaptabilidad de la Economía: La economía israelí ha demostrado históricamente una capacidad significativa para adaptarse a shocks externos y crisis de seguridad. La respuesta del gobierno, las empresas y la sociedad civil al inicio de la guerra mostró esta capacidad. Es posible que surjan nuevas eficiencias, modelos de negocio o enfoques políticos para mitigar los impactos negativos a medio plazo.

Es importante señalar que el propio Banco de Israel indica que estos efectos positivos (turismo y defensa) compensarán los negativos «en cierta medida», lo que sugiere que no serán suficientes para contrarrestar completamente el impacto de los aranceles y la guerra, como lo demuestra el recorte neto en las previsiones de crecimiento.

Navegando la Incertidumbre: Implicaciones y Perspectivas Futuras

La economía israelí se encuentra en una coyuntura crítica, navegando aguas turbulentas marcadas por una incertidumbre excepcionalmente alta. Las decisiones del Banco de Israel y las previsiones publicadas reflejan esta realidad compleja.

Desafíos Clave:

  • Doble Shock: La economía debe absorber simultáneamente el impacto continuo del conflicto bélico y el nuevo shock de los aranceles estadounidenses. Estos dos factores interactúan y se refuerzan mutuamente en sus efectos negativos sobre la confianza, el comercio y la inversión.
  • Dependencia Externa: La situación pone de relieve la vulnerabilidad de Israel a factores externos, tanto geopolíticos (la dinámica regional, las relaciones con EEUU) como económicos (el estado del comercio mundial, las políticas de socios clave).
  • Equilibrio Macroeconómico: Las autoridades enfrentan un difícil equilibrio. El Banco de Israel debe manejar la política monetaria para apoyar el crecimiento sin comprometer la estabilidad de precios y financiera. El gobierno debe gestionar la política fiscal para cubrir los enormes costes de la guerra y el apoyo social, sin disparar la deuda a niveles insostenibles a largo plazo y manteniendo la confianza de los mercados de crédito internacionales.
  • Coste Social: Más allá de las cifras macroeconómicas, existe un coste humano y social significativo derivado de la guerra y la incertidumbre económica, que afecta a las familias, los trabajadores y las comunidades.

Perspectivas Futuras y Señales a Vigilar:

El rumbo futuro de la economía israelí dependerá crucialmente de la evolución de varios factores clave:

  • Desarrollo del Conflicto: La duración, intensidad y posible extensión geográfica de la guerra en Gaza y las tensiones en el norte son el factor más crítico. Una desescalada o un alto el fuego duradero mejorarían significativamente las perspectivas, mientras que una escalada las empeoraría drásticamente.
  • Política Comercial de EEUU: La implementación final de los aranceles, las posibles negociaciones para reducirlos y la dirección general de la política comercial estadounidense bajo la administración Trump (o futuras administraciones) serán determinantes para el sector exportador israelí.
  • Economía Global: La salud de la economía mundial y el volumen del comercio internacional afectarán directamente la demanda de exportaciones israelíes, más allá del impacto específico de los aranceles.
  • Respuesta Política Interna: La capacidad del gobierno israelí para implementar políticas fiscales prudentes, apoyar a los sectores afectados y fomentar un entorno favorable a la inversión será crucial para la recuperación.
  • Confianza y Estabilidad: Restaurar la confianza de los consumidores, las empresas y los inversores, tanto locales como internacionales, es fundamental para reactivar el crecimiento.

Conclusión: Resiliencia a Prueba en Tiempos de Adversidad

El reciente anuncio del Banco de Israel no deja lugar a dudas: la economía israelí enfrenta un período desafiante, marcado por la convergencia de una guerra prolongada y una política comercial estadounidense desfavorable. El recorte en las previsiones de crecimiento para 2025 y 2026, situándolas en 3,5% y 4,0% respectivamente, refleja el impacto cuantificable de estos factores, que se espera resten alrededor de 0,5 puntos porcentuales al PIB anual solo por el efecto arancelario y la consiguiente moderación del comercio global. La decisión de mantener los tipos de interés en 4,5% subraya la postura cautelosa del banco central ante la elevada incertidumbre y la volatilidad financiera.

Si bien existen factores mitigantes, como la esperada recuperación gradual del turismo y el potencial aumento de las exportaciones de defensa, el panorama general es de un crecimiento moderado, por debajo del potencial histórico del país. El camino a seguir dependerá en gran medida de variables que escapan en parte al control de Israel, como la evolución del conflicto regional y las decisiones de política comercial de su aliado más importante.

La resiliencia demostrada por la economía israelí en crisis pasadas será puesta a prueba una vez más. La capacidad de adaptación, la fortaleza de su sector tecnológico y la respuesta coordinada de sus instituciones políticas y económicas serán clave para navegar esta compleja encrucijada y sentar las bases para una recuperación sostenible una vez que amainen las tormentas geopolíticas y económicas actuales. Los próximos meses serán cruciales para observar cómo se desarrollan estos eventos y cuál será su impacto final en la trayectoria económica de Israel.

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