A la presentación de la ley el pasado año siguieron multitudinarias protestas del sector ultra ortodoxo que no impidieron su aprobación, pero los pactos electorales y de gobierno sí han logrado ahora retrasar su aplicación. EFE
La oposición de Israel apela una enmienda que pospone enrolar a los ultra ortodoxos
El partido la oposición Yesh Atid apeló ante la Corte Suprema la modificación de la ley de reparto equitativo de cargas que pospone seis años el reclutamiento militar obligatorio de los judíos ultra ortodoxos, sector que rechaza servir y goza de exenciones.
La norma fue aprobada por la Kneset (Parlamento) y modifica una ley de la anterior legislatura que obligaba a ese sector a acudir a filas y respondía a la demanda social de que ese grupo (que representa a alrededor del 10 % de la población, generalmente no trabaja, es beneficiado por subvenciones y dedica su vida al estudio de los textos sagrados) se haga también cargo de las responsabilidades frente al Estado.
Yesh Atid, principal impulsor el año pasado de la ley para incorporar progresivamente a los judíos ultra religiosos al mundo laboral y al Ejército, rechazó con dureza la modificación y presentó mismo un recurso contra ella, explicó el portavoz del partido, Yair Zivan.
La reforma, aprobada por 49 votos a favor y 36 en contra, no solo retrasa el alistamiento obligatorio de los denominados «haredim» (temerosos de Dios), poniendo fin a un privilegio histórico que data desde la creación del Estado (1948), sino que también retira las penas de cárcel que se contemplaban para los insumisos.
La enmienda es fruto de un acuerdo entre el partido Likud, liderado por el primer ministro, Biniamín Netanyahu, y los partidos ultra ortodoxos, que apoyaron su candidatura al frente del Gobierno en las pasadas elecciones a cambio de beneficios para su comunidad.
El servicio militar es obligatorio en Israel tanto para los hombres, que sirven cerca de tres años, como para las mujeres, que lo hacen durante un periodo de dos.
Parte de la sociedad considera un privilegio injusto que los religiosos no compartan esta carga y salió masivamente a las calles en 2011 para exigir que también se les llame a filas.