Un objeto histórico bajo el martillo
El 18 de diciembre, Sotheby’s en Nueva York llevará a subasta una pieza singular: una tablilla de mármol inscrita con una versión samaritana de los Diez Mandamientos. Este artefacto, considerado por algunos como la copia más antigua conocida de este texto bíblico, podría alcanzar entre 1 y 2 millones de dólares. Sin embargo, su autenticidad está en el centro de un acalorado debate.
La tablilla, que pesa 52 kilogramos y mide dos pies de altura, ha capturado la atención mundial por su potencial valor histórico y religioso. Tallada en el periodo romano tardío o bizantino (aproximadamente entre el 300 y 800 d.C.), la piedra muestra signos de desgaste y presenta una inscripción en paleohebreo. Sin embargo, la falta de documentación arqueológica ha generado escepticismo entre los expertos.
La controversia de la autenticidad
Expertos como Brian I. Daniels, del Centro del Patrimonio Cultural de la Universidad de Pensilvania, han expresado dudas razonables. “Los objetos de esta región están plagados de falsificaciones”, declaró Daniels al New York Times. Aunque no descarta por completo la autenticidad de la pieza, subraya la necesidad de pruebas concluyentes.
Por su parte, Christopher Rollston, experto en lenguas y civilizaciones del Cercano Oriente en la Universidad George Washington, también cuestionó las afirmaciones sobre la antigüedad de la tablilla. “No hay forma de que esto pueda saberse”, afirmó, destacando la ausencia de registros de excavación y la falta de información sobre su descubrimiento inicial.
Una historia envuelta en misterio
Según los informes, la tablilla fue descubierta en 1913 durante la construcción de un ferrocarril en la costa sur de Israel. Ignorada inicialmente, fue adquirida por un particular que la utilizó como adoquín en su patio. Posteriormente, en 1943, Y. Kaplan compró la piedra, escribiendo un artículo académico sobre ella en colaboración con Yitzhak Ben-Zvi, arqueólogo y futuro presidente de Israel.
La pieza pasó luego a manos del comerciante de antigüedades Robert Deutsch en los años 90, antes de ser adquirida por el rabino Saul Deutsch para su Museo de la Torá Viviente en Brooklyn, Nueva York.
La versión samaritana: diferencias clave
El texto inscrito en la tablilla no es completamente idéntico a la versión bíblica tradicional. Omite el tercer mandamiento (“No tomarás el nombre del Señor tu Dios en vano”) y añade un mandamiento que ordena adorar en el Monte Gerizim, un lugar sagrado para los samaritanos. Esta secta, que comparte raíces con el judaísmo pero se separó hace más de 2.000 años, ha mantenido tradiciones únicas, incluida la utilización de una variante del alfabeto paleohebreo.
Rollston advirtió sobre la posibilidad de que los falsificadores hayan introducido estas variaciones deliberadamente para aumentar el interés en la pieza. “Los falsificadores suelen incluir contenido sorprendente”, explicó al Times.
Evidencia a favor de su autenticidad
A pesar del escepticismo, algunos aspectos respaldan la autenticidad de la tablilla. Selby Kiffer, especialista en manuscritos de Sotheby’s, señaló el desgaste natural y la escritura paleohebrea como pruebas de su antigüedad. Además, el uso del alfabeto paleohebreo es consistente con las prácticas samaritanas, quienes han mantenido este estilo de escritura mucho después de que los judíos convencionales adoptaran el alfabeto arameo.
Implicaciones culturales y religiosas
Si se confirma la autenticidad de la tablilla, su valor histórico sería incalculable. Representaría una conexión directa con las prácticas religiosas y culturales de los samaritanos en la época romana tardía. Además, podría arrojar luz sobre las diferencias entre las tradiciones samaritanas y judías.
Sin embargo, si resulta ser una falsificación, este caso serviría como un recordatorio de los desafíos que enfrentan los arqueólogos y coleccionistas al evaluar artefactos antiguos.
La subasta: ¿mercado o patrimonio?
La venta de artefactos como esta tablilla plantea preguntas éticas sobre el comercio de antigüedades. Algunos argumentan que piezas de esta importancia deberían ser estudiadas y preservadas en instituciones académicas, en lugar de ser subastadas al mejor postor. Otros ven estas ventas como una oportunidad para financiar investigaciones y garantizar la conservación de los objetos.
El futuro de la tablilla
Independientemente de su autenticidad, la subasta del 18 de diciembre promete ser un evento significativo en el mundo del coleccionismo y la investigación histórica. Con un precio estimado de hasta 2 millones de dólares, el destino de la tablilla está en manos del mercado.
Mientras tanto, el debate sobre su origen y significado continuará, destacando las complejidades de la arqueología y la importancia de la evidencia académica en el estudio del pasado.
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