Los judíos de Yemen que se negaron a viajar a Israel, ahora quieren hacerlo

Los judíos de Yemen que se negaron a viajar a Israel, ahora quieren hacerlo
Los 67 judíos de Yemen que se negaron a viajar en secreto a Israel junto a otros 19 miembros de la comunidad la semana pasada en un escape organizado por la Agencia Judía, ahora están teniendo segundos pensamientos al respecto y quieren abandonar su país natal.

Fuentes en Yemen señalaron que el grupo, compuesto principalmente por niños y ancianos situados en la capital Saná y en la ciudad de Raydahy, en la vecina provincia de Amran, ha sido objeto de acoso constante, porque la mayor parte de sus amigos, vecinos, y ancianos de la comunidad, se ha ido a Israel.
En declaraciones a The Media Line bajo condición de anonimato debido al temor a represalias por parte de musulmanes yemenitas, uno de los judíos que está tratando de salir dijo que los miembros de la comunidad que quedan se quejan de que, además de haber aumentado el abuso por parte de los musulmanes, no hay nadie que pueda dirigir sus rituales religiosos o enseñar a sus hijos.
Los judíos que se quedaron en Yemen han confirmado que «la decisión de la Agencia Judía de publicar la llegada a Israel de los rollos de la Torá de 600 a 800 años de antigüedad nos causó aún más el aislamiento. En Raydah, nos tratan como extraños, a pesar de que somos yemenitas al igual que ellos. Nuestra religión, que es diferente de la de ellos, ha causado que nos miraran como si fuésemos inferiores. Han vallado nuestras casas con piedras y han cortado las carreteras que conducen a nuestras casas para que no nos escapemos o para que sea difícil conseguir alimentos o cualquier otro suministro que necesitamos en nuestros hogares», explicó.
«Después de que se hiciera pública la noticia del antiguo manuscrito, la gente se volvió muy cuidadosa de nosotros, acusándonos de traición a nuestro país. Ahora siempre nos observaban. No nos podemos quedar a vivir aquí «, agregó.
No todos los que optaron por no abordar el vuelo de la Agencia Judía lo hicieron por miedo. Para algunos, fue una decisión económica. Saeed Al-Natehi y su esposa Muzal Bint Uda, no fueron pudieron vender su casa, una estructura de tres pisos con un gran patio rodeado por una valla de piedra y un precio inicial de alrededor de 320 mil dólares donde viven con sus tres hijas, un hijo y dos nietos.
Muzal dijo que se irán del país tan pronto como puedan vender su casa. Y si bien expresó su amor por Yemen, reconoció que «actualmente la mejor solución es irse».
Un judío residente de Saná dijo que la razón por la cual los miembros de la colectividad no se animaron a hacer declaraciones se debe a «razones de seguridad», mientras que otro dijo que no puede darse el lujo de comprar un boleto de avión . Sin embargo, este argumento parece poco crepible dado el compromiso del gobierno de Israel de trasladar a los judios que quedan en Yemen.
Sorpresivamente, Khalid Al-Shaif, jefe del aeropuerto internacional de Saná, dijo a The Media Line que, los judíos pueden salir del país cuando quieran. Explicó que «ellos son yemenitas, que están sujetos a las mismas normas que los demás ciudadanos. Controlamos sus bolsos y vemos su documentación de ingreso y salida. No existe una discriminación basada en la religión”.
Las autoridades de Yemen negaron enérgicamente que se les impida a los judíos abandonar el país. Según la versión de los funcionarios, su enfado no se debió a ellos, sino al hecho de que se haya sacado del país la antigua Torá que, según dijeron, es propiedad del pueblo yemenita.
Respecto del futuro de los judíos que se quedaron en Yemen, Avi Meyer, vocero de la Agencia Judía explicó que «se suponía que iba a ser la última operación masiva. Entendimos que esas personas habían decidido permanecer allí. Pero siempre decimos que vamos a facilitar la llegada de cualquier persona que quiera hacer aliá (vivir en Israel) y serán bienvenidas”.
Fuente: Jerusalem Post
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