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Netanyahu a Reservistas Heridos de las FDI: “Vamos a ir hasta el final para destruir a Hamás” – La Promesa de una Victoria Absoluta

El Primer Ministro Netanyahu reafirma ante reservistas heridos de las FDI su compromiso total con la destrucción de Hamás y el rescate de todos los rehenes, prometiendo una "victoria absoluta" y apoyo total a los soldados.

En un encuentro cargado de simbolismo y determinación, el Primer Ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, se reunió el lunes con reservistas de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) que resultaron heridos en combate. Este encuentro, organizado con el Foro “Guerreros Heridos por la Victoria”, no fue solo un gesto de solidaridad, sino una plataforma para que el líder israelí reafirmara con vehemencia la postura de su gobierno frente al conflicto en curso: la búsqueda de una «victoria absoluta» sobre Hamás, la destrucción completa de la organización terrorista y la liberación de todos los rehenes secuestrados. Las palabras de Netanyahu resonaron con la gravedad del momento y la firmeza de un líder que enfrenta uno de los desafíos más críticos en la historia reciente de Israel.

Un Encuentro Emotivo y Estratégico: Escuchando a los Héroes de Israel

La reunión del Primer Ministro con los reservistas heridos trascendió el protocolo. Fue un espacio para el intercambio directo, donde Netanyahu escuchó de primera mano los testimonios de estos soldados. Relataron sus valientes acciones en diversos frentes de batalla, las circunstancias de sus heridas y el arduo proceso de rehabilitación física y emocional que enfrentan. Estos hombres, que han pagado un alto precio personal en la defensa de su nación, no solo compartieron sus experiencias, sino que también expresaron un contundente apoyo al liderazgo de Netanyahu. Le instaron a no cejar en el empeño, a perseguir con determinación todos los objetivos de la guerra y, fundamentalmente, a lograr una derrota decisiva y definitiva de Hamás.

Este respaldo de quienes han estado en la línea de fuego es un capital político y moral invaluable para cualquier líder en tiempos de guerra. Refleja un sentir profundo dentro de las filas de las FDI y, por extensión, en una parte significativa de la sociedad israelí que anhela seguridad y el fin de la amenaza constante que representa Hamás desde la Franja de Gaza. Netanyahu, consciente de este peso, recogió el guante y respondió con un mensaje inequívoco.

«Eliminar a Hamás y Liberar a Todos Nuestros Rehenes Van de la Mano»

Una de las declaraciones más contundentes de Netanyahu durante el encuentro fue la vinculación inseparable entre la destrucción de Hamás y la liberación de los rehenes. “Eliminar a Hamás y liberar a todos nuestros rehenes van de la mano. Así es como lo estamos haciendo”, afirmó el Primer Ministro. Esta aseveración busca disipar cualquier duda sobre las prioridades de Israel y la estrategia que se está implementando. No se trata de objetivos secuenciales o alternativos, sino de metas concurrentes y mutuamente dependientes.

Desde la perspectiva israelí, la existencia continuada de un Hamás operativo y con capacidad de gobernar en Gaza es incompatible con la seguridad a largo plazo de sus ciudadanos y con la posibilidad de un retorno seguro de los secuestrados. La lógica subyacente es que solo una presión militar sostenida y la erosión del poder de Hamás pueden crear las condiciones para la liberación de los rehenes en términos aceptables para Israel, o mediante operaciones de rescate. Cualquier acuerdo que deje a Hamás con una capacidad significativa de reagruparse y amenazar nuevamente sería visto como una derrota estratégica.

Netanyahu profundizó en esta idea: “Ante todo, las cosas han cambiado. En los próximos días, entraremos con toda nuestra fuerza para completar la misión. Completar la misión significa derrotar a Hamás. Significa destruir a Hamás”. Estas palabras sugieren una intensificación inminente de las operaciones militares, una fase decisiva en la que Israel planea emplear todos los recursos necesarios para alcanzar sus objetivos. La frase «las cosas han cambiado» podría aludir a una nueva evaluación de la situación, a la conclusión de preparativos o a una ventana de oportunidad estratégica.

La Posición Israelí Frente a las Treguas y el Objetivo Final

El Primer Ministro también abordó la compleja cuestión de las pausas humanitarias o treguas temporales, que han sido objeto de intensa negociación y presión internacional. Si bien Israel ha accedido a pausas limitadas en el pasado, principalmente para facilitar la entrada de ayuda humanitaria a Gaza o para el intercambio de rehenes por prisioneros palestinos, Netanyahu fue claro en que estas no alterarán el objetivo final.

“Nuestras fuerzas ya están allí. Hamás podría decir: ‘Pausa, queremos liberar a diez rehenes más’. Bien, tráiganlos. Los tomaremos. Y luego intervendremos. Pero no habrá ninguna situación en la que podamos detener la guerra. Podemos tener un alto el fuego por un tiempo determinado, pero vamos hasta el final”, enfatizó. Este mensaje es crucial: Israel está dispuesto a considerar pausas tácticas si sirven a sus intereses, como la recuperación de rehenes, pero no permitirá que estas pausas se conviertan en un cese al fuego permanente que deje a Hamás en el poder. La «intervención» posterior a cualquier pausa subraya la determinación de reanudar las operaciones hasta la «destrucción» de la organización.

Esta postura refleja la lección aprendida de conflictos anteriores, donde ceses al fuego prematuros, desde la perspectiva israelí, permitieron a Hamás sobrevivir, reagruparse y, eventualmente, reiniciar las hostilidades. La doctrina actual parece ser la de no repetir esos errores, buscando un cambio fundamental en el status quo de Gaza.

La Cuestión de la Emigración de Gazatíes: Una Propuesta Controvertida

Un aspecto particularmente sensible y controvertido que Netanyahu mencionó fue la posibilidad de facilitar la emigración de gazatíes. “En cuanto a una solución que permita a los gazatíes emigrar, Netanyahu declaró: ‘Hemos establecido un organismo de gestión que facilitará las salidas, pero el problema es uno: necesitamos países de acogida. En eso estamos trabajando ahora. Si les ofrecemos una salida, les aseguro que más del 50 % se marchará, probablemente mucho más. Pero Hamás no se quedará allí’”.

Esta declaración ha generado y seguirá generando un intenso debate tanto a nivel nacional como internacional.

  • Perspectiva Israelí (según Netanyahu): Desde el punto de vista de algunos en Israel, la emigración voluntaria de una parte de la población de Gaza podría aliviar la crisis humanitaria, reducir la base de apoyo de Hamás y facilitar una reconfiguración de la Franja que la haga menos hostil hacia Israel. La cifra del «50% o más» es una estimación audaz y, para muchos, optimista o incluso propagandística. La condición de que «Hamás no se quedará allí» es la premisa fundamental.
  • Perspectiva Palestina y Crítica Internacional: Para los palestinos y gran parte de la comunidad internacional, cualquier propuesta que implique el desplazamiento masivo de gazatíes, incluso si se presenta como «voluntaria», evoca el espectro de la Nakba de 1948 y se percibe como una forma de limpieza étnica o traslado forzoso. Argumentan que la desesperación causada por la guerra y el asedio no puede ser la base para una elección genuinamente libre de emigrar. Además, la viabilidad de encontrar «países de acogida» para un número tan grande de personas es extremadamente baja, especialmente en el contexto regional actual, donde los países vecinos como Egipto y Jordania se oponen firmemente a cualquier desplazamiento masivo de palestinos hacia sus territorios.
  • Desafíos Prácticos y Legales: Establecer un «organismo de gestión» es un primer paso, pero los obstáculos son monumentales. Requiere el consentimiento de los individuos, la cooperación de países terceros, la garantía de derechos para los emigrantes en sus nuevos destinos y el cumplimiento del derecho internacional humanitario, que prohíbe el desplazamiento forzoso de poblaciones.

Es probable que esta propuesta sea más una declaración de intenciones o una herramienta de presión que un plan concreto y realizable a gran escala en el corto plazo. Sin embargo, su mención por parte del Primer Ministro indica que es una opción que se está considerando activamente en ciertos círculos del gobierno israelí como parte de la visión para el «día después» en Gaza.

Reconocimiento y Apoyo a los Reservistas: «Son Verdaderos Héroes»

Más allá de la estrategia militar y política, Netanyahu dedicó una parte importante de su mensaje a honrar y asegurar el apoyo a los reservistas y sus familias. “Hay algo importante que es importante que sepan: hemos aprobado 4 mil millones de NIS adicionales en apoyo a los reservistas y sus familias, incluyendo a sus parejas. Les digo esto con el corazón: son héroes. No lo digo como un eslogan; son verdaderos héroes. Son un ejemplo e inspiración para el pueblo de Israel. Y con su espíritu, quiero decirles: Estamos ganando, pero completaremos la victoria. Vamos por la victoria absoluta”.

Esta asignación de 4 mil millones de shekels (aproximadamente 1.08 mil millones de dólares) es una medida tangible del compromiso del gobierno con quienes soportan la carga más pesada del conflicto. Los reservistas en Israel constituyen una parte fundamental de las FDI, y su movilización masiva tiene un impacto significativo en la economía y en la vida cotidiana de miles de familias. El apoyo financiero abarca no solo al soldado, sino también a su cónyuge y familia, reconociendo el sacrificio colectivo.

Llamarlos «verdaderos héroes» y «ejemplo e inspiración» no es mera retórica. En una sociedad como la israelí, donde el servicio militar es una experiencia compartida y altamente valorada, el reconocimiento del sacrificio de los soldados, especialmente de los heridos, tiene un profundo significado. Conecta al liderazgo con la base, refuerza la moral y proyecta una imagen de unidad nacional frente a la adversidad. La promesa de «completar la victoria» y alcanzar la «victoria absoluta» se presenta, en este contexto, como un deber hacia estos héroes.

Analizando la «Victoria Absoluta»: ¿Qué Significa y Cuáles son los Desafíos?

El concepto de «victoria absoluta» es poderoso y movilizador, pero también plantea preguntas importantes sobre su definición y viabilidad.

  1. Destrucción Militar de Hamás: Esto implicaría desmantelar su infraestructura militar (túneles, lanzacohetes, centros de mando), eliminar a sus líderes clave y neutralizar a sus combatientes hasta el punto en que ya no puedan representar una amenaza organizada y significativa para Israel. La guerra urbana en un entorno densamente poblado como Gaza presenta enormes desafíos para lograr este objetivo sin un alto costo en vidas civiles y para las propias fuerzas israelíes.
  2. Desmantelamiento Político de Hamás: Más allá de lo militar, una «victoria absoluta» requeriría erradicar la capacidad de Hamás para gobernar Gaza. Esto implica reemplazar su administración, sus fuerzas de seguridad internas y su influencia en las instituciones civiles. Encontrar una alternativa de gobernanza viable y aceptable para Gaza es uno de los mayores dilemas del «día después».
  3. Liberación de Todos los Rehenes: Este es un objetivo humanitario y nacional primordial. La «victoria absoluta» no sería completa sin el retorno seguro de todos los secuestrados. La dificultad radica en que Hamás los utiliza como su principal baza de negociación y escudo humano.
  4. Cambio Ideológico: El desafío más profundo es que Hamás no es solo una organización militar o política, sino también un movimiento con una ideología islamista radical arraigada. Una derrota militar no necesariamente erradica la ideología. ¿Cómo se mide la victoria sobre una idea?
  5. Sostenibilidad a Largo Plazo: Una «victoria absoluta» debe ser duradera. Esto requeriría no solo la derrota de Hamás, sino también la creación de condiciones en Gaza que impidan el resurgimiento de amenazas similares en el futuro. Esto involucra aspectos económicos, sociales y políticos complejos.

El Contexto Ampliado: La Guerra Israel-Hamás y la Presión Internacional

Las declaraciones de Netanyahu se producen en un contexto de intensa presión internacional sobre Israel. La duración del conflicto, el elevado número de víctimas civiles en Gaza, la crisis humanitaria y la destrucción generalizada han generado críticas de aliados y adversarios por igual. Organizaciones de derechos humanos, la ONU y numerosos gobiernos han pedido un alto el fuego inmediato y duradero, un aumento significativo de la ayuda humanitaria y una solución política al conflicto.

Israel, por su parte, argumenta que actúa en legítima defensa tras los brutales ataques del 7 de octubre perpetrados por Hamás, que resultaron en la masacre de más de 1.200 personas y el secuestro de unas 240. Sostiene que Hamás utiliza cínicamente a la población civil como escudo humano, opera desde zonas residenciales, hospitales y escuelas, y que el objetivo de desmantelar a Hamás es esencial para prevenir futuros ataques.

La comunidad internacional se encuentra dividida. Mientras que países como Estados Unidos han reafirmado el derecho de Israel a defenderse y han proporcionado apoyo militar y diplomático, también han aumentado sus llamamientos a la protección de civiles y a una visión clara para el futuro de Gaza. Otros países han sido mucho más críticos con las acciones de Israel, llegando a acusarlo de crímenes de guerra.

En este entorno, la firmeza de Netanyahu y su insistencia en la «victoria absoluta» pueden interpretarse de varias maneras:

  • Mensaje Interno: Para consolidar el apoyo de la derecha israelí y de aquellos que exigen una respuesta contundente a Hamás.
  • Mensaje a Hamás: Para dejar claro que no habrá concesiones que permitan su supervivencia como fuerza gobernante o militar.
  • Mensaje a la Comunidad Internacional: Para señalar que Israel no se desviará de sus objetivos fundamentales a pesar de la presión.

Los Desafíos Militares en el Terreno

Lograr la «destrucción de Hamás» es una tarea hercúlea. La Franja de Gaza es uno de los territorios más densamente poblados del mundo, y Hamás ha pasado años construyendo una extensa red de túneles subterráneos, a menudo denominados «el metro de Gaza». Estos túneles sirven como centros de mando, depósitos de armas, rutas de movimiento para combatientes y, trágicamente, lugares donde se cree que se retiene a muchos rehenes.

  • Guerra de Túneles: Combatir en este entorno subterráneo es extremadamente peligroso y complejo. Requiere unidades especializadas, tecnología avanzada para la detección y destrucción de túneles, y tácticas que minimicen el riesgo para los soldados y los rehenes que puedan estar cerca.
  • Combate Urbano: La lucha casa por casa en ciudades y campos de refugiados densamente construidos es lenta, arriesgada y propensa a causar víctimas civiles, incluso con los esfuerzos de las FDI por minimizarlas mediante advertencias y la creación de corredores humanitarios. Hamás utiliza tácticas de guerrilla, emboscadas y artefactos explosivos improvisados (IED).
  • Inteligencia: La inteligencia precisa es crucial para localizar a los líderes de Hamás, sus infraestructuras clave y, fundamentalmente, a los rehenes. Esto implica un esfuerzo constante de recopilación y análisis de información en un entorno hostil.
  • El Costo Humano para las FDI: Cada día de combate conlleva el riesgo de bajas entre los soldados israelíes. Los reservistas heridos con los que se reunió Netanyahu son un testimonio vivo de este costo. Mantener la moral y el apoyo público a pesar de las bajas es un desafío constante para el liderazgo.

El «Día Después»: ¿Qué Futuro para Gaza sin Hamás?

Si Israel logra su objetivo de desmantelar a Hamás, la pregunta más acuciante es qué vendrá después para la Franja de Gaza. Netanyahu ha sido vago en los detalles, pero ha insistido en que Israel mantendrá la responsabilidad general de la seguridad en Gaza durante un período indefinido para evitar el resurgimiento del terrorismo.

Varias opciones se han discutido, ninguna sin serios inconvenientes:

  1. Control Israelí Directo: Similar a una ocupación militar, lo que sería costoso para Israel en términos de recursos y vidas, y probablemente insostenible internacionalmente.
  2. Una Fuerza Multinacional: Algunos han propuesto una fuerza internacional o árabe para mantener la seguridad y administrar Gaza. Sin embargo, hay poco apetito entre los países árabes para asumir esta carga, especialmente sin un camino claro hacia un Estado palestino.
  3. Retorno de la Autoridad Palestina (AP): La AP, que gobierna partes de Cisjordania, es vista por algunos, incluido Estados Unidos, como la opción más lógica a largo plazo. Sin embargo, la AP es débil, carece de legitimidad entre muchos palestinos (incluidos los de Gaza) y es rechazada por el actual gobierno israelí de derecha. Netanyahu ha expresado su oposición a que una AP «que paga a terroristas y educa a sus hijos para el terrorismo» gobierne Gaza.
  4. Administración Local de Tecnócratas Gazatíes: La idea de que líderes locales no afiliados a Hamás puedan asumir la administración, quizás con apoyo internacional. Encontrar y empoderar a tales líderes en el caos de la posguerra sería un desafío monumental.

La propuesta de Netanyahu sobre la «emigración» de gazatíes, como se mencionó anteriormente, también se enmarca en esta búsqueda de una solución a largo plazo, aunque su viabilidad y aceptabilidad son altamente cuestionables.

El Papel de los Reservistas y la Resiliencia de la Sociedad Israelí

La reunión de Netanyahu con los reservistas heridos subraya el papel central que estos ciudadanos-soldados juegan en la defensa de Israel. A diferencia de un ejército puramente profesional, la movilización de reservistas implica sacar a personas de sus vidas civiles – sus trabajos, estudios y familias – para enviarlos al frente. Esto crea un vínculo directo entre el esfuerzo bélico y la sociedad en general.

El apoyo financiero de 4 mil millones de NIS es un reconocimiento de esta carga. Cubre no solo las necesidades médicas y de rehabilitación de los heridos, sino también el impacto económico en las familias. Las parejas de los reservistas, a menudo dejadas solas para gestionar el hogar, el cuidado de los hijos y, en muchos casos, sus propios trabajos, enfrentan un estrés considerable. El apoyo a estas «parejas» es un componente vital.

La resiliencia de la sociedad israelí se pone a prueba en cada conflicto. La voluntad de los reservistas de servir, incluso a un gran costo personal, y el apoyo de sus familias y comunidades, son factores cruciales para la capacidad de Israel de sostener operaciones militares prolongadas. La promesa de Netanyahu de «victoria absoluta» busca también reforzar esta resiliencia, ofreciendo un objetivo claro y una esperanza de que los sacrificios actuales conducirán a una seguridad duradera.

La Dimensión Psicológica y Emocional de la Guerra

El encuentro con los «Guerreros Heridos por la Victoria» también pone de relieve la dimensión psicológica y emocional del conflicto. Las heridas físicas son visibles, pero las cicatrices invisibles del trauma de combate pueden ser igualmente, o incluso más, debilitantes y duraderas. El proceso de rehabilitación no es solo físico, sino también mental.

  • Para los Soldados: El Trastorno de Estrés Postraumático (TEPT) es una preocupación importante. El apoyo psicológico, el compañerismo y el sentido de propósito son vitales para la recuperación. Foros como «Guerreros Heridos por la Victoria» pueden jugar un papel crucial al proporcionar una red de apoyo entre pares.
  • Para las Familias: Las familias de los soldados, especialmente de los heridos o caídos, también sufren un trauma inmenso. Necesitan apoyo comunitario y profesional.
  • Para la Sociedad en General: La exposición constante a noticias de guerra, alertas de cohetes, y la ansiedad por los seres queridos en el frente, tienen un impacto en la salud mental de la población. La polarización política interna, aunque a menudo silenciada en tiempos de crisis aguda, puede exacerbar el estrés.

El compromiso de Netanyahu de apoyar a los reservistas y sus familias debe incluir, implícitamente, un compromiso con la salud mental y el bienestar a largo plazo de todos los afectados por la guerra.

Implicaciones Regionales e Internacionales de la Estrategia de «Victoria Absoluta»

La insistencia de Israel en una «victoria absoluta» tiene profundas implicaciones regionales e internacionales:

  • Relaciones con Países Árabes: Si bien los Acuerdos de Abraham representaron un cambio significativo, la guerra en Gaza ha tensado las relaciones de Israel con sus socios árabes. Una ofensiva prolongada y con altas cifras de víctimas civiles podría erosionar aún más estos lazos e incluso poner en peligro los acuerdos existentes. Países como Egipto y Jordania, que tienen tratados de paz con Israel, enfrentan una fuerte presión interna debido a la solidaridad con los palestinos.
  • Irán y sus Proxies: Irán, el principal patrocinador de Hamás y Hezbolá (en Líbano), observa de cerca el desarrollo del conflicto. Una derrota contundente de Hamás podría ser vista como un revés para el «eje de resistencia» liderado por Teherán. Sin embargo, una guerra prolongada también podría ofrecer oportunidades a Irán y sus aliados para desestabilizar aún más la región o abrir nuevos frentes. El frente norte con Hezbolá sigue siendo una fuente de gran preocupación, con intercambios de fuego diarios.
  • Estados Unidos y Occidente: La relación con Estados Unidos es fundamental para Israel. Si bien Washington ha apoyado el derecho de Israel a defenderse, la administración Biden ha expresado crecientes preocupaciones sobre la crisis humanitaria y la falta de un plan claro para el «día después». Una estrategia de «victoria absoluta» que implique operaciones militares prolongadas y potencialmente una mayor escalada podría poner a prueba los límites de este apoyo. Otros países occidentales también están divididos, con un equilibrio difícil entre el apoyo a Israel y la preocupación por el derecho internacional humanitario.
  • Tribunales Internacionales: Ya hay casos presentados contra Israel (y también contra Hamás) ante la Corte Penal Internacional (CPI) y la Corte Internacional de Justicia (CIJ). La conducción de la guerra y sus consecuencias humanitarias serán examinadas de cerca, y las acusaciones de crímenes de guerra o genocidio, aunque Israel las rechace enérgicamente, seguirán siendo parte del discurso internacional.

La Liberación de Rehenes: Una Cuestión de Máxima Prioridad y Complejidad

La promesa de Netanyahu de que «eliminar a Hamás y liberar a todos nuestros rehenes van de la mano» es central. Sin embargo, la realidad es que estos dos objetivos pueden, en ocasiones, entrar en conflicto. Una ofensiva militar intensificada podría poner en peligro la vida de los rehenes, ya sea directamente o dificultando las negociaciones para su liberación.

Hamás es consciente del valor que Israel otorga a la vida de sus ciudadanos y utiliza a los rehenes como su activo más poderoso. Las negociaciones para su liberación han sido arduas y han implicado concesiones significativas por parte de Israel en el pasado, como la liberación de un gran número de prisioneros palestinos.

La estrategia de Netanyahu parece combinar la presión militar con la disposición a pausas tácticas para la liberación de rehenes. Sin embargo, el dilema persiste: ¿cuánta presión militar se puede aplicar sin cruzar un umbral que haga imposible la liberación segura de los rehenes? ¿Y qué concesiones está dispuesto a hacer Israel, más allá de las pausas temporales, si la opción militar no logra liberarlos a todos? Estas son preguntas sin respuestas fáciles, y la angustia de las familias de los rehenes es un factor constante en la toma de decisiones.

Conclusión: El Camino Incierto Hacia la «Victoria Absoluta»

Las declaraciones del Primer Ministro Benjamín Netanyahu a los reservistas heridos de las FDI son un reflejo de la determinación férrea de Israel de alcanzar sus objetivos en la guerra contra Hamás: la destrucción de la organización terrorista y la liberación de todos los rehenes. La promesa de una «victoria absoluta», respaldada por un significativo apoyo financiero y moral a los soldados y sus familias, busca galvanizar a una nación en guerra y enviar un mensaje claro a enemigos y aliados.

Sin embargo, el camino hacia esta «victoria absoluta» está plagado de enormes desafíos: militares, políticos, humanitarios e ideológicos. La naturaleza de la guerra urbana en Gaza, la complejidad de la cuestión de los rehenes, la presión internacional, la búsqueda de una solución viable para el «día después» y las profundas heridas emocionales y psicológicas del conflicto son solo algunos de los obstáculos.

La mención de facilitar la emigración de gazatíes añade otra capa de complejidad y controversia, subrayando la dificultad de imaginar un futuro estable para la Franja. Mientras tanto, los «héroes de Israel», los soldados en el frente y los heridos en rehabilitación, personifican el alto costo de este conflicto.

El liderazgo de Netanyahu será juzgado no solo por su retórica y determinación, sino por su capacidad para navegar estos desafíos, tomar decisiones difíciles y, en última instancia, lograr una seguridad duradera para Israel de una manera que sea sostenible y, en la medida de lo posible, minimice el sufrimiento humano. La promesa de «ir hasta el final» es una declaración de intenciones poderosa, pero el final del camino y lo que realmente signifique la «victoria absoluta» aún están por definirse en los campos de batalla y en las arenas diplomáticas de un Medio Oriente en constante ebullición. El espíritu de los reservistas, su valentía y sacrificio, sin duda inspiran a la nación, pero la senda que Israel tiene por delante sigue siendo ardua e incierta.

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