En una conferencia de prensa celebrada en Jerusalén el miércoles, el Primer Ministro israelí, Benjamín Netanyahu, rechazó firmemente lo que llamó las condiciones “delirantes” de Hamas para un nuevo acuerdo de rehenes. El Primer Ministro afirmó que solo la presión militar aseguraría la liberación de los israelíes cautivos en la Franja de Gaza, enfatizando que rendirse a las demandas de Hamas invitaría al desastre para Israel.
Hamás había propuesto un plan de alto el fuego que implicaba una tregua de cuatro meses y medio, durante la cual los rehenes serían liberados en tres etapas. Esto fue en respuesta a un marco respaldado por Israel para conversaciones respaldadas por Estados Unidos y Egipto. Sin embargo, Netanyahu rechazó estas propuestas, afirmando que las negociaciones no estaban progresando ya que Hamas no estaba dispuesto a participar de manera constructiva.
Dirigiéndose a las familias de los rehenes, Netanyahu enfatizó que el regreso de los cautivos sigue siendo una prioridad absoluta. Hizo hincapié en que la presión militar continua es esencial para asegurar su liberación y afirmó que Israel no se ha comprometido a términos específicos en ningún posible acuerdo.
Durante la conferencia de prensa, Netanyahu informó a los periodistas que había discutido la situación con el Secretario de Estado estadounidense Antony Blinken, quien estaba de visita, afirmando que Israel está “a poca distancia de la victoria absoluta”. Expresó su confianza en que la victoria sobre Hamas es inminente, prediciendo que se lograría en cuestión de meses en lugar de años o décadas.
Netanyahu destacó los logros significativos de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) en la ofensiva contra Hamas, señalando que 20.000 combatientes de Hamas están muertos o heridos, constituyendo más de la mitad de la fuerza de combate del grupo. Elogió las capacidades de las FDI, descartando predicciones anteriores de fracaso de expertos y comentaristas.
Con respecto a la estrategia militar, Netanyahu explicó que después de Khan Younis, las FDI se están preparando para participar en Rafah, otro bastión clave de Hamas. Cuando se le preguntó sobre la retirada de las fuerzas, enfatizó que este es un proceso gradual y negó que Hamas esté recuperando el control en el norte de Gaza.
Netanyahu también abordó el escenario de la posguerra, afirmando que el “día después” es el día después de Hamas. Informó al Secretario Blinken que después de que Hamas sea destruido, Israel garantizará la desmilitarización de Gaza y reemplazará a la UNRWA, la agencia de las Naciones Unidas para los refugiados palestinos, que Israel alega está vinculada a Hamas.
En medio de desacuerdos públicos dentro de su gabinete sobre la gobernanza de Gaza en la posguerra, Netanyahu subrayó el amplio acuerdo sobre la necesidad de destruir a Hamas y garantizar la desmilitarización antes de que se lleve a cabo cualquier administración civil. Rechazó la noción de control civil sin victoria militar.
El Primer Ministro reveló que está tratando de reclutar actores regionales para ayudar con el futuro gobierno civil, pero enfatizó que este esfuerzo solo tendría éxito después de que quede claro que Hamas está derrotado. Netanyahu rechazó una solicitud de Estados Unidos para que Blinken se reuniera en privado con el Jefe de Estado Mayor de las FDI, Herzi Halevi, afirmando que los comandantes militares deberían reunirse con los líderes políticos presentes.
En conclusión, Netanyahu se mantiene firme en la búsqueda de la victoria absoluta sobre Hamas, rechazando sus condiciones para un nuevo acuerdo de rehenes. Él es optimista de que derrotar a Hamas conducirá a una expansión del “círculo de paz” en la región, a pesar de los continuos desacuerdos dentro del gabinete israelí y los desafíos para lograr una resolución integral.