En una escena que pocos habrían predicho, miles de palestinos se han lanzado a las calles de Gaza en los últimos días para protestar contra Hamás, el grupo que controla la Franja desde hace casi dos décadas. Estas manifestaciones, que se extienden desde Beit Lahiya hasta la ciudad de Gaza, representan una inusual muestra de ira pública contra el grupo terrorista y plantean interrogantes fundamentales sobre el futuro del territorio y el conflicto con Israel.
Un clamor contra la guerra y el dominio de Hamás
Las protestas, que comenzaron el martes y se intensificaron el miércoles, parecen tener dos objetivos principales. En primer lugar, los manifestantes exigen el fin de la guerra que ha devastado Gaza durante más de un año, causando una inmensa destrucción y sufrimiento a la población civil. En segundo lugar, y quizás aún más significativo, muchos expresan su frustración y hartazgo con el dominio de Hamás, al que responsabilizan de la situación desesperada en la que se encuentra la Franja.
«Nuestros hijos han sido asesinados. Nuestras casas han sido destruidas», declaró Abed Radwan, un manifestante de Beit Lahiya, reflejando el sentir de muchos. «Estamos en contra de la guerra, en contra de Hamás y las facciones [políticas palestinas], en contra de Israel y en contra del silencio del mundo».
En Beit Lahiya, donde se congregaron unas 3.000 personas, los manifestantes corearon consignas como «el pueblo quiere la caída de Hamás», una frase que evoca las protestas de la Primavera Árabe. En el barrio de Shijaiyah, en la ciudad de Gaza, decenas de hombres gritaron «¡Fuera, fuera! ¡Fuera Hamás!».
La magnitud y la audacia de estas protestas son notables, dado el férreo control que Hamás ejerce sobre Gaza. El grupo ha reprimido históricamente la disidencia con mano dura, y las manifestaciones públicas contra su gobierno han sido extremadamente raras.
El contexto de las protestas: Guerra, bloqueo y desesperación
Para comprender la importancia de estas protestas, es crucial analizar el contexto en el que se producen. La guerra entre Hamás e Israel, que estalló el 7 de octubre de 2023, ha tenido un impacto devastador en Gaza. Los combates han causado la muerte de miles de personas, la destrucción de viviendas e infraestructuras y el desplazamiento de cientos de miles de palestinos.
Además de la guerra, Gaza sufre un bloqueo israelí desde hace años, que ha restringido severamente el movimiento de personas y mercancías, y ha contribuido al deterioro de la economía y las condiciones de vida en la Franja. La combinación de guerra, bloqueo y mala gestión por parte de Hamás ha generado una profunda desesperación entre la población, que se siente atrapada en un ciclo de violencia y pobreza.
La respuesta de Hamás: Entre la contención y la acusación
Ante estas protestas sin precedentes, la respuesta de Hamás ha sido cautelosa. A diferencia de ocasiones anteriores, el grupo no ha reprimido violentamente las manifestaciones, posiblemente porque está tratando de mantener un perfil bajo mientras Israel continúa su ofensiva militar.
No obstante, altos funcionarios de Hamás han intentado minimizar la importancia de las protestas y desviar la atención hacia Israel. Bassem Naim, un alto cargo del grupo, escribió en Facebook que la gente tenía derecho a protestar, pero que su enfoque debería estar en el «agresor criminal», Israel.
Esta estrategia refleja la dificultad en la que se encuentra Hamás. Por un lado, el grupo no puede permitirse reprimir brutalmente las protestas, ya que esto podría dañar aún más su imagen y alienar a la población. Por otro lado, tampoco puede ignorar las demandas de los manifestantes, ya que esto podría socavar su autoridad y legitimidad.
La postura de Israel: Un llamamiento a la rebelión
Mientras tanto, Israel ha estado observando de cerca las protestas en Gaza, y algunos funcionarios han expresado su apoyo a los manifestantes. El ministro de Defensa, Israel Katz, instó a los habitantes de Gaza a intensificar las protestas y derrocar a Hamás, argumentando que esta era su única oportunidad de poner fin a la guerra.
«Residentes de Gaza, las FDI pronto operarán con intensidad en áreas adicionales de Gaza y se les pedirá que evacuen para su protección de las zonas de combate», dijo Katz en una declaración en video. «Aprendan de los residentes de Beit Lahiya, como ellos lo hicieron, también deben exigir la expulsión de Hamás de Gaza y la liberación inmediata de todos los rehenes israelíes. Esta es la única manera de detener la guerra».
El llamamiento de Katz a la rebelión refleja la estrategia de Israel de presionar a Hamás desde todos los frentes, tanto militar como político. Alentar a la población de Gaza a levantarse contra el grupo terrorista podría debilitar su control sobre el territorio y facilitar el logro de los objetivos de guerra de Israel.
Posibles escenarios futuros: ¿Un cambio de paradigma en Gaza?
Las protestas en Gaza plantean una serie de interrogantes sobre el futuro del territorio y el conflicto con Israel. ¿Lograrán los manifestantes generar un cambio real en Gaza, o serán reprimidos por Hamás? ¿Podrán las protestas debilitar el control de Hamás sobre el territorio y crear oportunidades para una solución política?
Aquí hay algunos posibles escenarios futuros:
- Represión y statu quo: Hamás logra sofocar las protestas y mantener su control sobre Gaza, posiblemente mediante el uso de la fuerza o la cooptación. La situación en la Franja sigue siendo desesperada, y el ciclo de violencia con Israel continúa.
- Debilitamiento de Hamás y transición: Las protestas debilitan el control de Hamás sobre Gaza, creando oportunidades para una transición política. Podría surgir un gobierno de unidad nacional que incluya a representantes de diferentes facciones palestinas, o podría haber un regreso de la Autoridad Palestina a la Franja.
- Caos y vacío de poder: Las protestas desestabilizan Gaza, pero no logran generar un liderazgo alternativo. Esto podría conducir a un vacío de poder y a un aumento de la violencia y el caos en el territorio.
- Intervención internacional: La comunidad internacional interviene en Gaza para estabilizar la situación y facilitar una solución política. Esto podría implicar el despliegue de fuerzas de paz, la prestación de ayuda humanitaria y el impulso de negociaciones entre las diferentes partes.
El papel de la comunidad internacional
Independientemente del escenario que se desarrolle, la comunidad internacional tiene un papel crucial que desempeñar en Gaza. Es fundamental que los países y organizaciones internacionales presten ayuda humanitaria a la población, promuevan el diálogo entre las diferentes facciones palestinas y presionen a Israel y Hamás para que pongan fin al conflicto.
Además, la comunidad internacional debe abordar las causas profundas del conflicto, como la ocupación israelí de los territorios palestinos, el bloqueo de Gaza y la falta de un horizonte político para la creación de un Estado palestino independiente. Solo abordando estas cuestiones se podrá lograr una paz justa y duradera en la región.
Un momento de incertidumbre y oportunidad
Las protestas en Gaza representan un momento de incertidumbre y oportunidad. Por un lado, existe el riesgo de que la situación se deteriore aún más y de que la violencia y el sufrimiento continúen. Por otro lado, también existe la posibilidad de que estas protestas generen un cambio real en Gaza y abran el camino a una solución política.