Ritchie Torres y la Custodia de Jerusalén: Un Análisis Profundo de la Libertad Religiosa Bajo Soberanía Israelí

El Congresista Ritchie Torres elogia a Israel como custodio de la tradición abrahámica en Jerusalén. Analizamos su visión, la libertad religiosa bajo soberanía israelí vs. jordana, y el acceso al Monte del Templo.

Jerusalén, una ciudad cuyo nombre resuena a través de milenios de historia humana, es el epicentro espiritual para miles de millones de personas en todo el mundo. Sagrada para judíos, cristianos y musulmanes, su destino y administración son temas de constante debate, fervor religioso y complejidad geopolítica. En medio de este intrincado tapiz, las recientes declaraciones del Congresista estadounidense Ritchie Torres (D-NY) han arrojado una luz particular sobre el papel de Israel como custodio de los lugares sagrados de la ciudad, especialmente en lo que respecta a la libertad religiosa y el pluralismo.

Torres, una voz influyente dentro del Partido Demócrata, elogió públicamente a Israel por su gestión, destacando un evento significativo: la oración de 80.000 musulmanes en el Monte del Templo (conocido por los musulmanes como Haram al-Sharif) durante el primer día del Ramadán de 2024. Contrastó esta realidad con el período de control jordano sobre Jerusalén Este (1948-1967), durante el cual a los judíos se les negó el acceso a sus lugares más sagrados, incluido el Muro de los Lamentos. «Israel ha sido un guardián responsable de la tradición abrahámica, transformando Jerusalén en un milagroso mosaico de pluralismo religioso entre los judíos, cristianos y musulmanes más devotos», afirmó Torres.

Esta declaración, audaz y directa, invita a una exploración profunda. ¿Qué significa ser un «guardián responsable» en el contexto de Jerusalén? ¿Cómo se manifiesta el «pluralismo religioso» bajo la soberanía israelí? ¿Y cómo se compara la situación actual con el pasado histórico, particularmente bajo el dominio jordano? Este artículo se sumergirá en estas preguntas, analizando las afirmaciones de Torres, examinando el contexto histórico y contemporáneo, y desentrañando las complejidades inherentes a la administración de la ciudad más disputada y venerada del mundo. Utilizaremos las palabras de Torres como punto de partida para comprender una de las «virtudes no reconocidas del Estado judío», según sus propias palabras: su compromiso con la libertad religiosa en Jerusalén.

Quién es Ritchie Torres: Una Voz Progresista en Defensa del Pluralismo Israelí

Para comprender el peso de las declaraciones, es crucial entender quién es Ritchie Torres. Representando al distrito 15 de Nueva York, que incluye gran parte del sur del Bronx, Torres es una figura ascendente en el ala progresista del Partido Demócrata. Es abiertamente gay, de ascendencia afrolatina, y se ha destacado por su defensa de los derechos civiles, la vivienda asequible y la justicia social.

Sin embargo, en el ámbito de la política exterior, Torres ha adoptado una postura firmemente pro-israelí, a menudo divergiendo de otros progresistas que han sido más críticos con las políticas del estado judío. Su apoyo no se basa únicamente en consideraciones estratégicas, sino que, como sus declaraciones indican, también se fundamenta en una percepción de Israel como un bastión de valores democráticos y pluralistas en una región a menudo turbulenta.

Su elogio a Israel por garantizar la libertad religiosa adquiere una resonancia particular precisamente porque proviene de un legislador con credenciales progresistas impecables. No es una defensa predecible de un halcón conservador, sino la observación de un demócrata que valora profundamente los principios de igualdad y libertad de culto. Cuando Torres habla de Israel como un «guardián responsable de la tradición abrahámica», lo hace desde una perspectiva que busca coherencia entre los valores profesados y las acciones implementadas.

Su tuit, publicado en la plataforma X (anteriormente Twitter), fue conciso pero cargado de significado:

  1. Afirmación Central: «Israel ha sido un guardián responsable de la tradición abrahámica.»
  2. Evidencia Principal: «Bajo la soberanía israelí, 80.000 musulmanes rezaron libremente en la mezquita de Al-Aqsa el primer día del Ramadán.»
  3. Contraste Histórico: «Por el contrario, durante el control jordano sobre Jerusalén Este de 1948 a 1967, a los judíos se les prohibió estrictamente entrar en la Ciudad Vieja, y mucho menos rezar en el Muro de los Lamentos.»
  4. Conclusión Valorativa: «El compromiso sin precedentes de Israel con la libertad religiosa y la diversidad en la ciudad más sagrada del mundo es una de las virtudes no reconocidas del Estado judío.»

Cada una de estas frases merece un análisis detallado, que abordaremos en las siguientes secciones. La perspectiva de Torres sirve como un catalizador para reexaminar narrativas comunes y considerar la compleja realidad de la coexistencia religiosa en Jerusalén bajo la administración israelí.

El Ramadán en el Monte del Templo/Haram al-Sharif: Un Testimonio de Acceso Controlado

El evento específico que Torres destacó – la oración de 80.000 musulmanes en la Mezquita de Al-Aqsa y sus alrededores en el Monte del Templo/Haram al-Sharif el primer viernes del Ramadán de 2024 – no es un hecho menor. El Ramadán es el mes más sagrado del calendario islámico, y la oración en Al-Aqsa, el tercer lugar más sagrado del Islam, tiene una importancia espiritual inmensa para los fieles.

Históricamente, el período de Ramadán en Jerusalén ha sido un tiempo de profunda devoción, pero también, lamentablemente, de tensiones exacerbadas. Las grandes multitudes que convergen en la Ciudad Vieja, combinadas con las sensibilidades políticas y religiosas que rodean el Monte del Templo/Haram al-Sharif, crean un entorno volátil. Las fuerzas de seguridad israelíes a menudo implementan medidas estrictas, citando la necesidad de prevenir disturbios o ataques terroristas. Estas medidas, a su vez, pueden ser percibidas por los palestinos y otros musulmanes como restricciones injustas a su libertad de culto.

En el contexto del Ramadán de 2024, estas tensiones eran particularmente agudas debido a la guerra en curso en Gaza, iniciada tras los ataques de Hamás el 7 de octubre de 2023. Existían temores generalizados de que las restricciones en el acceso a Al-Aqsa pudieran inflamar aún más la situación regional. Informes previos al Ramadán sugerían que algunos elementos dentro del gobierno israelí abogaban por limitaciones significativas en el número de fieles autorizados a acceder al complejo.

Sin embargo, la decisión final, aparentemente influenciada por consideraciones de seguridad y diplomáticas (incluida la presión de aliados como Estados Unidos y Jordania), permitió un acceso relativamente amplio, aunque bajo una fuerte presencia de seguridad. La cifra de 80.000 fieles citada por Torres (y reportada por diversas fuentes noticiosas y el Waqf islámico, la administración jordana que gestiona el sitio) es testimonio de esta política. Si bien se implementaron controles y hubo informes de algunas restricciones de edad en ciertos momentos (una práctica común en períodos de alta tensión), la imagen general del primer viernes fue la de una multitud masiva participando en las oraciones.

Para Torres, este hecho es una prueba tangible del compromiso de Israel con la libertad religiosa musulmana, incluso en circunstancias extraordinariamente difíciles. Argumenta que, bajo la soberanía israelí, se facilita activamente el culto musulmán a una escala masiva, algo que considera un logro significativo y una refutación a las críticas que acusan a Israel de impedir sistemáticamente el acceso musulmán.

Es importante señalar que la gestión del acceso no está exenta de críticas. Las organizaciones palestinas y de derechos humanos a menudo denuncian los puntos de control, las restricciones de edad ocasionales y la fuerte presencia policial como intimidantes y como una violación del espíritu de libre acceso. Sin embargo, desde la perspectiva presentada por Torres, la capacidad de 80.000 personas para rezar en uno de los días más significativos del año islámico, en medio de un conflicto regional, subraya una dedicación fundamental por parte de Israel para permitir la práctica religiosa musulmana en el lugar.

El Contraste Histórico: Jerusalén Bajo Dominio Jordano (1948-1967)

La afirmación de Ritchie Torres adquiere su fuerza más contundente en el contraste histórico que establece. Para evaluar adecuadamente la situación actual, es indispensable recordar cómo se gestionó Jerusalén, y específicamente el acceso a los lugares sagrados, durante el período de control jordano sobre la Ciudad Vieja y Jerusalén Este, desde el final de la Guerra de Independencia de Israel en 1948 hasta la Guerra de los Seis Días en 1967.

Tras la guerra de 1948, la ciudad de Jerusalén quedó dividida. Israel controlaba la parte occidental (Jerusalén Oeste), mientras que Jordania anexó la parte oriental, incluida la Ciudad Vieja, que alberga los lugares más sagrados para las tres religiones abrahámicas: el Monte del Templo/Haram al-Sharif (con la Cúpula de la Roca y la Mezquita Al-Aqsa), el Muro de los Lamentos (Kotel), la Iglesia del Santo Sepulcro y numerosas otras mezquitas, sinagogas e iglesias.

El Acuerdo de Armisticio de 1949 entre Israel y Jordania contenía disposiciones específicas (Artículo VIII) que garantizaban el «libre acceso a los Santos Lugares y las instituciones culturales y el uso del cementerio en el Monte de los Olivos». Se suponía que un comité especial negociaría los detalles. Sin embargo, en la práctica, Jordania incumplió sistemáticamente estas obligaciones en lo que respecta al acceso judío.

Durante los 19 años de dominio jordano (1949-1967), la realidad para los judíos fue desoladora:

  1. Prohibición Total de Acceso: A los judíos israelíes se les prohibió por completo entrar en Jerusalén Este y la Ciudad Vieja. Esto significó que ningún judío israelí pudo visitar o rezar en el Muro de los Lamentos, el lugar más sagrado accesible para la oración judía (ya que el propio Monte del Templo tiene restricciones religiosas internas para los judíos).
  2. Restricciones para Judíos Extranjeros: Incluso a los turistas judíos de otros países se les solía negar la entrada si sus pasaportes indicaban su religión o si tenían nombres que sonaban judíos.
  3. Destrucción y Desecración de Sitios Judíos: El Barrio Judío de la Ciudad Vieja, que había tenido una presencia judía continua durante siglos, sufrió una destrucción significativa. Según múltiples relatos históricos y testimonios, docenas de sinagogas antiguas fueron demolidas o profanadas. Algunas se convirtieron en establos o gallineros. El antiguo cementerio judío en el Monte de los Olivos fue profanado; miles de lápidas fueron destruidas, algunas utilizadas como material de construcción o para pavimentar caminos en campamentos del ejército jordano.
  4. Acceso Cristiano Limitado: Si bien los cristianos generalmente tenían acceso a sus lugares sagrados, los ciudadanos israelíes cristianos también enfrentaban severas restricciones para visitar los sitios en Jerusalén Este. El acceso a menudo se limitaba a Navidad y Pascua, y requería permisos especiales que no siempre se concedían.
  5. Acceso Musulmán: Los musulmanes de Jordania y otros países árabes (excepto Israel) tenían acceso libre a los lugares sagrados islámicos. Sin embargo, a los ciudadanos árabes musulmanes de Israel se les prohibió cruzar a Jerusalén Este para rezar en Al-Aqsa.

Este historial es el telón de fondo contra el cual Torres evalúa la administración israelí posterior a 1967. Su argumento es claro: mientras que bajo Jordania se implementó una política de exclusión religiosa sistemática contra los judíos (y restricciones para otros), bajo Israel, a pesar de las tensiones y los controles de seguridad, se ha mantenido un principio fundamental de acceso para todas las religiones, aunque con regulaciones específicas para cada sitio. La prohibición absoluta que sufrieron los judíos durante casi dos décadas contrasta marcadamente con la presencia de 80.000 musulmanes rezando en Al-Aqsa en 2024, como él mismo señala.

Esta comparación histórica es fundamental para entender por qué muchos, incluido Torres, ven la reunificación de Jerusalén bajo control israelí en 1967 no solo como un evento político o militar, sino también como la restauración de una forma de libertad religiosa que había sido negada.

Jerusalén Reunificada: La Política Israelí de Libertad Religiosa (1967-Presente)

La Guerra de los Seis Días en junio de 1967 marcó un punto de inflexión dramático. Las fuerzas israelíes capturaron Jerusalén Este, incluida la Ciudad Vieja, de manos de Jordania. Uno de los momentos más icónicos de la guerra fue la llegada de los paracaidistas israelíes al Muro de los Lamentos, un lugar al que los judíos no habían podido acceder durante 19 años. La ciudad, dividida desde 1948, fue reunificada bajo control israelí.

Casi inmediatamente después de la guerra, Israel tomó decisiones cruciales sobre el estatus de los lugares sagrados:

  1. Ley de Protección de los Lugares Santos (1967): La Knesset (parlamento israelí) aprobó rápidamente esta ley, que declara: «Los Lugares Santos serán protegidos contra la profanación y cualquier otra violación y contra cualquier cosa que pueda violar la libertad de acceso de los miembros de las diferentes religiones a los lugares sagrados para ellos o sus sentimientos hacia esos lugares». Esta ley, hasta el día de hoy, forma la base legal de la política israelí. Establece penas de prisión para quienes profanen lugares sagrados o impidan el libre acceso.
  2. El Status Quo en el Monte del Templo/Haram al-Sharif: En una decisión de enorme trascendencia histórica y religiosa, el entonces Ministro de Defensa Moshe Dayan decidió mantener la administración cotidiana del Monte del Templo/Haram al-Sharif en manos del Waqf islámico jordano. Israel retuvo el control general de la seguridad del complejo y sus accesos. Además, se estableció una política (conocida como el «status quo») que, si bien permite la visita de no musulmanes (incluidos judíos y cristianos) al complejo durante horarios específicos, prohíbe la oración no musulmana en el lugar para evitar fricciones religiosas. Esta decisión, aunque controvertida entre algunos grupos judíos que desean poder rezar en el Monte del Templo, fue vista como un intento pragmático de mantener la paz y respetar la sensibilidad musulmana hacia su tercer lugar más sagrado.
  3. Acceso Restaurado al Muro de los Lamentos: Se demolió el barrio marroquí adyacente al Muro de los Lamentos para crear una gran explanada (la Plaza del Muro Occidental) que permitiera a un gran número de judíos acceder y rezar en el sitio de manera segura y cómoda. El acceso al Muro ha sido libre y garantizado para los judíos (y visitantes de todas las religiones) desde 1967.
  4. Libertad General de Acceso para Cristianos y Musulmanes: Se garantizó el acceso a los lugares sagrados cristianos y musulmanes en toda la ciudad. Los ciudadanos árabes musulmanes de Israel pudieron, por primera vez desde 1948, rezar en la Mezquita de Al-Aqsa. Las comunidades cristianas pudieron acceder libremente a la Iglesia del Santo Sepulcro y otros sitios.

Es dentro de este marco que operan las autoridades israelíes. La política declarada es la protección y el acceso para todos. La práctica, sin embargo, es inherentemente compleja debido a varios factores:

  • Seguridad: Jerusalén es un punto focal del conflicto israelí-palestino. El Monte del Templo/Haram al-Sharif, en particular, ha sido escenario de disturbios y violencia. Israel argumenta que las medidas de seguridad (puntos de control, presencia policial, restricciones ocasionales de edad o residencia para el acceso a Al-Aqsa durante períodos de tensión) son necesarias para mantener el orden público y prevenir ataques. Los críticos argumentan que estas medidas son a menudo excesivas y constituyen un castigo colectivo o una restricción a la libertad de culto.
  • Sensibilidades Religiosas: El status quo en el Monte del Templo/Haram al-Sharif es extremadamente delicado. Cualquier cambio percibido, como un aumento en las visitas de judíos nacionalistas religiosos (algunos de los cuales desafían abiertamente la prohibición de rezar allí), puede provocar una fuerte reacción musulmana y jordana. La gestión de estas sensibilidades requiere un equilibrio constante.
  • Contexto Político: El estatus final de Jerusalén es uno de los temas centrales no resueltos del conflicto. Los palestinos reclaman Jerusalén Este como la capital de su futuro estado. Israel considera a toda Jerusalén como su capital eterna e indivisible. Esta disputa política subyacente impregna todas las cuestiones relacionadas con la administración de la ciudad, incluida la gestión de los lugares sagrados.

A pesar de estas complejidades y las críticas válidas que se pueden hacer a ciertas prácticas de seguridad, la afirmación central de Torres se centra en el principio fundamental y la realidad general: bajo la soberanía israelí, existe un compromiso manifiesto y en gran medida implementado con la libertad de acceso religioso para las tres fes abrahámicas, algo que, según él, no existía bajo el dominio jordano anterior. La imagen de decenas de miles de musulmanes rezando libremente en Al-Aqsa, mientras los judíos rezan libremente en el Muro de los Lamentos cercano y los cristianos visitan libremente el Santo Sepulcro, es lo que él describe como el «milagroso mosaico de pluralismo religioso».

Incluso la restricción mencionada en la información original – que el Monte del Templo estuvo cerrado a los visitantes judíos durante el último tercio del Ramadán y Eid al-Fitr – puede interpretarse, desde esta perspectiva, como parte de la gestión responsable. Esta es una práctica habitual destinada a reducir las tensiones durante el período más intenso de oración musulmana en el lugar, respetando la sensibilidad del Waqf y la población musulmana, aunque signifique limitar temporalmente el acceso judío (que ya está restringido en cuanto a la oración).

Analizando el Concepto de «Guardián Responsable»

¿Qué implica ser un «guardián responsable» de lugares sagrados tan disputados y venerados como los de Jerusalén? El término, utilizado por Torres, sugiere varias dimensiones:

  1. Preservación Física: Asegurar que los sitios no sean dañados, destruidos o descuidados. Esto incluye mantenimiento, restauración (en consulta con las comunidades religiosas relevantes) y protección contra vandalismo o ataques.
  2. Garantía de Acceso: Facilitar el acceso de los fieles de cada religión a sus respectivos lugares sagrados para el culto y la visita, de acuerdo con las tradiciones y necesidades de cada comunidad.
  3. Seguridad: Mantener el orden público y la seguridad en y alrededor de los lugares sagrados para proteger a los fieles y visitantes de la violencia o el caos.
  4. Respeto por la Santidad: Administrar los sitios de una manera que respete su profundo significado religioso y espiritual para cada comunidad. Esto incluye regular el comportamiento, el código de vestimenta y las actividades permitidas en cada lugar.
  5. Gestión de la Coexistencia: Navegar las complejidades de tener lugares sagrados para diferentes religiones muy cerca unos de otros (literalmente uno encima del otro en el caso del Monte del Templo y el Muro de los Lamentos), gestionando las interacciones y previniendo conflictos interreligiosos.

Desde la perspectiva de Torres, Israel cumple en gran medida con estas responsabilidades. Señala el acceso musulmán a Al-Aqsa como prueba del punto 2. Implícitamente, contrasta la preservación actual con la destrucción de sinagogas bajo Jordania (punto 1). Las medidas de seguridad, aunque a veces controvertidas, se enmarcan en el punto 3. El mantenimiento del status quo en el Monte del Templo/Haram al-Sharif, aunque limita la oración judía, puede verse como un intento de cumplir con los puntos 4 y 5, respetando la primacía musulmana en el lugar y gestionando la coexistencia.

Por supuesto, esta visión no es universalmente aceptada. Los críticos palestinos y algunos observadores internacionales argumentan que:

  • Las excavaciones arqueológicas israelíes cerca del Monte del Templo/Haram al-Sharif socavan las estructuras islámicas (una afirmación que Israel niega vehementemente, insistiendo en que todas las excavaciones se realizan con rigor científico y cuidado).
  • Las restricciones de seguridad al acceso musulmán son discriminatorias y excesivas.
  • La presencia de colonos israelíes en Jerusalén Este y las visitas de grupos judíos nacionalistas al Monte del Templo/Haram al-Sharif son provocaciones que violan el espíritu de respeto mutuo.
  • La propia soberanía israelí sobre Jerusalén Este es ilegal según el derecho internacional y, por lo tanto, su papel de «guardián» es ilegítimo.

Sin embargo, el argumento de Torres se centra en la comparación funcional y práctica con el régimen anterior y en los principios declarados y generalmente aplicados por Israel desde 1967. Reconoce implícitamente las dificultades («milagroso mosaico»), pero concluye que, en balance, Israel ha demostrado un «compromiso sin precedentes» con la libertad religiosa en este contexto único y desafiante.

La Tradición Abrahámica y el Pluralismo en la Ciudad Santa

Torres enmarca su elogio dentro del concepto de la «tradición abrahámica», reconociendo a Jerusalén como el nexo sagrado compartido por el Judaísmo, el Cristianismo y el Islam, todas religiones que veneran a Abraham como patriarca fundador. Esta perspectiva enfatiza el patrimonio común y la interconexión espiritual de las tres fes en la ciudad.

La idea de Jerusalén como un «mosaico de pluralismo religioso» bajo la administración israelí es central en su argumento. Un mosaico está compuesto por muchas piezas diferentes, a menudo pequeñas y de distintos colores, que juntas forman una imagen cohesiva. Aplicado a Jerusalén, sugiere una ciudad donde diversas comunidades religiosas – judíos ultraortodoxos rezando en el Muro, franciscanos caminando por la Vía Dolorosa, imanes llamando a la oración desde los minaretes, armenios celebrando liturgias antiguas, etíopes manteniendo tradiciones únicas – coexisten en una proximidad increíblemente cercana.

Esta coexistencia no está exenta de tensiones y fricciones, inherentes a la historia, la teología y la política de la ciudad. Sin embargo, la afirmación de Torres es que la estructura administrativa y legal implementada por Israel desde 1967 permite que este mosaico exista y, en gran medida, funcione. Permite que cada comunidad practique su fe y mantenga sus instituciones dentro de la ciudad.

Este pluralismo, argumenta, no es accidental, sino el resultado de una política deliberada que, aunque imperfecta y desafiada constantemente, contrasta favorablemente con la exclusión religiosa practicada durante el período jordano. La «virtud no reconocida» a la que se refiere Torres es precisamente esta facilitación activa de la vida religiosa diversa en un entorno donde la historia podría haber dictado fácilmente un resultado mucho más homogéneo o exclusivo tras la victoria militar de 1967.

La decisión de Israel de no judaizar el Monte del Templo/Haram al-Sharif, sino de mantener la administración del Waqf y restringir la oración judía allí, es quizás el ejemplo más poderoso, aunque paradójico, de este compromiso con una forma de pluralismo gestionado, incluso si genera frustración dentro de ciertos segmentos de la sociedad israelí.

Desafíos, Complejidades y el Camino a Seguir

Es crucial reconocer que la visión presentada por Ritchie Torres, aunque basada en hechos verificables como el acceso de 80.000 musulmanes y el contraste histórico con el dominio jordano, opera en un contexto de conflicto no resuelto y narrativas profundamente enfrentadas. La gestión israelí de Jerusalén y sus lugares sagrados enfrenta desafíos constantes:

  • La Cuestión Política: Mientras el estatus final de Jerusalén no se resuelva mediante una negociación política aceptada por ambas partes (israelíes y palestinos), la administración de los lugares sagrados seguirá siendo un punto de fricción política y una fuente potencial de inestabilidad.
  • La Seguridad vs. Libertad de Culto: Encontrar el equilibrio adecuado entre garantizar la seguridad y proteger la libertad de culto es un desafío diario y delicado, especialmente en momentos de alta tensión. Las decisiones tomadas por las fuerzas de seguridad israelíes siempre estarán sujetas a escrutinio y críticas desde diferentes perspectivas.
  • Presiones Internas: Dentro de Israel, existen presiones de grupos religiosos y nacionalistas que desean cambiar el status quo en el Monte del Templo/Haram al-Sharif para permitir la oración judía o incluso reconstruir el Templo judío. El gobierno israelí debe gestionar estas presiones internas mientras intenta mantener la estabilidad y sus relaciones con el mundo musulmán, especialmente con Jordania.
  • Percepciones Palestinas: Para muchos palestinos, la presencia israelí en Jerusalén Este es una ocupación militar. Desde esta perspectiva, cualquier medida israelí, incluso aquellas que facilitan el culto, se ve a través del prisma de la ocupación. Las restricciones de seguridad se perciben como opresión, y el acceso facilitado puede verse como una concesión temporal dentro de un marco general de control ilegítimo.

Reconocer estas complejidades no invalida necesariamente la observación de Torres, pero sí la sitúa en un contexto más amplio. Su enfoque comparativo (Israel hoy vs. Jordania 1948-1967) le permite destacar un progreso significativo en términos de pluralismo y acceso religioso para todas las fes abrahámicas desde 1967.

El hecho de que 80.000 musulmanes pudieran rezar en Al-Aqsa al inicio del Ramadán, en medio de una guerra regional y tensiones elevadas, es un dato relevante que apoya su afirmación sobre el compromiso israelí, al menos en la práctica reciente. De manera similar, el cierre temporal del sitio a los judíos durante los días más sensibles del Ramadán demuestra una gestión que intenta equilibrar diferentes necesidades y sensibilidades, aunque implique restricciones para uno de los grupos.

Conclusión: La Perspectiva de Torres y el Futuro de Jerusalén

Las declaraciones del Congresista Ritchie Torres ofrecen una perspectiva valiosa y, para algunos, contraintuitiva sobre la gestión de los lugares sagrados de Jerusalén por parte de Israel. Al destacar el acceso masivo de musulmanes a Al-Aqsa durante Ramadán y contrastarlo crudamente con la prohibición total impuesta a los judíos bajo el dominio jordano, Torres argumenta que Israel ha actuado como un «guardián responsable de la tradición abrahámica» y ha fomentado un «mosaico de pluralismo religioso».

Su análisis subraya la importancia de la perspectiva histórica para evaluar la situación actual. La libertad religiosa en Jerusalén, aunque sujeta a las presiones de la seguridad y la política, presenta un panorama radicalmente diferente al de la exclusión sistemática que caracterizó el período de 1948 a 1967 para la comunidad judía. Desde 1967, Israel ha implementado un marco legal y práctico que, si bien imperfecto y objeto de críticas, ha permitido en general el acceso y el culto de las tres grandes religiones monoteístas en sus respectivos lugares sagrados.

La visión de Torres desafía las narrativas simplistas y llama a reconocer lo que él considera una «virtud no reconocida» de Israel: su esfuerzo por mantener la delicada trama de la vida religiosa en la ciudad más compleja del mundo. Si bien las tensiones persisten y el futuro político de Jerusalén sigue siendo incierto, la capacidad de judíos, cristianos y musulmanes para practicar su fe en los lugares que consideran sagrados es un elemento fundamental de la identidad de la ciudad.

El debate sobre quién es el mejor custodio de Jerusalén continuará, alimentado por la fe, la historia y la política. Sin embargo, la evidencia presentada por Torres – el contraste histórico y la realidad contemporánea del acceso religioso, incluso en tiempos difíciles – ofrece un argumento poderoso a favor de la idea de que, bajo la soberanía israelí, se ha logrado un nivel de pluralismo y libertad religiosa sin precedentes en la historia moderna de la ciudad dividida y reunificada. El desafío constante será mantener y mejorar este delicado equilibrio en el futuro.

¡Suscríbete Ahora Para Recibir las Últimas Noticias de Israel! 🇮🇱

Recibe las últimas noticias, artículos y contenido exclusivo directamente en tu correo.

Suscribirse

Te Puede Interesar
Lo Último