Ultimátum desde el Corazón de Gaza: Israel Katz Advierte a Hamás de una Ofensiva Total si los Rehenes no son Liberados

El Ministro de Defensa Israel Katz lanza un duro ultimátum a Hamás desde Gaza: liberar rehenes o enfrentar una ofensiva total de las FDI. Análisis de la estrategia, implicaciones y la propuesta de "emigración voluntaria".

La tensión en la Franja de Gaza ha alcanzado un nuevo punto álgido. En una visita cargada de simbolismo y determinación militar, el Ministro de Defensa de Israel, Israel Katz, se adentró en el Corredor de Morag, una zona estratégica dentro del enclave palestino, para lanzar lo que equivale a un ultimátum directo a Hamás: liberar a los rehenes secuestrados o enfrentar una escalada bélica sin precedentes por parte de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) en toda la Franja. Esta declaración no solo subraya la determinación israelí de alcanzar sus objetivos bélicos –la derrota de Hamás y la liberación de los secuestrados– sino que también redefine potencialmente la fase actual del conflicto, amenazando con una intensificación devastadora del combate en Gaza.

La visita de Katz, acompañado por altos mandos militares como el Comandante del Comando Sur, General de División Yaniv Asor, y el Comandante de la 36ª División, General de Brigada Moran Omer, no fue meramente protocolaria. Se produjo en un contexto de operaciones continuas de las FDI destinadas a desmantelar la infraestructura de Hamás y asegurar el control territorial. El Corredor de Morag, un área con una historia compleja ligada a la retirada israelí de 2005 y ahora recapturada tácticamente, sirvió como escenario para que Katz recibiera informes de primera mano sobre los avances y desafíos de la campaña. Su mensaje, sin embargo, trascendió el ámbito puramente militar, dirigiéndose directamente tanto a la cúpula de Hamás como a la población civil gazatí.

«Vine aquí hoy para apoyar a los comandantes y soldados de las FDI que están luchando con determinación para liberar a los rehenes y dañar la fuerza de Hamás», afirmó Katz, destacando la dualidad de los objetivos israelíes. Pero fue su advertencia subsiguiente la que resonó con mayor fuerza: «Si Hamás continúa en su negativa y no libera pronto a los rehenes, las FDI pasarán a un intenso combate en toda Gaza hasta que los rehenes sean liberados y Hamás sea derrotado». Este ultimátum marca un posible punto de inflexión, sugiriendo que la paciencia estratégica de Israel tiene un límite y que las operaciones, hasta ahora focalizadas en ciertas áreas, podrían expandirse dramáticamente.

Contexto del Conflicto: Una Guerra Prolongada y la Crisis de los Rehenes

Para comprender la magnitud del ultimátum de Katz, es crucial situarlo en el contexto más amplio del conflicto actual. La guerra, desencadenada por los brutales ataques de Hamás contra Israel el 7 de octubre de 2023, que resultaron en la muerte de aproximadamente 1.200 personas y el secuestro de unas 250, ha entrado en una fase prolongada y destructiva. La respuesta militar israelí ha sido masiva, con el objetivo declarado de erradicar a Hamás como entidad gobernante y militar en Gaza y asegurar la liberación de todos los rehenes.

A lo largo de meses de intensos combates, las FDI han operado en diversas partes de la Franja, desde el norte hasta ciudades clave como Khan Younis en el sur. Las operaciones han incluido bombardeos aéreos, incursiones terrestres y una compleja guerra urbana contra una red de túneles y combatientes de Hamás profundamente arraigados en el tejido civil. El coste humano ha sido inmenso, con decenas de miles de palestinos muertos, según el Ministerio de Salud de Gaza dirigido por Hamás, y una crisis humanitaria catastrófica que afecta a la gran mayoría de los 2.3 millones de habitantes del enclave.

La cuestión de los rehenes sigue siendo un punto central y emocionalmente cargado en Israel. Aunque algunos fueron liberados durante una tregua temporal en noviembre de 2023, más de 100 permanecen cautivos, y se teme que muchos hayan muerto. La presión interna sobre el gobierno israelí para asegurar su regreso es inmensa, coexistiendo con la exigencia de una victoria militar decisiva sobre Hamás. El ultimátum de Katz puede interpretarse como un intento de conciliar estas dos presiones: usar la amenaza de una escalada militar total como palanca para forzar concesiones de Hamás en las negociaciones sobre los rehenes, actualmente estancadas.

El Corredor de Morag: Un Símbolo Estratégico

La elección del Corredor de Morag como escenario para la declaración de Katz no es casual. Esta área, situada en el sur de la Franja de Gaza, cerca de la frontera egipcia y de la ciudad de Rafah, formaba parte del bloque de asentamientos de Gush Katif antes de la retirada unilateral israelí en 2005. Su recaptura y control por parte de las FDI en la guerra actual tiene múltiples implicaciones estratégicas:

  1. División Territorial: Controlar corredores como el de Morag permite a las FDI dividir efectivamente la Franja de Gaza, aislando diferentes áreas (como el norte del sur) y dificultando el movimiento y la reorganización de las fuerzas de Hamás. Katz mencionó explícitamente esta estrategia: «Las FDI están […] dividiendo la Franja de Gaza, incluso en lugares como el Corredor de Morag, donde no hemos operado en el pasado».
  2. Control Fronterizo (Indirecto): Aunque el Corredor de Morag no es el Corredor Filadelfia (la franja fronteriza directa con Egipto), su control en las proximidades refuerza el aislamiento de Gaza y podría ser parte de una estrategia más amplia para controlar los flujos hacia y desde el enclave, especialmente en relación con el contrabando de armas.
  3. Base de Operaciones Avanzada: Establecer un punto de apoyo firme en Morag proporciona a las FDI una plataforma para futuras operaciones, potencialmente hacia Rafah, considerada el último gran bastión de Hamás y donde se refugian más de un millón de civiles desplazados.
  4. Simbolismo de Reocupación: Para algunos sectores en Israel, la presencia militar en áreas evacuadas en 2005 tiene un fuerte componente simbólico, revirtiendo parcialmente una retirada que muchos consideran un error estratégico que permitió el fortalecimiento de Hamás.

Al recibir informes de los comandantes sobre los «avances en su captura», Katz no solo estaba evaluando el progreso táctico, sino también reforzando la narrativa de que Israel está recuperando el control y redibujando el mapa de seguridad de Gaza.

Desglosando el Ultimátum: Presión Máxima sobre Hamás y la Población

El ultimátum de Katz es multifacético. Por un lado, es una amenaza directa a Hamás: si no ceden en la cuestión de los rehenes, enfrentarán una campaña militar aún más intensa y generalizada. Esto podría implicar operaciones a gran escala en Rafah, una intensificación de los combates en áreas ya disputadas como Khan Younis o el centro de Gaza, y una búsqueda aún más agresiva de líderes y combatientes de Hamás en toda la Franja. La frase «intenso combate en toda Gaza» sugiere una eliminación de cualquier posible santuario o zona de repliegue para la organización.

Por otro lado, el mensaje de Katz también se dirige a la población de Gaza. Al decir: «Desháganse de Hamás y devuelvan a los rehenes, esa es la única manera de detener la guerra«, Katz intenta separar a la población civil de la organización islamista, colocando sobre los hombros de los gazatíes parte de la responsabilidad para poner fin al conflicto. Esta es una táctica recurrente, aunque su efectividad es cuestionable dada la férrea estructura de control de Hamás y la desesperada situación humanitaria que limita la capacidad de acción de los civiles. Sin embargo, refleja la estrategia israelí de aumentar la presión sobre Hamás desde todas las direcciones posibles, incluida la presión interna.

Katz refuerza esta idea al describir las consecuencias de las acciones de las FDI: «La población de Gaza está abandonando las zonas de combate y muchos territorios están siendo asediados y añadidos a las zonas de seguridad del Estado de Israel y Gaza se está quedando más pequeña y aislada«. Esta descripción pinta un panorama sombrío para el futuro del enclave: una reducción territorial de facto mediante la creación de zonas de seguridad o amortiguamiento (buffer zones) controladas por Israel, y un aislamiento creciente del mundo exterior. La implicación es clara: la continuación del dominio de Hamás y la retención de los rehenes solo traerán más destrucción, desplazamiento y pérdida de territorio para los habitantes de Gaza.

La Estrategia Militar de las FDI: Desmantelamiento y Aislamiento

Las declaraciones de Katz también ofrecen una visión de la estrategia militar que las FDI están implementando y que amenazan con intensificar:

  1. Eliminación de Terroristas e Infraestructura: Este es el objetivo operativo central. Implica la localización y neutralización de combatientes de Hamás, la destrucción de túneles, depósitos de armas, centros de comando y cualquier infraestructura que sostenga la capacidad militar de la organización. Katz enfatizó que las FDI están «eliminando terroristas, localizando y eliminando la infraestructura terrorista». La intensificación implicaría una aceleración y ampliación de estas actividades.
  2. División y Control Territorial: Como se mencionó con el Corredor de Morag, dividir la Franja es clave para fragmentar las fuerzas de Hamás y controlar el movimiento. La creación de corredores este-oeste y el control de ejes norte-sur son componentes esenciales de esta táctica.
  3. Establecimiento de Zonas de Seguridad: La mención de «territorios […] añadidos a las zonas de seguridad del Estado de Israel» es significativa. Sugiere la intención de crear zonas de amortiguamiento dentro de Gaza, a lo largo de la frontera con Israel, para prevenir futuros ataques como los del 7 de octubre. Esto implicaría una reducción permanente del territorio disponible para los palestinos en Gaza, una medida muy controvertida bajo el derecho internacional.
  4. Aislamiento: Hacer que «Gaza se esté quedando más pequeña y aislada» se refiere tanto a la reducción física del territorio como al control de las fronteras y accesos, limitando la capacidad de Hamás para rearmarse o recibir apoyo externo, y también impactando severamente la entrada de ayuda humanitaria y la vida civil.

La amenaza de combate intenso en toda Gaza sugiere llevar estas tácticas a cada rincón del enclave, sin dejar áreas intactas, lo que inevitablemente tendría consecuencias humanitarias aún más graves, especialmente si incluye una operación terrestre masiva en Rafah, donde la densidad de población civil desplazada es extremadamente alta.

La Controvertida Propuesta de «Emigración Voluntaria»

Quizás uno de los elementos más polémicos de las declaraciones de Katz fue su referencia a un programa de «emigración voluntaria» para los residentes de Gaza. Afirmó: «Al mismo tiempo, estamos trabajando para avanzar en un programa de emigración voluntaria para los residentes de Gaza en línea con la visión del presidente de los Estados Unidos, que estamos trabajando para implementar».

Esta declaración es problemática por varias razones:

  1. Concepto de «Voluntario»: En el contexto de una guerra devastadora, con hogares destruidos, falta de alimentos y medicinas, y continuos bombardeos, la noción de emigración «voluntaria» es muy cuestionable. Los críticos argumentan que cualquier movimiento de población bajo tales condiciones de coerción y desesperación se asemejaría a una limpieza étnica o transferencia forzosa, prohibida por el derecho internacional.
  2. Rechazo Internacional: La idea de trasladar a la población de Gaza fuera del enclave ha sido ampliamente rechazada por la comunidad internacional, incluidos los países árabes vecinos (especialmente Egipto y Jordania) y aliados occidentales como Estados Unidos. Estos países temen una repetición de la Nakba de 1948, cuando cientos de miles de palestinos fueron desplazados permanentemente.
  3. Referencia a la Visión de EE.UU.: La afirmación de Katz de que este programa está «en línea con la visión del presidente de los Estados Unidos» es, como mínimo, una interpretación muy particular y potencialmente engañosa de la postura estadounidense. La administración Biden ha rechazado explícitamente cualquier propuesta de desplazamiento permanente de palestinos fuera de Gaza. Es posible que Katz se refiera a discusiones más amplias sobre soluciones regionales o ayuda para la reconstrucción que podrían incluir opciones de reubicación temporal o asistencia para aquellos que genuinamente deseen emigrar, pero enmarcarlo como un programa activo alineado con EE.UU. parece una extrapolación significativa, posiblemente para darle legitimidad interna o internacional.
  4. Intención Política: Esta propuesta ha sido defendida por figuras de la extrema derecha en el gobierno israelí, como Bezalel Smotrich e Itamar Ben-Gvir, quienes abogan abiertamente por reducir la población palestina en Gaza y, en algunos casos, restablecer asentamientos israelíes. La mención de Katz, aunque la califica de «voluntaria», resuena con esta agenda más radical y genera alarma.

Incluir esta propuesta en el mismo discurso del ultimátum militar añade otra capa de presión sobre la población gazatí, sugiriendo que incluso si la guerra termina, su futuro en Gaza es incierto y que la «opción» de irse podría ser presentada como una alternativa a la continua dificultad.

Implicaciones y Posibles Consecuencias

El ultimátum de Israel Katz a Hamás y sus declaraciones asociadas tienen profundas implicaciones en múltiples frentes:

  1. Para Hamás: La amenaza de una ofensiva total aumenta la presión sobre la cúpula de Hamás para llegar a un acuerdo sobre los rehenes. Sin embargo, también podría endurecer su postura, calculando que pueden resistir la embestida o que el coste humano y la presión internacional sobre Israel se volverán insostenibles. La supervivencia del liderazgo y la preservación de alguna capacidad militar seguirán siendo sus prioridades.
  2. Para la Población Civil de Gaza: La perspectiva de un combate intenso en toda Gaza es aterradora. Significaría más muerte, destrucción, desplazamiento y un agravamiento de la ya catastrófica crisis humanitaria. La falta de lugares seguros, la escasez de suministros básicos y el colapso de los servicios médicos harían la supervivencia aún más precaria. La mención de la «emigración voluntaria» añade una capa de incertidumbre existencial sobre su futuro en su propia tierra.
  3. Para Israel: Internamente, el ultimátum puede ser visto como una muestra de determinación por parte del gobierno para lograr sus objetivos bélicos, especialmente la liberación de los rehenes. Sin embargo, una escalada total, sobre todo en Rafah, conllevaría riesgos significativos: bajas militares, un coste económico enorme y, crucialmente, una condena internacional aún mayor. Las relaciones con aliados clave, incluido Estados Unidos, podrían tensarse aún más, especialmente si las víctimas civiles aumentan drásticamente o si se percibe que Israel está impulsando el desplazamiento de población.
  4. Para las Negociaciones sobre Rehenes: El impacto en las negociaciones es ambiguo. La amenaza podría, teóricamente, empujar a Hamás a ser más flexible. Alternativamente, podría hacer que Hamás aumente sus demandas, creyendo que Israel está desesperado, o podría simplemente descarrilar las conversaciones por completo si se percibe como una coerción inaceptable. La ventana para un acuerdo parece estrecharse bajo la sombra de esta amenaza.
  5. Para la Estabilidad Regional: Una ofensiva israelí total en Gaza, especialmente cerca de la frontera egipcia en Rafah, podría tener repercusiones regionales. Egipto ha advertido repetidamente contra cualquier acción que empuje a los palestinos hacia su territorio. Además, podría inflamar las tensiones con otros actores regionales, como Hezbollah en Líbano, potencialmente ampliando el conflicto.
  6. Para el Derecho Internacional y la Percepción Global: La creación de zonas de seguridad dentro de Gaza y la promoción de la emigración, incluso si se etiqueta como «voluntaria», suscitan serias preocupaciones legales y éticas. La percepción global de Israel, ya dañada por el alto número de víctimas civiles, podría deteriorarse aún más, aumentando el aislamiento diplomático y el riesgo de sanciones o acciones legales internacionales (como las que ya se están llevando a cabo en la Corte Internacional de Justicia y la Corte Penal Internacional).

El Camino Incierto por Delante: ¿Diplomacia o Escalada Total?

La visita de Israel Katz al Corredor de Morag y su contundente mensaje marcan un momento crítico. El ultimátum pende sobre Gaza como una espada de Damocles: la liberación de los rehenes a cambio de evitar, o al menos posponer, la fase más destructiva de la guerra hasta la fecha. La pelota está ahora, según la narrativa israelí, en el tejado de Hamás.

Sin embargo, la situación es mucho más compleja. Las decisiones de Hamás estarán influenciadas por sus propios cálculos estratégicos, su ideología y su percepción de la voluntad de Israel y la comunidad internacional. La capacidad de la población de Gaza para influir en Hamás es extremadamente limitada bajo las circunstancias actuales. Y la propia Israel enfrenta un dilema: ¿hasta dónde está dispuesta a llegar militarmente, con todos los costes asociados, para lograr sus objetivos? ¿Y puede realmente lograr la erradicación completa de Hamás y la liberación segura de todos los rehenes únicamente por medios militares?

Mientras tanto, los esfuerzos diplomáticos, aunque estancados, continúan entre bastidores. Mediadores como Qatar, Egipto y Estados Unidos siguen buscando una fórmula que permita un alto el fuego, la liberación de rehenes y prisioneros palestinos, y un aumento de la ayuda humanitaria. El ultimátum de Katz podría ser una táctica para dinamizar estas conversaciones, o podría ser la señal de que la paciencia se ha agotado y la opción militar prevalecerá.

El futuro inmediato de Gaza es profundamente incierto y peligroso. Las palabras pronunciadas por el Ministro de Defensa israelí en el Corredor de Morag resuenan no solo en los túneles y edificios en ruinas de la Franja, sino también en las capitales de todo el mundo. La comunidad internacional observa con creciente alarma, consciente de que la amenaza de un combate intenso en toda Gaza podría materializarse en cualquier momento, con consecuencias humanitarias incalculables y el potencial de desestabilizar aún más una región ya volátil. La única certeza es que la necesidad de una solución que ponga fin al sufrimiento y aborde las causas profundas del conflicto es más urgente que nunca, aunque parezca cada vez más lejana. La disyuntiva planteada por Katz –rehenes o guerra total– define el sombrío horizonte inmediato.

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