Científicos israelíes afirman haber hallado un modo de potenciar la capacidad de los huesos para curarse a sí mismos, de modo que puedan autorrepararse en caso de grandes defectos y no sólo de pequeñas brechas.
Los huesos tienen una capacidad natural de autocuración en fracturas pequeñas (en humanos, de cinco milímetros o menos). Para defectos mayores, los médicos recurren a diversas soluciones, a menudo injertando hueso de otras partes del cuerpo o utilizando implantes.
Pero los investigadores de la Universidad de Tel Aviv afirman que pueden conseguir que los huesos superen su límite natural y crezcan grandes distancias para repararse a sí mismos. En un ensayo con ratones, publicado en una revista científica, se utilizó un gel a base de agua.
“El gel indica al organismo, o más exactamente al sistema inmunitario, que el defecto no es tan grande y que el hueso ‘puede hacerlo'”, declaró a The Times of Israel la profesora Lihi Adler-Abramovich, investigadora principal.
“Esta investigación es muy emocionante porque está permitiendo que los huesos se regeneren de una forma y a una escala que sencillamente nunca antes había sido posible”.
Según Adler-Abramovich, mientras que los pequeños defectos óseos, como las fracturas, se curan espontáneamente, cuando hay una pérdida sustancial de hueso como ocurre a veces en caso de extirpación de un tumor, traumatismo físico, extracción dental, enfermedad de las encías o inflamación alrededor de implantes dentales el hueso es incapaz de renovarse.
El nuevo gel a base de agua imita la matriz natural del hueso, haciendo creer al sistema inmunitario que debe reparar el hueso dañado en lugar de rellenar un gran vacío. El sistema inmunitario considera que esto es manejable y envía señales al hueso para que crezca en todo el espacio donde hay gel.
Los ratones tratados en el estudio obtuvieron beneficios duraderos de los tratamientos, dijo Adler-Abramovich.
“Los controlamos durante dos meses con diversos métodos”, dijo. “Para nuestro deleite, los defectos óseos se corrigieron totalmente por regeneración, con los huesos recuperando su grosor original y generando nuevos vasos sanguíneos”.
Espera seguir desarrollando el gel y realizar más ensayos, tanto en ortopedia como en odontología.
“Cuando perdemos un diente debido a daños importantes o infecciones bacterianas, el tratamiento estándar son los implantes dentales”, explica. “Los implantes, sin embargo, deben anclarse en una cantidad suficiente de hueso y, cuando la pérdida ósea es demasiado importante, los médicos implantan hueso adicional de una parte sana del cuerpo, un procedimiento médico complejo”.
“Existe la opción de añadir sustitutos óseos de origen humano o animal, pero éstos podrían generar una respuesta inmunitaria. Espero que en el futuro el hidrogel que hemos desarrollado permita una restauración ósea más rápida, segura y sencilla”.