En un mundo cada vez más interconectado, la aviación comercial no es solo un medio de transporte, sino un poderoso catalizador de relaciones diplomáticas, económicas y culturales. La reciente noticia, anticipada por el embajador de Argentina en Israel, Axel Wahnish, sobre el inminente inicio de vuelos directos de El Al entre Buenos Aires y Tel Aviv, marca un hito trascendental. Este desarrollo no solo promete facilitar los viajes entre ambas naciones, sino que también simboliza una profunda reconfiguración y fortalecimiento de los lazos bilaterales, impulsada por la nueva administración argentina bajo el presidente Javier Milei.
El Anuncio de Axel Wahnish: Un Vuelo Directo Cargado de Significado
El rabino Axel Wahnish, quien además de ser el embajador argentino en Israel es una figura cercana y consejero personal del presidente Milei, ha sido el heraldo de esta prometedora noticia. Según sus declaraciones, la aerolínea nacional de Israel, El Al Israel Airlines, tiene previsto anunciar formalmente la nueva ruta transoceánica la próxima semana, coincidiendo con la segunda visita oficial del presidente Milei a Israel.
La génesis de esta iniciativa parece tener raíces tanto pragmáticas como simbólicas. El propio Wahnish experimentó las complejidades de los viajes indirectos cuando su vuelo para asumir su puesto diplomático, programado para el 14 de agosto de 2024 desde Buenos Aires con Air Europa y una conexión en el Viejo Continente, fue cancelado. Este contratiempo, producto de las crecientes tensiones geopolíticas entre Irán e Israel que llevaron a la mayoría de las aerolíneas comerciales a suspender temporalmente sus rutas a Tel Aviv, subrayó una realidad: en momentos de crisis, El Al y sus filiales demostraron ser las opciones más fiables para mantener la conectividad con Israel.
Esta experiencia personal pudo haber añadido un sentido de urgencia a uno de los que se perfilan como los primeros grandes logros de su gestión diplomática. Wahnish, en una entrevista con la Jewish Telegraphic Agency (JTA) mientras aún esperaba partir de Buenos Aires, ya vislumbraba el vuelo directo como una pieza clave, siendo tanto causa como consecuencia de una relación bilateral en ascenso. «Es una pregunta similar al debate sobre qué fue primero, el huevo o la gallina», reflexionó. «Como embajador, planeo trabajar en ambos frentes: colaborar con las aerolíneas para construir la ruta y, al mismo tiempo, fomentar los intercambios comerciales, culturales, artísticos, deportivos y educativos».
Su optimismo se materializó en un anuncio en la plataforma X (anteriormente Twitter), donde afirmó que los vuelos directos eran un «sueño de mi administración». Reveló incluso haber abogado por esta conexión en una conversación directa con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, un diálogo que también abarcó la visita de Milei, el memorando de entendimiento bilateral y la crítica situación de los rehenes israelíes en Gaza, entre los que se encuentran ciudadanos con doble nacionalidad argentino-israelí.
La Visita de Milei: Consolidando una Alianza Estratégica
La visita de Estado de tres días del presidente Javier Milei a Israel, programada para comenzar el 9 de junio, no es un evento protocolario más. Se perfila como un momento definitorio en la política exterior argentina y en la relación con el Estado judío. La agenda es densa y cargada de simbolismo: reuniones con el presidente Isaac Herzog y el primer ministro Benjamin Netanyahu, un discurso ante la Knéset (el parlamento israelí), la aceptación del prestigioso Premio Génesis –siendo Milei el primer no judío en recibirlo–, una visita al Muro de las Lamentaciones y un encuentro con familiares de los rehenes secuestrados por Hamás el 7 de octubre de 2023.
Este último punto es particularmente sensible y refleja la postura firme de Argentina bajo el nuevo gobierno. En el marco de esta visita, se espera la firma de un «Memorando de Libertad y Democracia contra el Terrorismo, el Antisemitismo y la Discriminación» entre Milei y Netanyahu. Este documento no es una mera declaración de intenciones, sino la formalización de un viraje copernicano en la política exterior argentina.
Durante años, especialmente bajo liderazgos de izquierda, Argentina mantuvo una postura que, en ocasiones, se percibió como distante o crítica hacia Israel, llegando incluso a firmar un controvertido memorando de entendimiento con Irán en 2013, país que Israel considera una amenaza existencial. La llegada de Milei, un autoproclamado «anarcocapitalista» y conocido filosemita y sionista, ha reescrito este guion. Su gobierno ha expresado un apoyo inequívoco al derecho de Israel a la legítima defensa y a su accionar en la Franja de Gaza, una postura que a menudo ha colocado a Argentina en una posición singular, incluso diferenciándose de otros aliados de Israel que han instado a Netanyahu a moderar o concluir el conflicto.
«Es un profundo honor y un privilegio histórico expresar nuestra fuerte alianza contra el terrorismo, apoyándonos en la democracia israelí que se defiende de los terroristas», afirmó Wahnish en la entrevista de agosto, encapsulando el espíritu de esta nueva etapa.
El Rol Único del Embajador Wahnish: Fe, Diplomacia y Valores Compartidos
La designación de Axel Wahnish como embajador en Israel es, en sí misma, una declaración. Es el primer rabino en ocupar este cargo, un hecho que no ha pasado desapercibido. Sin embargo, él mismo se encarga de matizar la relevancia de su formación religiosa en su rol diplomático. «Ante todo, soy ciudadano argentino, un ser humano», explicó a JTA. «Si alguien tiene experiencia en un área específica, ya sea físico, ingeniero o cualquier otra habilidad, ¿puede ser una desventaja? No. Lo mismo aplica a ser rabino. Creo que es una ventaja. Tengo una formación ética y moral, conocimientos filosóficos; es como una habilidad extra».
No obstante, Wahnish es enfático al señalar que la renovada y robusta alianza entre Argentina e Israel no se cimienta en la religión, sino en valores universales: «La sólida alianza entre nuestro país e Israel no tiene sus raíces en la religión. Se basa en los valores de la democracia y la libertad». Esta perspectiva es crucial para entender la amplitud del acercamiento, que trasciende lo confesional para abrazar principios políticos y filosóficos fundamentales.
El Impacto Potencial de los Vuelos Directos: Más Allá del Turismo
La implementación de vuelos directos entre Buenos Aires y Tel Aviv por parte de El Al tendría ramificaciones que van mucho más allá de la comodidad para los viajeros. Se espera que esta conexión aérea actúe como un verdadero motor para múltiples sectores:
- Impulso al Turismo Bilateral:
- Argentina como Destino: Israel es un emisor de turistas con alto poder adquisitivo y un creciente interés en destinos exóticos y culturalmente ricos. Argentina, con su diversidad geográfica (desde la Patagonia hasta las Cataratas del Iguazú), su vibrante cultura porteña, el tango, su gastronomía y la calidez de su gente, tiene un enorme potencial para atraer a viajeros israelíes. Un vuelo directo eliminaría la barrera de las largas escalas, haciendo el destino mucho más accesible y atractivo.
- Israel como Destino: Para los argentinos, Israel ofrece una combinación única de historia milenaria, significado religioso para múltiples fes, modernidad vibrante en ciudades como Tel Aviv, y una rica oferta cultural y gastronómica. La importante comunidad judeo-argentina, una de las más grandes del mundo fuera de Israel, vería facilitados los viajes para visitar familiares, realizar peregrinaciones o simplemente conectar con sus raíces. Además, el interés en Tierra Santa trasciende a la comunidad judía, atrayendo a cristianos y a personas interesadas en la historia y la arqueología.
- Fomento de las Relaciones Comerciales y de Inversión:
- La conectividad directa es un factor clave para los negocios. Facilita las reuniones cara a cara, la participación en ferias y exposiciones, y el transporte de muestras o mercancías de alto valor.
- Israel es un líder mundial en tecnología, innovación, ciberseguridad, agricultura de precisión y gestión del agua. Argentina, con su vasto sector agrícola y su creciente ecosistema tecnológico, puede beneficiarse enormemente de la transferencia de conocimiento, las inversiones israelíes y las empresas conjuntas.
- Del mismo modo, Argentina puede ofrecer a Israel productos agrícolas, alimentos procesados, software y servicios, entre otros. Un vuelo directo podría incluso abrir nuevas posibilidades para el transporte de carga aérea de productos perecederos o de alto valor agregado.
- Fortalecimiento de los Lazos Culturales y Académicos:
- Wahnish mencionó explícitamente el fomento de intercambios culturales, artísticos, deportivos y educativos. Los vuelos directos simplificarían la movilidad de artistas, académicos, estudiantes y deportistas.
- Esto podría traducirse en más giras de músicos y compañías de danza, exposiciones de arte, programas de intercambio estudiantil, colaboraciones en investigación científica y competencias deportivas conjuntas.
- La rica producción cultural de ambos países encontraría un canal más fluido para su difusión mutua.
- Conexión Humana y Comunitaria:
- Argentina alberga una de las comunidades judías más importantes de la diáspora, con profundos lazos familiares y afectivos con Israel. Muchos argentinos han emigrado a Israel (Aliyá) y viceversa. Un vuelo directo facilitaría el reencuentro familiar, fortaleciendo estos lazos personales que son el tejido vivo de la relación bilateral.
- Asimismo, existe una comunidad de argentinos no judíos viviendo en Israel y viceversa, quienes también se beneficiarían.
Desafíos y Consideraciones Operativas de la Nueva Ruta
Establecer una ruta aérea de larga distancia como Buenos Aires-Tel Aviv, que supera los 12,000 kilómetros, implica una serie de desafíos logísticos y operativos que El Al deberá considerar:
- Duración del Vuelo: Sería uno de los vuelos más largos del mundo, probablemente superando las 15-16 horas de duración, dependiendo de los vientos y la ruta exacta. Esto requiere aeronaves de ultra largo alcance, como el Boeing 787 Dreamliner o el Airbus A350, de los cuales El Al opera los primeros.
- Frecuencia y Horarios: Determinar la frecuencia semanal óptima (inicialmente podrían ser 2-3 vuelos por semana) y los horarios de salida y llegada para maximizar las conexiones en ambos extremos (si aplica) y la conveniencia para los pasajeros será crucial.
- Rentabilidad: Asegurar la viabilidad económica de la ruta dependerá de una demanda sostenida tanto en clase económica como en business, así como de la optimización de los costos operativos. Las políticas de precios y la promoción serán fundamentales.
- Aspectos Regulatorios y de Seguridad: Se requerirán todos los permisos y acuerdos bilaterales de aviación civil. Además, El Al es conocida por sus rigurosos protocolos de seguridad, que se aplicarían estrictamente en esta nueva ruta.
- Competencia: Aunque inicialmente podría ser la única operadora directa, la viabilidad de la ruta a largo plazo podría atraer a otras aerolíneas si demuestra ser exitosa.
Antecedentes: Intentos Previos y un Vuelo Histórico Singular
La idea de un vuelo directo entre Argentina e Israel no es completamente nueva. Ya en 2017 se había anunciado una iniciativa similar, que lamentablemente nunca llegó a concretarse. Las razones de aquel fracaso podrían haber sido diversas, desde condiciones de mercado hasta la falta del impulso político y diplomático que caracteriza el contexto actual. La diferencia ahora radica en el claro compromiso al más alto nivel de ambos gobiernos y en la palpable mejora de las relaciones.
Si esta nueva ruta de El Al se materializa, se sumará a un precedente histórico, aunque uno con connotaciones muy diferentes y que difícilmente puede considerarse un modelo de relaciones diplomáticas fluidas. El 19 de mayo de 1960, un avión de El Al aterrizó en Buenos Aires. Oficialmente, transportaba una delegación especial israelí para asistir a las celebraciones del 150º aniversario de la independencia argentina. Sin embargo, esta visita tenía un propósito encubierto y mucho más audaz: la extracción del criminal de guerra nazi Adolf Eichmann.
Agentes del Mossad habían localizado y capturado a Eichmann en Argentina, donde vivía bajo una identidad falsa. Disfrazado como miembro de la tripulación, Eichmann fue embarcado en ese mismo avión de El Al al día siguiente. La aeronave hizo una escala técnica para repostar en Dakar, Senegal, antes de aterrizar en Israel el 22 de mayo, donde Eichmann fue formalmente arrestado. Posteriormente, fue juzgado, condenado por crímenes de lesa humanidad y ahorcado en 1962. Este episodio, si bien cinematográfico y crucial para la justicia histórica, tensó las relaciones diplomáticas entre Argentina e Israel en su momento. El vuelo de 1960, por lo tanto, es un recordatorio de un pasado complejo, muy distante del espíritu de cooperación y amistad que impulsa la iniciativa actual.
La Cuestión Pendiente: El Traslado de la Embajada Argentina a Jerusalén
Otro tema que subyace en la renovada relación bilateral es la intención declarada por el presidente Milei de trasladar la embajada argentina de Tel Aviv a Jerusalén. Esta es una medida que ya tomó Estados Unidos durante la administración de Donald Trump en 2018, y que es altamente valorada por Israel, pero que genera controversia en parte de la comunidad internacional debido al estatus disputado de Jerusalén Este.
Aunque el embajador Wahnish, en la entrevista de agosto, declinó especificar un cronograma para esta mudanza, es un compromiso que Milei ha reiterado. En Argentina, se especula que el presidente podría esperar hasta después de las elecciones de mitad de período, programadas para octubre, para concretar esta promesa. El anuncio de los vuelos directos podría interpretarse como un paso significativo en la dirección de una alianza cada vez más estrecha, que eventualmente podría incluir este sensible movimiento diplomático.
Un Futuro de Sinergias y Oportunidades Compartidas
La posible inauguración de vuelos directos por El Al entre Buenos Aires y Tel Aviv es mucho más que la apertura de una nueva ruta aérea. Es un testimonio tangible del cambio de paradigma en las relaciones argentino-israelíes bajo la presidencia de Javier Milei. Representa la culminación de esfuerzos diplomáticos, liderados por figuras como el embajador Axel Wahnish, y una apuesta por un futuro de colaboración multifacética.
Este «puente aéreo» tiene el potencial de:
- Dinamizar las economías: A través del turismo, el comercio y la inversión.
- Enriquecer las culturas: Facilitando el intercambio de ideas, arte y conocimiento.
- Fortalecer los lazos humanos: Conectando familias, comunidades y diásporas.
- Consolidar una alianza estratégica: Basada en valores compartidos de libertad y democracia, y una postura firme contra el terrorismo y el antisemitismo.
El «huevo o la gallina» de Wahnish, donde los vuelos son tanto causa como efecto de la mejora en las relaciones, ilustra perfectamente la dinámica en juego. La existencia de una conexión directa incentivará más interacciones, y estas interacciones, a su vez, justificarán y fortalecerán la ruta aérea.
Mientras el anuncio formal de El Al se espera con expectación, la visión de un cielo que une directamente a Argentina e Israel ya está generando un optimismo considerable. Para los viajeros de negocios, turistas, académicos, artistas y, fundamentalmente, para las miles de personas con lazos familiares y afectivos entre ambas naciones, la perspectiva de embarcar en un vuelo directo representa una simplificación bienvenida y una oportunidad de acercamiento sin precedentes.
El éxito de esta iniciativa no solo dependerá de la aerolínea y los gobiernos, sino también de la respuesta del público y del sector privado en ambos países. Si se aprovechan las oportunidades que esta conexión generará, podríamos estar asistiendo al inicio de una era dorada en las relaciones bilaterales, donde el flujo constante de personas e ideas a través del Atlántico Sur se convierta en un motor de prosperidad y entendimiento mutuo.
La historia de la aviación está repleta de rutas que han redefinido mapas y relaciones. El vuelo Buenos Aires-Tel Aviv, impulsado por una confluencia de voluntad política, visión diplomática y necesidad práctica, tiene todos los ingredientes para convertirse en uno de esos trayectos emblemáticos, un símbolo duradero de una amistad renovada y una cooperación con la vista puesta en el futuro. La próxima semana, cuando se espera el anuncio oficial, podría marcar el despegue no solo de un avión, sino de un capítulo enteramente nuevo y prometedor para Argentina e Israel.