En el principio, Hashem creó a los ángulos, el alma, la persona, y por supuesto la música. Al final de esa semana Hashem decidió descansar y escuchar sus niños a cantar con él y con los ángulos. Este vídeo recrea este primer Shabat, con alma, corazón y talento, acompañado por el querido de Hashem.