Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) intensificaron sus operaciones contra Hezbolá con una serie de ataques aéreos en el sur del Líbano y en el estratégico valle de la Bekaa. Según comunicó el ejército israelí, los bombardeos tuvieron como objetivo sitios de lanzamiento de cohetes, centros de fabricación de armas y depósitos de almacenamiento utilizados por el grupo terrorista respaldado por Irán.
En las últimas 24 horas, tres operativos de Hezbolá fueron abatidos, elevando a quince el número de militantes eliminados desde comienzos de noviembre.
Los ataques, confirmados por fuentes israelíes y reconocidos por medios libaneses, marcan una nueva fase en la tensión a lo largo de la frontera norte, donde Israel mantiene una postura de disuasión activa para impedir la reconfiguración del poder militar de Hezbolá tras el alto el fuego de noviembre de 2024.
Hezbolá bajo fuego: los objetivos de los últimos bombardeos
Ataques en el sur del Líbano
Las FDI informaron que en el sur del Líbano fueron destruidos varios emplazamientos de lanzamiento de cohetes pertenecientes a Hezbolá. Estas posiciones habían sido reactivadas en los últimos meses pese a los compromisos asumidos bajo el acuerdo de alto el fuego.
Uno de los puntos más golpeados fue la zona de Nabatieh, donde los ataques se centraron en instalaciones logísticas y centros de mando del grupo terrorista. Los informes señalan también operaciones en las localidades de Houmine El Faouqa y as-Sawana, donde dos militantes fueron neutralizados en ataques aéreos selectivos el domingo previo.
El valle de la Bekaa: un punto estratégico
El valle de la Bekaa, conocido por su difícil acceso y su uso histórico como corredor de contrabando de armas entre Siria y el Líbano, volvió a ser objetivo de la aviación israelí.
Las FDI afirmaron que atacaron una infraestructura clave de Hezbolá utilizada para almacenar y fabricar armamento estratégico. Según fuentes militares, este sitio ha sido bombardeado en varias ocasiones por Israel debido a su papel central en la cadena de suministro del grupo terrorista.
El ataque a Samir Ali Fakih: golpe a la red de contrabando
Uno de los ataques más destacados fue el que acabó con la vida de Samir Ali Fakih, miembro de Hezbolá responsable del contrabando de armas en todo el territorio libanés.
Las FDI confirmaron que Fakih fue abatido en un ataque aéreo dirigido en la localidad de Srifa, al sur del Líbano.
Según inteligencia israelí, Fakih desempeñaba un papel clave en la coordinación del transporte de misiles y componentes militares desde Siria e Irán hacia los depósitos de Hezbolá.
El impacto del ataque fue visible en una carretera principal entre Sidón y Tiro, donde un vehículo quedó completamente destruido. Fotógrafos de la AFP captaron las imágenes de los rescatistas retirando los restos del automóvil, mientras el tráfico se detenía por completo en la zona.
Contexto: del alto el fuego de 2024 a la nueva ofensiva
La guerra que comenzó en 2023
El actual conflicto entre Israel y Hezbolá se remonta a octubre de 2023, cuando el grupo terrorista libanés comenzó a lanzar misiles contra el norte de Israel, un día después de la ofensiva de Hamás desde Gaza.
Lo que comenzó como una escalada de apoyo a Hamás se transformó en una guerra abierta entre Israel y Hezbolá, con ataques aéreos masivos y una incursión terrestre limitada por parte de las FDI en septiembre de 2024.
Dos meses más tarde, se alcanzó un alto el fuego supervisado por Naciones Unidas, que exigía la retirada israelí del sur del Líbano y el desarme total de Hezbolá bajo la supervisión del ejército libanés.
Sin embargo, la realidad sobre el terreno mostró una aplicación parcial del acuerdo.
El incumplimiento del alto el fuego y las violaciones detectadas
Las FDI han sostenido que Hezbolá continúa operando dentro de zonas prohibidas por los términos del acuerdo.
El ejército israelí denunció la existencia de depósitos de armas ocultos y infraestructura militar en localidades como Nabatieh, Jezzine y el valle de la Bekaa.
En respuesta, Israel ha mantenido presencia militar en cinco puntos estratégicos del sur del Líbano, argumentando que estas posiciones son esenciales para prevenir el resurgimiento de la amenaza terrorista.
Por su parte, el gobierno libanés sostiene que esta presencia impide su control total sobre la región.
El papel del ejército libanés y la presión de Israel
Desde la firma del alto el fuego, el ejército libanés ha intentado implementar un plan para desarmar a Hezbolá.
Sin embargo, informes de seguridad indican que el proceso avanza lentamente y enfrenta una fuerte resistencia interna.
Un informe publicado recientemente asegura que Israel ha presionado al ejército libanés para que adopte una postura más agresiva, incluso mediante el registro de viviendas en busca de armas.
No obstante, altos mandos del Líbano se oponen a esa medida, temiendo que provoque una guerra civil y desestabilice al país.
Hezbolá e Irán: la alianza que desafía al equilibrio regional
Hezbolá, considerado una extensión del poder iraní en el Levante, ha sido históricamente uno de los pilares de la estrategia de Teherán en Medio Oriente.
Su arsenal de misiles y su entrenamiento militar provienen en gran medida del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica (CGRI).
Israel, por su parte, considera que el fortalecimiento de Hezbolá forma parte de un plan iraní para rodear al Estado judío con una red de milicias hostiles.
Los recientes ataques, según analistas, envían un mensaje directo a Irán: Israel no tolerará la reconstrucción del poder militar de sus aliados en la frontera norte.
La frontera norte: nueva infraestructura defensiva israelí
En medio de esta escalada, el canal Al-Manar, vinculado a Hezbolá, difundió imágenes de las fuerzas israelíes construyendo un muro de hormigón a lo largo de la frontera con el Líbano.
El ejército israelí aclaró que la construcción se realiza del lado israelí de la Línea Azul establecida por la ONU, desmintiendo versiones que sugerían una incursión en territorio libanés.
La muralla forma parte de un plan más amplio para reforzar la seguridad en comunidades fronterizas como Avivim, que han sufrido numerosos ataques de cohetes desde 2023.
Las FDI reafirman su doctrina: neutralizar amenazas antes de que crezcan
El comunicado oficial del ejército israelí enfatizó que los ataques buscan neutralizar las armas dirigidas contra Israel e impedir que Hezbolá reconstruya su infraestructura terrorista.
“La presencia de arsenales y centros de producción en el sur del Líbano constituye una violación de los entendimientos de seguridad”, afirmó el portavoz militar.
Las operaciones fueron planificadas por la Dirección de Inteligencia Militar y ejecutadas por la Fuerza Aérea Israelí, bajo la supervisión del Comando Norte.
Según el ejército, todas las misiones fueron precisas y coordinadas con sistemas de vigilancia en tiempo real.
Reacciones en el Líbano y la comunidad internacional
El Ministerio de Salud libanés informó que una persona murió en uno de los ataques, ocurrido en la zona de Baissariyeh.
Mientras tanto, la comunidad internacional ha expresado preocupación por una posible reanudación total del conflicto.
La ONU reiteró su llamado a ambas partes para respetar los límites establecidos por el alto el fuego, aunque reconoció el derecho de Israel a defenderse frente a amenazas inmediatas.
Por su parte, Irán acusó nuevamente a Israel de “agresión sistemática”, mientras Estados Unidos respaldó el derecho israelí a proteger su frontera norte.
Análisis: la guerra que nunca terminó
A pesar del alto el fuego de 2024, la guerra entre Israel y Hezbolá nunca llegó a una conclusión definitiva.
El grupo libanés ha demostrado capacidad de reorganización, mientras Israel mantiene su estrategia de disuasión basada en inteligencia avanzada y ataques preventivos.
Analistas militares destacan que el verdadero desafío de Israel es evitar que el conflicto se extienda hacia un enfrentamiento regional que involucre directamente a Irán y Siria.
Cada ataque selectivo busca mantener el equilibrio entre la presión militar y la contención diplomática.
El dilema del Líbano: entre la soberanía y la influencia iraní
El gobierno libanés enfrenta un dilema histórico: recuperar el control pleno sobre su territorio o seguir cediendo espacio a la influencia de Hezbolá.
Aunque el ejército ha intentado implementar medidas de control, la dependencia política y económica del grupo chiita dentro del país dificulta cualquier acción contundente.
La población civil, especialmente en el sur del Líbano, vive entre la presión del grupo armado y el temor constante a los bombardeos israelíes.
La falta de una autoridad central fuerte convierte cada ofensiva en una crisis humanitaria potencial.
Perspectivas: ¿una nueva guerra a la vista?
Mientras Israel advierte sobre la necesidad de desarmar completamente a Hezbolá, muchos expertos consideran que el conflicto podría reavivarse si el grupo terrorista continúa resistiéndose al plan de desarme.
El futuro inmediato dependerá de tres factores principales:
- La respuesta del ejército libanés al llamado de Israel y la ONU para aplicar el acuerdo de alto el fuego.
- El nivel de intervención iraní, especialmente en la transferencia de armas a Hezbolá.
- La capacidad de Israel para mantener su ofensiva aérea sin escalar hacia una guerra total.
Conclusión: disuasión, inteligencia y vigilancia permanente
Los ataques recientes de las FDI reflejan una estrategia clara: impedir que Hezbolá recupere su capacidad ofensiva y mantener la seguridad de la frontera norte.
Aunque el alto el fuego sigue vigente en los papeles, la realidad muestra un escenario en el que cada acción genera una reacción.
Israel continúa actuando bajo el principio de autodefensa preventiva, mientras Hezbolá busca preservar su relevancia militar y política en el Líbano.
La región se encuentra nuevamente en una cuerda floja entre la calma y la confrontación.

