En una declaración reciente, el Ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, advirtió sobre los intentos de Hamas de incitar a la violencia en Cisjordania, enfatizando la necesidad de que Israel tome medidas preventivas reforzando a la Autoridad Palestina. Gallant expresó su preocupación de que Hamás pretenda conectar Gaza con las regiones bíblicas de Judea y Samaria, comúnmente conocidas como Cisjordania, para exacerbar las tensiones en la zona.
Gallant destacó la importancia de abordar cuestiones relacionadas con los trabajadores palestinos y el apoyo financiero y destacó el impacto potencial en los objetivos de Israel en tiempos de guerra. Instó al gobierno a alinearse con las posiciones de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) y el Shin Bet, enfatizando que una Autoridad Palestina fuerte sirve a los mejores intereses de la seguridad de Israel.
El debate en curso dentro del gabinete israelí gira en torno a propuestas para permitir la entrada de trabajadores palestinos de Cisjordania a Israel y descongelar los ingresos fiscales recaudados por Israel para la Autoridad Palestina. Estas cuestiones han generado controversia, especialmente desde el estallido de las hostilidades.
Antes del ataque de Hamás del 7 de octubre y el conflicto posterior, aproximadamente 150.000 palestinos de Cisjordania y 18.500 de Gaza tenían permisos para trabajar en Israel, según la Coordinación de Actividades Gubernamentales en los Territorios (COGAT). Además, se cree que miles de palestinos entraron ilegalmente a Israel en busca de empleo, una situación que Israel había tolerado anteriormente por motivos de seguridad.
Como parte de una posible solución, se está considerando un programa piloto que permita la entrada a Israel de unos 5.000 trabajadores de Cisjordania bajo estricta supervisión. Si tiene éxito, este programa podría generar una expansión en el número de trabajadores permitidos.
Los funcionarios de seguridad han destacado los desafíos económicos que enfrentan los jóvenes palestinos desempleados y han expresado su preocupación por las influencias externas, particularmente de Irán y Hamás, que brindan apoyo financiero a personas que participan en actos violentos o apoyan actividades terroristas.
El establishment de seguridad ha pedido constantemente al Primer Ministro Benjamín Netanyahu que reconsidere las decisiones del gabinete de retener importantes ingresos fiscales de la Autoridad Palestina e impedir el regreso de los trabajadores palestinos. Estas decisiones se tomaron inicialmente para retirarse de Gaza y más tarde como medida de seguridad tras el ataque terrorista de Hamás.
Las advertencias del establishment de seguridad subrayan el posible colapso de la Autoridad Palestina, que ya se encuentra en dificultades financieras, lo que responsabiliza a Israel de proporcionar servicios esenciales a millones de palestinos en Cisjordania.
El Primer Ministro Netanyahu ha enfrentado resistencia, particularmente de los ministros de derecha Itamar Ben Gvir y Bezalel Smotrich, cuyo apoyo es crucial para mantener la coalición. A pesar de esto, las FDI continúan sus operaciones en Cisjordania y la policía israelí permanece en alerta máxima debido a la preocupación por una posible escalada de violencia.