Purim: ¿Qué se oculta detrás de la máscara?

En Purim tenemos las mitzvot de 1) escuchar Meguilat Ester de noche y al día siguiente; 2) dar dinero a dos pobres; 3) enviar dos tipos diferentes de comida como regalo a un amigo; 4) emborracharnos; 5) hacer un banquete festivo; 6) acostumbramos disfrazarnos.

¿Acaso estas son mitzvot aleatorias o existe un común denominador a todas ellas?

Posiblemente podemos encontrar una respuesta en la mitzvá que cumplimos cada año en el Shabat que antecede a Purim.

En Shabat Zajor recordamos que cuando el pueblo de Israel recién había salido de Egipto, vino el pueblo de Amalek a su encuentro y lo atacó por la retaguardia. La conexión entre este evento y Purim se debe a que el primer ministro Persa que en la historia de Purim planeó el genocidio del pueblo judío, era descendiente de Amalek. Por eso nuestros sabios instituyeron que se lea en Shabat Zajor la porción de la Torá que describe lo que hizo Amalek y de esta forma recordemos borrar el nombre de Amalek lo más cercano a la fecha en la que llevamos esto a la práctica (o sea, en Purim).

¿Cómo borramos el nombre de Amalek en la práctica?

El objetivo de las mitzvot de Purim es contrarrestar los efectos negativos que causó Amalek. Cada mitzvá de Purim borra la filosofía de Amalek, así como veremos a continuación:

1) Las palabras del nombre en hebreo del libro de Ester: Meguilat Ester contienen un doble sentido. La palabra Meguilá contiene la palabra guilui que significa ‘descubrimiento’ y la palabra Ester significa en hebreo ‘oculto’. O sea, el objetivo del Libro de Ester es descubrir lo oculto. En toda la Meguilá no se menciona el nombre de Dios ni una sola vez, sin embargo eso nos enseña que Dios también actúa de forma oculta.

La filosofía de Amalek consiste en la negación de la intervención de Dios en los eventos del hombre. Para ellos todo lo que ocurre en la historia es mera casualidad. Por lo tanto, al leer el libro de Ester, el cual narra toda una secuencia de eventos que ocurrieron en el transcurso de casi una década, vemos claramente cómo la mano de Dios orquestó tras bambalinas la salvación del pueblo judío y la caída de sus enemigos.

2) Amalek, lejos de querer seguir una conducta espiritual y moral, fue a matar personas inocentes. Para ellos la única ley que prevalece es la del dominio del más fuerte (parafraseando las palabras de Hitler). El pueblo judío intenta seguir los caminos de Dios de bondad y amor al prójimo, lo cual manifestamos en Purim dando dinero a dos pobres para ayudarlos en su situación precaria.

3) El primer encuentro histórico entre estas dos naciones, ocurrió cuando nuestro patriarca Yaakov venía de regreso a la tierra de Israel. Al enterarse de esto, su hermano Esav, precursor de la nación de Amalek, salió al encuentro de Yakov acompañado con 400 hombres con la intención de exterminarlo. La estrategia de Yaakov para defenderse fue la de dividir su campamento en dos. Este fue el inicio del quiebre dentro del pueblo de Israel, y por eso, al enviar regalos a un amigo, logramos restaurar la unión dentro de nuestro pueblo. Posiblemente nuestros sabios dijeron que demos precisamente dos regalos, como alusión a esos dos campamentos y también la palabra ‘regalos’ en hebreo (matanot) es casi la misma que la palabra ‘campamentos’ (majanot).

4) En Shabat Zajor leemos de la Torá: “Recuerda lo que te hizo Amalek en el camino a la salida de Egipto, que vino a ‘korja’…”. La palabra korja tiene tres sentidos, siendo uno de ellos ‘enfriar’, ya que Amalek vino a enfriar la inspiración y el entusiasmo que había ganado el pueblo judío como resultado de todos los milagros que Dios efectuó en el proceso de la salida de Egipto. Al emborracharnos logramos alegrar al corazón y apreciamos los milagros de Purim, restaurando la alegría y la emoción de nuestra relación con Dios.

5) El gran Kabalista del siglo XVI, el Arizal, relacionó Purim con Iom HaKipurim en base a la gran semejanza de sus nombres. Explicó que a pesar de que las dos son fechas muy sagradas para el calendario judío, Purim es todavía más espiritual que Iom Kipur. Para el judaísmo no es ideal abstenerse por completo de las necesidades materiales. Ayunando en Iom Hakipurim sólo logramos acercar nuestra alma a Dios, pero dejamos al cuerpo atrás. Por contraste, a través del banquete de Purim, logramos acercar tanto el alma como el cuerpo a Dios. La filosofía de Amalek es el completo opuesto a todo esto, o sea, la de vivir totalmente inmersos en los placeres del cuerpo, sin conexión alguna con el alma y todavía menos con Dios.

6) Por último, acostumbramos disfrazarnos para recordar que “las apariencias engañan”. En el transcurso de la historia de Purim, Dios fue elevando a Hamán a las alturas de la vanidad y la gloria en un proceso paulatino, otorgándole enorme poder y riqueza. De repente, en un giro vertiginoso similar al de una Montaña Rusa, lo hizo caer al más profundo precipicio. Esta es una lección muy importante: “El que ríe al último, ríe mejor”. El aparente éxito de los malvados y el sufrimiento de los justos no es más que una gran ilusión óptica que prevalece en la vida, para permitirle al hombre tener libre albedrío. ¡Sin embargo la historia de la humanidad terminará con un final feliz para los justos y un amargo desenlace para los malhechores!

¡Purim Sameaj!

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