El conflicto entre Israel y Hamás ha sido una cuestión clave en el panorama geopolítico del Medio Oriente durante décadas. Sin embargo, tras más de 11 meses de guerra en Gaza, el ministro de defensa israelí, Yoav Gallant, afirmó recientemente que Hamás ha dejado de existir como una formación militar organizada. A continuación, se analiza la evolución del conflicto, las declaraciones de Gallant, las implicaciones de un posible acuerdo de alto el fuego y el enfoque estratégico de Israel en la región.
Hamás: De formación militar organizada a guerra de guerrillas
En un contexto donde las guerras entre Israel y Hamás han sido cíclicas, la afirmación del ministro Gallant de que “Hamás como formación militar ya no existe” marca un punto de inflexión en el conflicto. Desde el inicio de las hostilidades el 7 de octubre de 2023, cuando Hamás lanzó una ofensiva masiva en el noroeste del Negev israelí, la organización ha perdido una gran parte de su capacidad para operar como una fuerza militar cohesiva. Gallant señaló que, aunque todavía persisten elementos terroristas de Hamás, el grupo ahora se dedica a una forma de guerra de guerrillas, una señal de que su estructura organizativa y poder militar han sido gravemente debilitados.
Esta evolución tiene profundas implicaciones para la región y para el curso de la guerra. A diferencia de las fases anteriores del conflicto, donde Hamás fue capaz de lanzar ofensivas coordinadas y utilizar armamento avanzado, ahora parece que sus tácticas se centran en emboscadas, ataques esporádicos y movimientos descentralizados. La degradación de sus capacidades militares ha sido, según Gallant, un objetivo principal de las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF) en los últimos meses.
La oportunidad estratégica de un alto el fuego
El ministro de defensa también destacó la importancia de alcanzar un acuerdo de alto el fuego, describiéndolo como una “oportunidad estratégica”. Este posible acuerdo incluiría la liberación de los 101 rehenes restantes, algunos vivos y otros fallecidos, a cambio de la liberación de un número considerable de prisioneros palestinos en cárceles israelíes. Según Gallant, devolver a los rehenes es “lo correcto”, pero el acuerdo también presenta la posibilidad de alterar significativamente la situación de seguridad en la región.
Para Israel, este acuerdo representa no solo una pausa en los combates, sino también una ventana para reorganizar sus fuerzas y enfrentar otras amenazas de seguridad, particularmente en el norte del país, donde Hezbollah, un grupo respaldado por Irán, sigue siendo una preocupación. El cese temporal de hostilidades en Gaza podría permitir a Israel centrar su atención en la frontera con el Líbano, donde Hezbollah tiene una fuerte presencia.
Fases del acuerdo de alto el fuego
El acuerdo propuesto consta de tres fases, con la primera ya aprobada por Gallant. Según lo anunciado por el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, el 31 de mayo, Israel se comprometería a una pausa de seis semanas en las hostilidades durante la cual se llevaría a cabo la liberación de rehenes y prisioneros. Esta pausa no solo proporcionaría alivio humanitario, sino que también serviría como un respiro para ambas partes y, posiblemente, una oportunidad para que las negociaciones avancen hacia una resolución más duradera del conflicto.
Recordando el 7 de octubre: Un impulso para la justicia y la disuasión
Gallant ha subrayado repetidamente la importancia de recordar los eventos del 7 de octubre de 2023, el día en que Hamás inició su ofensiva masiva. Durante ese ataque, cientos de civiles israelíes fueron asesinados, heridos y secuestrados. Para Israel, estos actos de violencia extrema son un recordatorio constante de la necesidad de continuar la lucha contra Hamás y asegurar que los responsables de estos crímenes sean llevados ante la justicia.
Según Gallant, la eliminación de cualquier terrorista que haya participado en estos crímenes es una prioridad. Este enfoque no solo busca castigar a los culpables, sino también disuadir futuros ataques. “Debemos eliminar a cualquier terrorista que haya asesinado a niños, violado a mujeres y secuestrado a ancianos”, dijo Gallant, subrayando la importancia de mantener la presión sobre Hamás incluso en un escenario de alto el fuego.
La amenaza al norte: Hezbollah y la frontera con el Líbano
Mientras el conflicto en Gaza parece estar acercándose a una fase de pausa, Israel está redirigiendo su enfoque hacia el norte, donde Hezbollah continúa representando una amenaza significativa. El ministro Gallant mencionó que el “centro de gravedad” del conflicto se está trasladando a la frontera con el Líbano, donde el grupo terrorista, también respaldado por Irán, ha mantenido una fuerte presencia durante años.
Hezbollah ha sido una preocupación constante para Israel, especialmente después de la Segunda Guerra del Líbano en 2006, que terminó con la Resolución 1701 del Consejo de Seguridad de la ONU. Esta resolución estipulaba que Hezbollah debía retirarse al norte del río Litani, pero hasta la fecha, el grupo ha mantenido su presencia al sur de esta línea, lo que sigue siendo una fuente de tensión.
Gallant ha declarado que la misión de Israel es clara: cambiar la situación de seguridad en la frontera norte y permitir el regreso seguro de los residentes israelíes a sus hogares. Esto implicaría, entre otras cosas, la retirada de Hezbollah al norte del río Litani, una tarea que Israel considera vital para su seguridad a largo plazo.
El papel de la inteligencia en la lucha contra Hezbollah
En agosto de 2023, Gallant prometió continuar las operaciones contra Hezbollah y otros grupos respaldados por Irán en la región. Durante una visita a una base de inteligencia del IDF en el norte de Israel, el ministro fue informado sobre las operaciones que llevaron al asesinato selectivo en Beirut de Fuad Shukr, jefe militar de Hezbollah, también conocido como al-Hajj Mohsin.
Este tipo de operaciones encubiertas son un componente clave de la estrategia israelí para mantener a raya a Hezbollah y otros grupos terroristas en la región. El objetivo final, según Gallant, es permitir el regreso seguro de los residentes del norte de Israel a sus hogares, pero solo una vez que Hezbollah haya sido empujado al norte del Litani.
Conclusión: Un nuevo escenario en el conflicto Israel-Hamás
La afirmación de Gallant de que Hamás ya no existe como una fuerza militar organizada es un desarrollo significativo en el conflicto de Gaza. Aunque la guerra está lejos de haber terminado, la degradación de las capacidades militares de Hamás y la posible implementación de un acuerdo de alto el fuego podrían marcar el inicio de una nueva fase en la lucha por la estabilidad en la región.
Sin embargo, los desafíos persisten, especialmente en la frontera norte de Israel, donde Hezbollah sigue siendo una amenaza. A medida que las hostilidades en Gaza disminuyen, Israel está redirigiendo su atención hacia esta región, buscando garantizar que los residentes del norte puedan regresar a sus hogares en seguridad.
Este cambio de enfoque subraya la complejidad del panorama de seguridad de Israel, donde las amenazas provienen de múltiples frentes. El futuro del conflicto dependerá no solo de la capacidad de Israel para mantener la presión sobre Hamás, sino también de su habilidad para manejar la situación en el norte y, posiblemente, negociar acuerdos de paz más duraderos en el futuro.