El Hospital Subterráneo Fortificado del Campus de Atención Médica Rambam en Haifa, Israel, es el hospital subterráneo más grande del mundo. Construido a tres niveles bajo tierra, este complejo hospitalario es un testimonio de la resiliencia y la preparación de Israel ante posibles conflictos bélicos, especialmente en un contexto de crecientes tensiones con Hezbollah en el Líbano.
Un Refugio Subterráneo: Historia y Construcción del Hospital
El Hospital Subterráneo Fortificado de Rambam se construyó como respuesta directa a la Segunda Guerra del Líbano en 2006, cuando Hezbollah, un grupo terrorista respaldado por Irán, lanzó aproximadamente 70 misiles sobre la ciudad portuaria de Haifa en un mes. En ese entonces, la ciudad no contaba con un sistema de defensa aérea eficaz como el actual Iron Dome, lo que dejó a la población y a las instalaciones críticas, como el hospital, vulnerables a los ataques.
Origen y Financiación del Proyecto
La construcción de este hospital subterráneo, que costó 140 millones de dólares, comenzó después de la guerra de 2006. Fue financiado en un 30% por el Estado de Israel, mientras que el resto provino de donaciones de filántropos judíos y cristianos, incluyendo al magnate naviero israelí Sammy Ofer, cuyo nombre lleva el hospital. Esta inversión en infraestructura fue impulsada por la necesidad de proteger a la población y asegurar que el hospital pudiera seguir operando bajo cualquier circunstancia, sin importar la gravedad de la situación.
Capacidades y Preparativos para la Guerra
El hospital subterráneo tiene una capacidad de más de 2,000 camas y está diseñado para ser autosuficiente durante varios días de guerra. En tiempos normales, el espacio funciona como un estacionamiento para 1,500 vehículos, pero puede ser convertido en un hospital completamente operativo en menos de ocho horas. Este proceso de conversión fue diseñado para ser rápido y eficiente, garantizando que el hospital pueda atender a un gran número de heridos en caso de un conflicto a gran escala.
Instalaciones y Recursos
El hospital subterráneo cuenta con cuatro quirófanos, una sala de maternidad y un centro de diálisis, entre otras instalaciones médicas cruciales. Además, está equipado con unidades de oxígeno, electricidad, agua, alimentos y gas, lo que lo hace totalmente autosuficiente. También incluye baños, duchas y un área de cuidado infantil que puede acomodar hasta 8,000 personas, asegurando que el personal médico y los pacientes puedan mantenerse seguros y cómodos durante una emergencia prolongada.
Uno de los tres pisos subterráneos del hospital ha sido despejado de vehículos en los últimos 10 meses y está listo para ser utilizado en cualquier momento. Esto demuestra el nivel de preparación y la seriedad con la que se toman las amenazas actuales.
El Contexto de Seguridad: Amenazas Crecientes
Desde la última gran guerra con Hezbollah, las amenazas de seguridad en el norte de Israel no han hecho más que aumentar. Hezbollah ha mejorado su capacidad militar, acumulando un arsenal de aproximadamente 150,000 misiles capaces de alcanzar casi cualquier punto de Israel. Según evaluaciones militares israelíes, en caso de una guerra total, Hezbollah podría lanzar un misil hacia Haifa cada cuatro minutos durante 60 días, lo que resultaría en miles de bajas.
La Respuesta de Haifa
Ante esta amenaza, la ciudad de Haifa, con una población de 300,000 personas, ha tomado medidas para reducir el riesgo. El alcalde veterano, Yona Yahav, ha sido claro al expresar su preocupación, señalando que en una guerra a gran escala, Hezbollah podría disparar hasta 4,000 proyectiles al día contra el norte de Israel. Aunque sus declaraciones han generado controversia, Yahav sostiene que es mejor estar preparado para lo peor.
La ciudad también ha reducido los niveles de materiales peligrosos en sus industrias petroquímicas como medida de precaución, siguiendo instrucciones militares. Este tipo de acciones subraya la seriedad de la situación y la preparación meticulosa que se está llevando a cabo para proteger a la población civil.
Preparativos y Esperanza
A pesar de los preparativos para un posible conflicto, la vida en la superficie continúa con aparente normalidad. Los pacientes van y vienen por la entrada principal del hospital, ajenos a las operaciones que se llevan a cabo tres niveles más abajo. El director del hospital, el Profesor Michael Halberthal, ha destacado la importancia de mantener el optimismo en tiempos de incertidumbre.
“No hay pánico, pero los ciudadanos están preocupados”, comenta Tal Siboni, jefe del centro de llamadas de emergencia del Municipio de Haifa, que ha estado operando en un búnker subterráneo desde el 7 de octubre. Esta preocupación es compartida por muchos en la ciudad, pero también hay una fuerte esperanza de que se pueda evitar una guerra total.
Un Futuro Incierto pero Preparado
Con las tensiones en aumento y la amenaza constante de Hezbollah, el Hospital Subterráneo Fortificado de Rambam en Haifa representa un símbolo de preparación y resiliencia. La infraestructura está lista para enfrentar cualquier desafío, protegiendo a los ciudadanos y asegurando que el hospital pueda continuar funcionando en las condiciones más extremas.
A medida que se desarrollan los acontecimientos, las autoridades locales y nacionales siguen monitoreando la situación de cerca, tomando todas las medidas necesarias para garantizar la seguridad y el bienestar de la población. Aunque la esperanza es que no sea necesario utilizar el hospital subterráneo en un conflicto futuro, su existencia proporciona una tranquilidad crucial en tiempos de incertidumbre.
Conclusión
El Hospital Subterráneo Fortificado de Rambam no solo es una hazaña de ingeniería y preparación, sino también un recordatorio de la importancia de la previsión en tiempos de paz para estar preparados para los momentos de crisis. En un mundo donde las amenazas pueden surgir en cualquier momento, estar listo para lo peor mientras se espera lo mejor es la clave para la supervivencia y la resiliencia.