La situación en Israel está marcada por tensiones crecientes en sus fronteras, particularmente en el norte, donde los enfrentamientos con Hezbolá, el grupo militante libanés respaldado por Irán, han aumentado en frecuencia y gravedad. El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ha advertido a sus altos mandos de seguridad que una confrontación a gran escala con Hezbolá es inevitable. Esta posible guerra no solo afectará la estabilidad en la región, sino que también podría tener implicaciones directas en la capacidad de Israel para continuar su operación militar en Gaza contra Hamás, otro grupo militante apoyado por Irán.
La Advertencia de Netanyahu: Un Conflicto Inminente
Durante una reunión estratégica con sus jefes de seguridad, Netanyahu señaló que Israel enfrenta una “confrontación a gran escala” con Hezbolá, una amenaza que se cierne sobre el país debido a la falta de una solución diplomática para poner fin a los constantes enfrentamientos transfronterizos. Desde el 8 de octubre de 2023, las fuerzas de Hezbolá han estado llevando a cabo ataques diarios contra comunidades israelíes y puestos militares en la frontera, lo que ha provocado numerosas víctimas.
Netanyahu subrayó que este conflicto inminente con Hezbolá no disminuirá la presión militar que Israel está ejerciendo sobre Hamás en Gaza. Sin embargo, la preocupación radica en que una guerra simultánea en dos frentes podría complicar la situación militar y política de Israel, ya que los recursos del Ejército de Defensa de Israel (IDF) tendrían que dividirse entre ambas campañas.
El Contexto de los Enfrentamientos con Hezbolá
Los enfrentamientos entre Israel y Hezbolá no son nuevos. Hezbolá, considerado un grupo terrorista por múltiples países, incluyendo Estados Unidos e Israel, ha estado involucrado en varios conflictos con Israel desde su formación en los años 80. A lo largo de los años, ha fortalecido su posición militar con el apoyo de Irán, lo que lo convierte en una amenaza significativa en la región.
Desde la reanudación de los enfrentamientos en octubre, los ataques han causado la muerte de al menos 26 civiles y 20 soldados israelíes. A su vez, Hezbolá ha reportado la muerte de 440 de sus combatientes, además de pérdidas civiles y de otros grupos militantes en el Líbano y Siria.
La Posición de Hezbolá
Por su parte, el grupo militante libanés ha emitido una clara advertencia a Israel. Naim Qassem, el segundo al mando de Hezbolá, afirmó que, aunque su grupo no tiene intenciones de desencadenar una guerra, está preparado para enfrentarse a Israel si el conflicto escala. Qassem también advirtió que un conflicto de esta magnitud no solo afectaría a los 100,000 desplazados en el norte de Israel, sino que podría aumentar significativamente el número de personas que se verían obligadas a huir de sus hogares.
Hezbolá: Más que una Milicia
Hezbolá, cuyo nombre significa “Partido de Dios”, ha evolucionado desde su creación en 1982, pasando de ser una milicia que luchaba contra la ocupación israelí del sur del Líbano, a un actor político y militar clave en el Líbano. Ha sido un aliado cercano de Irán y Siria, recibiendo financiamiento, armamento y entrenamiento militar. Su capacidad para lanzar ataques de largo alcance con misiles y su red bien organizada de combatientes lo convierten en una amenaza significativa para la seguridad israelí.
Desde la perspectiva de Israel, los constantes ataques de Hezbolá en la frontera norte son una demostración de su solidaridad con Hamás, lo que aumenta la presión sobre Israel para actuar de manera decisiva en ambos frentes.
Impacto de una Guerra con Hezbolá en la Operación en Gaza
Una de las principales preocupaciones para los líderes de seguridad israelíes es cómo una guerra con Hezbolá podría afectar la operación en Gaza. Actualmente, Israel está llevando a cabo una campaña militar intensiva contra Hamás, el grupo terrorista que gobierna la Franja de Gaza. El objetivo principal de esta operación es desmantelar las capacidades militares de Hamás y liberar a los rehenes que aún están en su poder.
Sin embargo, el ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, ha expresado su preocupación de que una guerra en el norte podría reducir el número de tropas disponibles en Gaza, lo que afectaría la capacidad de Israel para mantener la presión sobre Hamás. Además, esto podría complicar los esfuerzos para liberar a los 101 rehenes que aún están en manos de Hamás.
La Diplomacia en Medio de la Tensión
A pesar de la gravedad de la situación, Israel está tratando de obtener respaldo internacional antes de embarcarse en una guerra total con Hezbolá. Según informes, el gobierno israelí está trabajando para persuadir a Estados Unidos y otras potencias internacionales de que ha hecho todo lo posible para buscar una solución diplomática. Sin embargo, las fuentes indican que estos esfuerzos han sido insuficientes para resolver las tensiones actuales.
Washington, por su parte, ha expresado su deseo de retrasar cualquier conflicto a gran escala hasta después de las elecciones presidenciales del 5 de noviembre en los Estados Unidos. Sin embargo, a medida que los enfrentamientos en la frontera continúan, la ventana para una solución diplomática parece estar cerrándose rápidamente.
Consecuencias Humanitarias
Cualquier conflicto a gran escala entre Israel y Hezbolá tendría consecuencias devastadoras para ambas naciones. En Israel, decenas de miles de personas ya han sido desplazadas de sus hogares cerca de la frontera con el Líbano debido a los ataques de Hezbolá. En el caso de una guerra, se espera que este número aumente drásticamente.
En el Líbano, la situación humanitaria también sería catastrófica. El país ya enfrenta una crisis económica y política sin precedentes, y un conflicto con Israel solo empeoraría la situación, desplazando a cientos de miles de personas más y exacerbando la inestabilidad en la región.
Conclusión: Un Conflicto Inminente en Dos Frentes
El escenario actual en el norte de Israel apunta a una guerra inminente con Hezbolá, un conflicto que tendrá profundas repercusiones tanto en la región como en la operación militar israelí en Gaza. Mientras que Netanyahu y su gobierno parecen estar preparados para enfrentar esta amenaza, las preocupaciones sobre los rehenes en Gaza y la reducción de tropas disponibles siguen siendo un desafío significativo.
A medida que se intensifican los enfrentamientos y la diplomacia parece fallar, la posibilidad de un conflicto a gran escala entre Israel y Hezbolá se vuelve cada vez más probable, una guerra que, según todos los indicios, causará “grandes pérdidas en ambos lados”, como advirtió Naim Qassem. Con el apoyo de Irán y una infraestructura militar bien establecida, Hezbolá es un adversario formidable, y cualquier confrontación con este grupo no solo afectará a Israel y el Líbano, sino a toda la región del Medio Oriente.
La comunidad internacional, liderada por Estados Unidos, intentará retrasar el conflicto el mayor tiempo posible, pero con cada día que pasa, la guerra parece más inevitable.