La arqueología en Israel no cesa de sorprender. En las colinas que dominan el mar de Galilea, un equipo de excavadores ha hecho un hallazgo brillante: un delicado anillo y unos pendientes de oro del período romano, que datan de los siglos I al III d.C. Aunque estos objetos fueron hallados fuera de su contexto original, ofrecen una ventana al esplendor de Hippos, una ciudad romana de la Decápolis posiblemente visitada por Jesús de Nazaret.
Un tesoro dorado en la tierra santa
Los descubrimientos fueron realizados en el Parque Nacional Sussita (antigua Hippos) por el equipo del Proyecto de Excavaciones de Hippos (Sussita), dirigido por el Dr. Michael Eisenberg y la Dra. Arleta Kowalewska de la Universidad de Haifa. Según Eisenberg, el anillo fue hallado recientemente, mientras que los pendientes se descubrieron meses antes, ambos gracias al uso de detectores de metales.
La joyería es exquisita. El anillo, por su tamaño, habría pertenecido a una niña pequeña. “Probablemente lo perdió… Espero que no la hayan castigado por ello”, comentó Eisenberg en tono humano y reflexivo. Los pendientes fueron encontrados en la zona de la necrópolis romana, junto a varias tumbas, lo que sugiere que podrían haber sido ofrendas funerarias.
¿Por qué es importante este hallazgo?
A pesar de haber sido encontrados fuera de contexto —es decir, no dentro de una tumba ni un edificio específico— el anillo y los pendientes tienen un valor incalculable desde el punto de vista histórico y arqueológico. Su diseño estilístico permite datarlos en el período romano, en plena era de efervescencia urbana y cultural en la región.
Más aún, el uso de oro en ambas piezas revela la existencia de un sector de élite económica en Hippos. Este dato se ve respaldado por otros elementos hallados en excavaciones anteriores, como arquitectura monumental, materiales de construcción importados y estuco finamente trabajado en colores vibrantes.
Hippos: una joya de la Decápolis
Fundada en el siglo II a.C. por los seléucidas griegos, Hippos (también conocida como Sussita o Hipopótamos) se convirtió en un importante centro urbano durante las épocas romana y bizantina. Fue una de las diez ciudades de la Decápolis, una liga de centros urbanos grecorromanos situados en el este del río Jordán.
La ciudad floreció especialmente en los primeros siglos de la era común, cuando muchas de sus calles fueron pavimentadas con grandes bloques de basalto. De hecho, Eisenberg afirma que las principales avenidas de la ciudad —el Cardo y el Decumanus Maximus— datan de mediados del siglo I d.C., el mismo período en el que, según los Evangelios, Jesús recorría la región proclamando su mensaje.
¿Jesús estuvo en Hippos?
Si bien los textos del Nuevo Testamento no mencionan a Hippos directamente, el Evangelio de Mateo (4:23-25) indica que Jesús predicó en la región de la Decápolis. Esto abre la posibilidad de que haya caminado por las calles de esta ciudad:
“Jesús recorrió toda Galilea… Grandes multitudes de Galilea, de la Decápolis, de Jerusalén, de Judea y del otro lado del Jordán lo seguían.”
Con base en la datación cerámica, monedas y capas arqueológicas (estratigrafía), Eisenberg sostiene que la infraestructura urbana principal de Hippos existía ya en tiempos de Jesús. “Sin exagerar, Jesús probablemente caminó sobre esas losas de basalto, y si no sobre las losas, sobre el yeso debajo de ellas”, afirmó.
Esta afirmación convierte a Hippos en un lugar de especial interés para arqueólogos, historiadores bíblicos y peregrinos cristianos de todo el mundo.
La necrópolis: un cementerio que habla
Una de las áreas más fascinantes del yacimiento es la necrópolis romana. Según Eisenberg, es una de las más completas y diversas del período romano en todo Israel. Abarca desde enterramientos humildes, realizados en simples fosas, hasta grandes mausoleos de basalto que reflejan un alto nivel de riqueza y sofisticación.
Los dos mausoleos descubiertos recientemente son, en palabras del arqueólogo, “los más lujosos de la región”. Algunos llegan a tener varios pisos de altura y están decorados con flores esculpidas y elaborada artesanía en piedra.
Estas tumbas no solo reflejan la riqueza de la ciudad, sino también su diversidad social y sus complejas prácticas funerarias. Aunque los pendientes encontrados no estaban dentro de una tumba, su ubicación cerca de varias sepulturas sugiere una conexión ritual o simbólica.
De ciudad pagana a bastión cristiano
A pesar de un declive hacia finales del siglo III d.C., Hippos volvió a resurgir en el siglo VI como una ciudad cristiana de gran importancia. Se construyeron al menos siete iglesias, incluida una catedral, que actualmente se encuentra en proceso de excavación.
Eisenberg señala que Hippos tenía la mejor vista panorámica del ministerio de Jesús, y que probablemente atrajo a los primeros cristianos por su cercanía geográfica e histórica a los escenarios del Evangelio.
Este proceso de cristianización refleja un fenómeno más amplio que afectó a muchas ciudades de la región: el paso del paganismo grecorromano al cristianismo bizantino.
El desastre que lo cambió todo
La vida urbana en Hippos terminó abruptamente en el año 749 d.C., cuando un gran terremoto sacudió la región y destruyó gran parte de la ciudad. Tras el sismo, Hippos fue abandonada y quedó sepultada bajo escombros durante más de un milenio, hasta que comenzaron las excavaciones modernas.
Actualmente, el yacimiento es un Parque Nacional abierto al público desde 2023. Con vistas privilegiadas del mar de Galilea, se ha convertido en un destino para turistas, peregrinos y apasionados de la historia.
Voluntarios que hacen historia
Uno de los aspectos más humanos y entrañables del proyecto es la participación de voluntarios. De hecho, tanto el anillo como los pendientes de oro fueron descubiertos por la misma persona: Eddy Lipsman, un voluntario israelí habitual del equipo de excavación.
“Recorrí la zona con un detector de metales y, de repente, oí un pitido distintivo”, relató Lipsman. “Seguí cavando y vi un pequeño anillo de oro especial. Me quedé atónito”.
Historias como la de Eddy recuerdan que la arqueología no es solo una ciencia, sino también una aventura que permite a personas comunes contribuir al conocimiento histórico.
Mirando al futuro
El Proyecto de Excavaciones de Hippos ha recibido una subvención estatal para continuar explorando la necrópolis en los próximos años. Según Eisenberg, el plan es profundizar en el estudio de las costumbres funerarias y comprender mejor cómo vivía —y moría— la gente en la antigua Hippos.
Mientras tanto, la temporada actual de excavaciones continuará hasta el 31 de julio, con el apoyo de voluntarios de Israel y del extranjero. Incluso en medio de tiempos difíciles, como el actual contexto de tensiones en la región, los trabajos siguen adelante, impulsados por el deseo de recuperar el pasado.
El descubrimiento de joyas de oro romanas en Hippos no es solo un testimonio de la riqueza de una antigua ciudad galilea, sino también una invitación a reflexionar sobre su importancia histórica, cultural y espiritual.
¿Caminó Jesús por sus calles? Es posible. ¿Vivieron allí personas con un nivel de sofisticación y poder comparable al de otras grandes urbes romanas? Sin duda. ¿Sigue hablándonos ese pasado, enterrado bajo escombros durante siglos? Claramente, sí.
Hippos, con su oro, su arquitectura y su historia, se alza como una joya arqueológica que aún tiene mucho por revelar.
